Juan Arroyo (izquierda) y María Blasco.

Juan Arroyo (izquierda) y María Blasco.

Ciencia

Un gerente bajo sospecha, un despido y cientos de contratos dudosos en el 'Juego de tronos' del CNIO: "Nadie es inocente"

Personal del centro alude a una venganza del denunciante, despedido por "hechos muy graves" el pasado agosto, por no haber sido nombrado gerente interino.

Más información: Prestigio perdido, fuga de cerebros y falta de presupuesto: los retos de Raúl Rabadán como nuevo director del CNIO

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La incorporación del prestigioso físico Raúl Rabadán a la dirección del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) parecía poner fin a los tiempos convulsos en el otrora buque insignia de la investigación española, pero nada más lejos de la realidad.

El que fuera director de operaciones del centro hasta el pasado verano ha denunciado presuntas prácticas corruptas en la adjudicación de contratos públicos de gestión a lo largo de década y media.

Son hasta 25 millones de euros los que habrían sido sustraídos mediante cientos de contratos inflados y licitaciones a dedo.

El escándalo salpica a los que fueron, hasta este enero, los máximos responsables de la entidad, María Blasco (directora científica) y Juan Arroyo (director gerente).

Ambos fueron destituidos tras una reunión extraordinaria del patronato del centro, si bien no se aclaró muy bien el porqué de esta decisión.

Diana Morant, ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, negó irregularidades en la gestión del centro y atribuyó la decisión a un "clima incompatible con la excelencia".

Lejos de desaparecer, ese clima continúa y los trabajadores del centro temen que la cosa vaya a peor.

Porque, como señala una investigadora del centro a EL ESPAÑOL, "aquí nadie es inocente".

En la denuncia, el exdirector de operaciones señala a dos excargos del centro que se marcharon durante la pasada década y que fundaron o se incorporaron a las empresas sospechosas.

Se añade, además, que ambos eran de la máxima confianza del exdirector gerente, Juan Arroyo (que actualmente ocupa el cargo de vicedirector de asuntos económicos del centro), y que este era el que daba el visto bueno a los contratos.

"Hechos muy graves"

Fuentes del CNIO explican a este periódico que no hay constancia de la denuncia pero señalan que el denunciante "fue despedido disciplinariamente por hechos muy graves" a finales de agosto, antes de que entrara la nueva dirección.

Entre estos hechos se encuentra el no llevar a cabo "la compra de unos elementos que pusieron en riesgo la seguridad de personas y de las instalaciones".

Otros trabajadores del centro especifican que se tuvo que cerrar una zona por riesgo de incendio debido a su inacción y que también se tardó "muchísimo en sacar la licitación del animalario, poniendo en riesgo la experimentación".

A estos problemas se les unían los parones para restaurar los techos del centro, lo que ha implicado parones de varias semanas en las zonas afectadas.

La obra comenzó las pasadas navidades, con una restauración parcial, y se continuó después piso a piso. En algunos momentos ha sido todo el centro el que ha acusado el parón, pues afectaba a las unidades de apoyo.

"Puso en riesgo económico, físico y funcional al CNIO", denuncia una investigadora.

Desde el entorno del exgerente sostienen que el exdirector de operaciones ha actuado por "rencor hacia la institución" porque "no fue elegido gerente el pasado 29 de enero", cuando Arroyo y Blasco fueron destituidos y se nombró una gerencia provisional.

Tampoco fue elegido "en el concurso convocado posteriormente y al que se presentó", apuntan.

Se trata, señalan, de "una denuncia de libro, con la finalidad de cubrirse en la vía laboral", para alegar que hubo "represalias en su despido" y que se declare nulo.

Parte de los hechos que figuran en esta denuncia ya se habían reportado cuando Vox presentó una querella criminal contra Arroyo y los dos extrabajadores relacionados con las empresas investigadas.

Dicha querella, con todo, solo se refería a irregularidades en la contratación durante los años 2017 y 2018, y el Juzgado de Instrucción nº22 de Madrid decretó su sobreseimiento provisional en marzo de 2024.

La ex directora científica de la institución y enemiga declarada de Arroyo, María Blasco, se basó en esa primera denuncia para defender su gestión al frente del CNIO acusando al gerente de mala praxis.

"Fui clara sobre esta persona en el contexto de mi despedida", señala Blasco a EL ESPAÑOL. "No quería ganar una batalla mediática, sino la batalla contra el cáncer. Ahora el tiempo lo pone todo en su sitio..."

Arroyo era gerente desde los tiempos de Mariano Barbacid, primer director del CNIO. Blasco y él no se entendieron desde el principio y ésta llegó a escribir varias veces al ministerio para pedir su sustitución.

En una rueda de prensa poco antes de la reunión del patronato en enero, la entonces máxima responsable del centro anunció que acudiría a la Fiscalía para denunciar a Arroyo por irregularidades. No se sabe qué pasó con esa denuncia.

Alejados de este 'Juego de Tronos', los científicos del CNIO temen que la batalla legal hunda aún más la capacidad investigadora del centro.

Entre otras cosas, porque 34 de sus trabajadores (personal de servicios de información, secretaría y almacén) están subcontratados a Gedosol, la empresa en el punto de mira.

"Sería un auténtico desastre para el CNIO perder a estos empleados", lamenta una fuente del centro, ya que están "altamente cualificados en su trabajo".

No sería fácil sustituirlos ya que la subvención nominativa que recibe el centro en los Presupuestos Generales del Estado lleva años congelada, por lo que contratar nuevo personal es prácticamente imposible.

La solución, durante unos años, fue aprovechar las asignaciones por proyectos competitivos para contratar nuevo personal pero esta era incompatible con hacerlos indefinidos, como exige la normativa europea.

La designación de Raúl Rabadán como director del CNIO ilusionó a los trabajadores del centro, pues es un investigador de prestigio y con ideas muy claras sobre hacia dónde se dirige la ciencia frente al cáncer.

Pero no lo tendrá fácil para sobreponerse a todos los problemas heredados del que fuera la punta de lanza de la excelencia científica española.