Un niño recibe su bandeja del desayuno en un hospital de Madrid.

Un niño recibe su bandeja del desayuno en un hospital de Madrid. Comunidad de Madrid

Ciencia

El plan de Consumo contra los ultraprocesados en hospitales crea dudas: "Quedarán comidas insanas que no lo parecen"

El ministro Pablo Bustinduy ha avanzado que trabaja en un Real Decreto para reformar los menús para menores dentro de los hospitales.

Más información: Dime cuántos alimentos ultraprocesados consumes y te diré cuál es tu riesgo de mortalidad en España

J. Rodríguez
Publicada

Las claves

El Gobierno trabaja en un Real Decreto para eliminar los ultraprocesados de los menús infantiles en hospitales y limitar su presencia en cafeterías hospitalarias.

Nutricionistas alertan de que algunos ultraprocesados considerados "saludables" podrían seguir presentes en los menús, como pan blanco, empanadas, compotas o palitos de pescado.

Los expertos destacan la importancia de ofrecer comidas saludables sin perder el disfrute alimentario para los niños hospitalizados, apostando por frutas, pescados y opciones menos procesadas.

En 30 años, la proporción de ultraprocesados en la dieta de los españoles ha pasado del 11% al 32%, según un estudio citado por el Ministerio de Consumo.

Que la comida que se sirva en los hospitales —tanto a pacientes como en cafeterías— sea saludable, es una de las reclamaciones que los nutricionistas llevan haciendo durante años. Ahora, el Gobierno de España ha dado un paso en esta dirección.

El ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 Pablo Bustinduy ha anunciado este miércoles que trabaja en un Real Decreto que destierre los alimentos ultraprocesados de los menús de los menores ingresados y limite su presencia en comedores y cafeterías de los hospitales.

Estos alimentos son los "productos de formulación industrial compleja, con ingredientes transformados, aditivos y perfiles nutricionales con alto contenido en grasas saturadas, azúcares", explica la página web del ministerio que lidera Bustinduy.

Algunos snacks, bollería industrial, bebidas azucaradas o galletas industriales son los alimentos que, más concretamente, han sido señalados. Alimentos que ciertamente han probado ser contraproducentes para la salud, pero podría no ser suficiente.

"Es, sin duda, una buena noticia, pero podemos hacer más", explica la nutricionista Paloma Quintana. "Hay alimentos, a los que yo llamo 'mentirosos', que son ultraprocesados, pero muchos piensan que son saludables". Y que, dice, podrían sobrevivir al plan de Consumo.

En los menús infantiles de los hospitales actuales, como este del Hospital Universitario Severo Ochoa que se puede consultar en su página web, los alimentos ultraprocesados se suelen concentrar en las comidas del desayuno y de la merienda.

Se pueden encontrar chocolates para disolver en la leche con un alto porcentaje de azúcar, zumos de frutas, mermelada, margarina, cereales y galletas para el día a día, que son, presumiblemente, algunos de los alimentos que Consumo se plantea eliminar.

"Del desayuno no se salva nada", explica Quintana, que ha repasado este menú infantil. El hecho de que estos alimentos aparezcan entre las opciones que oferta un hospital público puede darles la apariencia de saludables, según expone la nutricionista.

"Los nutricionistas hemos hecho mucho hincapié en los ultraprocesados, pero la gente no sabe cuáles son muchos de ellos. El pan blanco, por ejemplo, es uno de ellos", sostiene Quintana. "Y el pan blanco es muy poco probable que vaya a ser eliminado".

Ultraprocesados normalizados

De la misma manera, Quintana observa que las empanadas, las salchichas, las patatas fritas como guarnición o las compotas de frutas son algunas opciones habituales en el menú. Alimentos que se pueden llegar a pedir pensando que son buenos para los niños.

"Cuando pones palitos de merluza parece que les das algo saludable y no lo es", apunta. "Eso sí, no soy ninguna radical, no es que quiera ponerles sólo pescado y fruta". Quintana afirma, en este sentido, que en el hospital es muy importante mantener el disfrute de comer.

"A nivel mental la hora de la comida es muy importante para las personas que están ingresadas. Los psicólogos y los cocineros insisten en que las comidas se tienen que disfrutar", reconoce. Pero, ¿cómo se logra este equilibrio entre disfrute y salud?

La nutricionista explica que simplemente no debemos caer en el "autoengaño": "Si quieres que el niño disfrute, ponle unos macarrones o un helado en algún momento". Ofrecerlos sin complejos, pero en una proporción minoritaria dentro de un menú saludable.

"Es más grave comer algo insano pensando que es saludable que disfrutar un día de ello. Comer tarta de queso en un restaurante para disfrutar un día es mejor que tomar un flan o unas natillas en un hospital en un día normal pensando que es sano. ¡Si son lo mismo!", dice.

¿Qué hacemos con los menús infantiles en los hospitales? Quintana, que ha revisado en otras ocasiones menús para residencias, apuesta por la fruta para la merienda: "Las mandarinas y los plátanos son muy fáciles de comer y a los niños les encantan".

En verano, sandía y melón; asegura que no conoce a un niño al que no le gusten. Para meriendas o desayunos más densos, frutos secos —en niños no muy pequeños— y alguna onza de chocolate saludable, jamón serrano o aceite de oliva o mantequilla.

"La margarina es de lo peor que podemos tomar", asegura Quintana. También propone dejar de cocinar las carnes y los pescados empanados o rebozados, en palitos, sino pescados azules a la plancha. Incluso, utilizar conservas, "mejor en cristal", de pescados saludables.

"Las sopitas les encantan, de pollo o de picadillo. Las aceptan mejor que una crema de verduras, sobre todo si estas últimas son de color verde", añade la experta. “No hay excusa para ponerles una pizza cuando están en el hospital".

A Quintana se le ocurre rápidamente unos macarrones con tomate y carne picada, aunque la pasta no es para todos los días, o una ensalada de patata con algún pescado azul de conserva de calidad como opciones para los niños que aportan nutrientes.

"Entiendo que los hospitales piensan que lo más importante es que el niño coma para evitar una desnutrición. Pero dentro de lo que un niño acepta, elige lo mejor. No comparto la idea de que sea mejor comer a cualquier precio", declara Quintana.

Y asegura que "la causa de que un niño no se recupere de su enfermedad no es en ningún caso que esté desnutrido". En cualquier caso, la nutricionista explica que pueden producirse faltas de sales minerales o nutrientes puntuales como las proteínas.

Desterrar los ultraprocesados más evidentes de los espacios en los que comen los niños es, en cualquier caso, una buena noticia. Consumo, de hecho, señala un estudio recién publicado en The Lancet que ha señalado la dependencia en España a estos alimentos.

El trabajo ha destacado que en los últimos 30 años el porcentaje de ultraprocesados en la cesta de la compra de los españoles ha pasado de representar un 11% a un 32%. Es decir, la cifra de estos productos asociados con una mayor mortalidad se ha triplicado.