Adrián Carballo-Casla.

Adrián Carballo-Casla.

Ciencia

Adrián Carballo, investigador de la longevidad: "Si eliminas los carbohidratos es imposible hacer una dieta sana"

"La calidad de la alimentación no siempre va de la mano del tipo de dieta". / "Si eliminas los carbohidratos es imposible hacer una dieta sana". / "No es tarde para cambiar los hábitos y envejecer bien". / "Comemos peor que nuestros abuelos pero hay cierto equilibrio con el ejercicio físico".

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La alimentación es un factor que se mira muy de cerca desde el estudio de la longevidad. Siempre se ha hablado de alimentos más o menos saludables, pero ahora el foco también apunta a los que pueden facilitar un envejecimiento con buena calidad de vida.

En esto, la clave no está tanto en una lista de alimentos concretos, sino en "estudiar patrones completos", explica Adrián Carballo-Casla (Madrid, 28 años), investigador postdoctoral en el Centro de Investigación sobre el Envejecimiento, Departamento de Neurobiología, Ciencias del Cuidado y Sociedad, Instituto Karolinska.

El madrileño es coautor principal de un estudio publicado esta semana en la revista Nature Aging que, tras comparar cuatro tipos de alimentación diferente, ha encontrado la mejor para una vida longeva, tres patrones derivados de la dieta mediterránea.

Sin embargo, Carballo-Casla advierte que no vale solo con el nombre del patrón alimentario. "La calidad de la alimentación no siempre va de la mano del nombre que tenga la dieta". Se puede seguir una dieta cetogénica, basada en un alto consumo de grasas y bajo de carbohidratos, consumiendo solo carnes y cocinando con mantequilla, o seguirla comiendo mucho pescado cocinado con aceite de oliva, ejemplifica.

Si el envejecimiento depende de lo que comemos. ¿Vamos a envejecer peor que nuestros abuelos?

El envejecimiento depende de muchas cosas, una de las cuales es la alimentación. Posiblemente, los hábitos dietéticos han empeorado en los últimos 50 años en España y otros países europeos. De hecho, la adherencia a la dieta mediterránea en población española, por ejemplo, es cada vez menor.

Si seguimos comiendo de la misma manera durante los próximos 30, 40 o 50 años, los resultados en salud serán peores. Sin embargo, hay otras variables que afectan al envejecimiento, que posiblemente sean algo más favorables que en generaciones pasadas.

¿Cuáles son?

Por ejemplo, el ejercicio físico. Su importancia para la salud es algo que hace 30 o 50 años no estaba tan estudiada ni estaba tan implementada la actividad física en el tiempo libre. Luego, la atención sanitaria, la salud pública o el uso de vacunas cada vez son algo mejores.

También se consume menos tabaco ahora que hace medio siglo y se sabe que este hábito está relacionado con varias enfermedades y un envejecimiento menos saludable. Si miramos solo la alimentación, sí, comemos peor que antes, pero viendo la imagen en su conjunto, hay cierto equilibrio.

Usted estudia el papel de la alimentación en el envejecimiento. ¿Cómo influye una en el otro?

En nuestra última investigación hemos visto que una persona con una dieta poco saludable, 15 años después, puede sufrir una media de dos enfermedades crónicas más que otra que tenga una alimentación sana y equilibrada. Esto tiene una significación clínica bastante grande.

Aun así, no es solo eso. Si sumas la dieta, y otros elementos del estilo de vida como la actividad física, el tabaquismo y otros, al final tenemos muchos factores modificables sobre los que podemos actuar para envejecer mejor. Incluso en gente mayor no es demasiado tarde para actuar sobre su salud y sus hábitos.

¿Hay una lista de alimentos a evitar si queremos envejecer con calidad de vida?

Nosotros preferimos hablar de patrones alimentarios, que es en lo que hemos centrado nuestra investigación. El que peores resultados dio fue la dieta inflamatoria, que se caracteriza por un mayor consumo de carne roja y procesada, cereales refinados, bebidas azucaradas y, al contrario, menos ingesta de verduras, café o té, entre otros.

Luego hay otros platos que pueden parecer perjudiciales, pero no lo son tanto. Hicimos un estudio en población española con técnicas de cocción y vimos que la fritura en aceite de oliva, en gente mayor, se asociaba con un envejecimiento biológico más lento.

¿Qué pasa con las personas que eliminan grupos enteros de alimentos, como los que tienen grasas o carbohidratos, persiguiendo esa longevidad saludable?

Realmente, eliminar completamente un nutriente de la alimentación, es muy complicado porque son elementos que están muy distribuidos en los grupos de alimentos. Los carbohidratos están tanto en productos de origen vegetal y animal, desde verduras y frutas hasta lácteos.

Para no consumir ningún carbohidrato, esa persona solo podría consumir carne, pescado y huevos, posiblemente. Alguien que solo consume esos tres grupos de alimentos, es casi imposible que pueda seguir una alimentación saludable.

Lo que está claro es que cuantos más grupos alimentarios eliminemos, más riesgo hay de sufrir deficiencias nutricionales.

¿Existen alimentos o hábitos diarios que realmente pueden ayudar a retrasar los signos del envejecimiento físico y mental?

Mantener una dieta saludable, desde la mediterránea hasta opciones vegetarianas, mantenerse activo físicamente, socializar y dormir bien. Hay estudios que han visto que prácticas como hacer ejercicio en grupo, dormir la siesta o tener una red social amplia ayudan a acumular menos enfermedades.

Esto es una forma también de frenar el proceso. Si acumulas menos patologías, estás envejeciendo más despacio, al menos de manera biológica.

Con una buena alimentación, ¿se puede llegar a ser supercentenario como María Branyas?

Se necesita una combinación de muchos factores. En primer lugar, necesitas una genética extraordinaria. Posiblemente, además de esos genes, ayudará mucho si tienes una buena alimentación, pero no será lo determinante. La mayoría de gente, por muy saludable que sea su estilo de vida, no vivirá 117 años.

Ya hay multimillonarios probando tratamientos que, supuestamente, les harán más jóvenes. Uno de ellos [Bryan Johnson, empresario estadounidense], incluso, se hace transfusiones de sangre de su hijo. ¿Les están estafando?

Más bien, creo que muchas de estas personas están utilizando técnicas con una evidencia insuficiente. Están utilizando procedimientos experimentales.

Ahora mismo, no hay evidencia suficiente a nivel poblacional para recomendarle a la gente que utilice este tipo de transfusiones para reducir el ritmo de su envejecimiento o que consuma determinados fármacos o ciertos suplementos. Es posible que en el futuro la haya, que se hagan grandes ensayos clínicos y se demuestre que sí.

Lo que más evidencia tiene, hasta ahora, son cosas muy simples y, quizás, por eso tienen poco potencial de comercialización y no suenan tan innovadoras. Por ejemplo, mantener una alimentación saludable, hacer ejercicio, dormir bien o no fumar.

Más allá de eso entramos en el terreno de lo hipotético y experimental. Cada vez hay más evidencia incipiente, pero el nivel de certeza de estas nuevas opciones, comparado con estos componentes, es mucho menor. Además, cualquiera de esas estrategias posiblemente sea mucho más cara.