La desaparición del tabú de la menopausia ha traído un mercado de productos sin rigor científico para sus síntomas.

La desaparición del tabú de la menopausia ha traído un mercado de productos sin rigor científico para sus síntomas.

Ciencia

Del tabú al 'menowhasing': así se utiliza la menopausia para vender productos sin evidencia científica contra sus síntomas

Este mercado y su publicidad pueden relativizar el problema y vender la imagen de que las mujeres solo tienen que encontrar la opción adecuada.

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Las claves

El tabú sobre la menopausia está disminuyendo, gracias a figuras públicas que normalizan hablar sobre sus síntomas.

El término 'menowashing' se refiere al uso comercial de productos para la menopausia sin evidencia científica.

Clara Selva y Antonio Cano advierten sobre la falta de rigor científico en productos comerciales para la menopausia.

La terapia hormonal es el tratamiento más completo para la menopausia, pero existen alternativas para quienes evitan las hormonas.

El tabú en torno a la menopausia es cada vez menor. En los últimos años, las mujeres han ido perdiendo el miedo y la vergüenza a hablar sobre los sofocos, el insomnio y otros síntomas que sufren cuando su menstruación acaba.

Esto ha sido, en parte, gracias a que figuras públicas como actrices e influencers han utilizado su altavoz para tratar el tema. La desaparición del estigma favorece que pierdan el miedo a preguntar a su médico y a intercambiar experiencias con otras personas para poder afrontar esta fase.

Sin embargo, la disminución del tabú conlleva otra parte que puede que no sea tan positiva. En los últimos años, con el aumento de mujeres hablando sobre la menopausia, han aparecido una gran cantidad de productos supuestamente indicados para la menopausia, pero sin rigor científico.

Algunos de estos productos son suplementos a base de productos naturales, cremas e, incluso, ropa termorreguladora para los sofocos. El término acuñado para referirse a este concepto es menowashing y se refiere al riesgo de que la menopausia se utilice como un instrumento meramente comercial.

La investigadora de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) Clara Selva advirtió recientemente sobre ello en una entrevista concedida a la agencia de noticias SINC, especializada en ciencia y tecnología.

Selva recuerda que estos productos que se etiquetan como indicados para la menopausia a menudo no suelen contar con un respaldo científico. De hecho, la evidencia hasta la fecha es muy escasa. Asimismo, cuando se investiga acerca de ello, los resultados acaban siendo muy limitados o inconsistentes.

Antonio Cano, expresidente de la Sociedad Europea de Menopausia y Andropausia (EMAS), expone que estos estudios suelen contar con un diseño muy pobre, no están aleatorizados y presentan sesgos. "No pueden decir que tienen argumentos, porque no los tienen", dice en referencia a las empresas que ofrecen y publicitan estos productos.

Otro aspecto del que advirtió Selva es de que pueden "generar una expectativa falsa o no responder de manera real a las necesidades de las mujeres", explicó la investigadora a SINC.

Apuntó también que este fenómeno puede acabar haciendo que se sientan culpables, al relativizar el problema y vender la imagen de que tienen que encontrar el producto adecuado o la rutina correcta.

El síntoma para el que más resultados se han encontrado son los sofocos, con productos elaborados con fitoterápicos (productos medicinales a base de plantas) y algunos micronutrientes. Sin embargo, todavía no se ha podido demostrar que puedan resultar efectivos a largo plazo.

La investigadora teme que este fenómeno acabe en una remedicalización de la menopausia, ya que el marketing para este tipo de productos acaba por presentarla como "una enfermedad crónica que requiere intervención constante", señaló en un artículo web publicado por la UOC.

Esa concepción acaba alimentando el miedo de las mujeres a esta fase de su vida y puede promover el consumo de tratamientos no siempre necesarios o seguros, agregó Selva. "Esta visión patologizante eclipsa la comprensión de la menopausia como una transición fisiológica, diversa y multifacética".

Las opciones médicas para afrontar la menopausia

Cano, por su parte, recuerda: "Este tipo de productos, como mucho, tienen efecto placebo. No van a quitarles realmente lo que tienen" y que existen terapias con aval científico para tratar los síntomas de la menopausia. La más completa es la terapia hormonal: "Lo mejor es ir al origen del problema".

Sin embargo, también se pueden tratar los síntomas de forma individual. Por ejemplo, contra los sofocos una de las opciones es Fezolinetant. Este fármaco actúa sobre el receptor de la neuroquinina para evitar que se genere este síntoma. En España está aprobado su uso desde 2024.

El experto cree que el miedo a tomar hormonas que tienen algunas mujeres y la publicidad que hacen de estos productos a base de ingredientes naturales o de vitaminas puede empujarlas a elegir esta opción frente a tratamientos farmacológicos científicamente comprobados.

Para él, ese miedo es fruto de la falta de información y cree que desde las consultas se debería hacer una labor de pedagogía mayor para que pierdan esa reticencia a la terapia hormonal.

Cano reconoce una excepción en esta cuestión y son los productos elaborados a base de elementos hidratantes para tratar la sequedad vaginal que ocurre a consecuencia de la menopausia.

El tratamiento principal para esto está realizado a base de hormonas, pero para las mujeres que no quieren esta opción, sí que está reconocida la eficacia de esta alternativa. De hecho, ya hay sociedades científicas, como la Sociedad Norteamericana de la Menopausia, que la reconocen.

El expresidente de la EMAS reconoce que no se ha demostrado que este tipo de productos haya tenido efectos negativos en la salud de las mujeres que los toman, pero sí hay una parte ética reprochable.

Estas mujeres buscan, muchas veces desesperadas, una opción que calme los síntomas que les produce la menopausia y que pueden llegar a mermar su calidad de vida. La publicidad de estos productos los muestra como esa solución, pero no han conseguido demostrar que sea así.