Carmen Lomana, 77 años

Carmen Lomana, 77 años

Ciencia

Carmen Lomana, 77 años, sin rodeos sobre cómo mantiene su figura: "Cada día me levanto a las 6 y me permito un capricho"

La conocida socialité habla sin reparo sobre sus mejores secretos para seguir estando joven a su edad.

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Carmen Lomana es una de las figuras más reconocibles del panorama social español y nunca ha ocultado que la clave de su energía radica en una rutina diaria cuidada, sin excesos y con dosis constantes de mimo.

A sus 77 años, sigue despertando curiosidad, no solo por su elegancia, sino por su piel luminosa y su ánimo vital.

La jornada de la socialité comienza antes de la salida del sol. "Madrugo muchísimo, hay días que me levanto a las seis y cuarto para empezar todo con calma", confiesa Lomana.

Aunque muchos buscan fórmulas mágicas, ella recalca que el primer paso es desayunar bien. "No concibo salir de casa sin desayunar", explica.

En su menú diario destacan las proteínas saludables: "Desayuno fruta fresca -kiwi, papaya, uvas, plátano- y una buena tortilla francesa. A veces añado pan, pero siempre evito los bollos".

"Prefiero el té porque no me pone nerviosa como el café", aclara, y no duda en añadir alguna pieza de fruta extra o un pequeño capricho dulce, como plátano machacado con zumo de naranja y un toque de miel o leche condensada, pero "en pequeñas cantidades y siempre saboreando el momento".

Tras el desayuno llega el turno de la rutina de belleza. "Lavo mi cara con agua helada al levantarme. Después aplico mi sérum y cremas hidratantes; nunca salgo de casa sin protección solar", detalla.

Su secreto es la constancia y la prevención: "La mejor crema es la que se usa todos los días. No importa tanto el precio, me encanta combinar productos caros con otros muy accesibles".

Tanto por la mañana como por la noche, Lomana dedica tiempo a limpiar la piel, hidratar y protegerla. "Siempre me desmaquillo muy bien, aunque llegue tarde a casa. Es el único método para no perder la frescura", afirma.

Su rutina incluye cenas tempranas y ligeras, normalmente entre las siete y ocho de la tarde. Si siente hambre por la noche, opta por fruta fresca, porque "la fruta nunca sienta mal y ayuda a sentirte ligera para descansar mejor".

Aunque Lomana admite que el gimnasio no es su lugar favorito, prioriza mantenerse activa y moverse mucho durante el día: "No hace falta matarse haciendo deporte, pero sí caminar, estirar y, sobre todo, disfrutar del movimiento".

La rutina de Lomana

Un hábito imprescindible: "Bebo al menos dos litros de agua diarios, siempre llevo mi botella y nunca olvido hidratar manos y brazos".

Para Carmen Lomana, la clave está en el placer de cuidarse. "Hay que disfrutar de los rituales, no solo verlos como una obligación", aconseja.

Su mensaje es claro: "La actitud y el optimismo rejuvenecen más que cualquier crema. El bienestar empieza por una buena alimentación y sumar pequeños gestos cada día".

Este enfoque, lejos de fórmulas milagro, está al alcance de todos y ha convertido a Lomana en inspiración para lectores que buscan salud y belleza duradera, con toques humanos y auténticos.