García-Bellido desarrolló su trabajo en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa de Madrid.

García-Bellido desarrolló su trabajo en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa de Madrid. Fundación Princesa de Asturias

Ciencia

Muere a los 89 años Antonio García-Bellido, el brillante genetista español que estuvo nominado dos veces al Nobel

El científico, ganador del Premio Príncipe de Asturias, era considerado todo un referente a nivel mundial en el campo de la biología del desarrollo y la genética.

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P. G. Santos / Agencias
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El genetista español Antonio García-Bellido ha fallecido este martes a los 89 años. Este brillante científico era considerado un referente mundial en biología del desarrollo y la genética.

La vocación intelectual parecía estar ligada a su linaje: hijo del historiador y arqueólogo Antonio García y Bellido, y nieto del filólogo Vicente García de Diego.

García-Bellido se licenció en Ciencias Biológicas en la Universidad Complutense de Madrid en 1958, y apenas cuatro años después, en 1962, obtuvo el doctorado con premio extraordinario, entrando a formar parte del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Su afán formativo lo llevó también a forjarse entre los grandes, con estancias académicas en Cambridge, Zúrich y el Instituto Tecnológico de California, rodeado de figuras clave como V.B. Wigglesworth, Ernst Hadorn y Edward B. Lewis.

Su revolucionario descubrimiento

En 1974 fue nombrado Profesor de Investigación del CSIC y fundó junto a otros pioneros españoles el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, institución de la que fue piedra angular y donde dirigió, durante 32 años, el Laboratorio de Genética del Desarrollo.

García-Bellido destacó especialmente por ser el primero en comprender y describir que la información genética determina no sólo las características individuales de las células durante el desarrollo embrionario.

Comprobó la manera en que estas células se organizan en patrones y órganos, resolviendo el enigma de cómo, a partir de una célula original, se origina la compleja arquitectura de los seres vivos.

Su descubrimiento de los llamados "compartimentos" celulares, publicado en Nature en 1973, revolucionó la biología moderna y fue defendido por Francis Crick, premio Nobel, y por Peter Lawrence, futuro premio Príncipe de Asturias, como un logro clave para entender la lógica del desarrollo biológico.

A lo largo de su carrera, el científico español dirigió 22 tesis doctorales y firmó más de 165 publicaciones de referencia, muchas de ellas citadas como clásicos internacionales.

De hecho, su teoría de los compartimentos fue propuesta al Nobel en 1979 y sigue siendo citada en manuales fundamentales como Genetics de Strickberger o Molecular Biology of the Cell de Alberts.

Legado a nivel mundial

Su influencia se extendió en universidades y centros de investigación de todo el mundo, a través de centenares de conferencias y colaboraciones internacionales, y su magisterio ha marcado a varias generaciones de investigadores tanto en España como en el extranjero.

García-Bellido fue reconocido con numerosas distinciones, entre las que destacan el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica (1984), la condición de miembro de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, de sociedades científicas internacionales tan emblemáticas como la EMBO y la Royal Society.

Fue también doctor honoris causa por varias universidades europeas y americanas, y consejero científico de fundaciones y centros de excelencia.

El legado de Antonio García-Bellido, considerado el padre de la escuela española de Biología del Desarrollo, trasciende sus notables aportaciones científicas.

Ha dejado una comunidad científica reconocida a escala global y una nueva visión sobre la herencia y la formación de los organismos complejos.

La ciencia española, hoy más internacional y respetada que nunca, le debe buena parte de su prestigio, mientras que colegas y discípulos lamentan la pérdida de un maestro riguroso, innovador y profundamente humano, cuyo ejemplo seguirá inspirando a las próximas generaciones.