Dan Buettner, especialista en longevidad

Dan Buettner, especialista en longevidad

Ciencia

Buettner, experto en longevidad, avisa sobre este snack olvidado en España: "Contiene más antioxidantes que la verdura"

El tipo de tentempiés que se consumen entre horas marca la diferencia respecto a las comunidades longevas como Okinawa, Cerdeña o Icaria.

Más información: Buettner, experto en longevidad, avisa a España: "Los que viven 100 años toman este aperitivo más sano que muchas verduras"

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Durante décadas, las palomitas de maíz han sido consideradas poco más que un capricho de cine, asociadas a mantequilla derretida, azúcares añadidos y excesos calóricos.

Sin embargo, el investigador Dan Buettner, célebre por identificar las llamadas zonas azules, regiones del planeta donde la esperanza de vida supera con frecuencia los 90 años, ha propuesto reivindicarlas como una poderosa herramienta nutricional para vivir más y mejor.

Lo hace con un argumento inesperado: no solo no son perjudiciales, sino que, preparadas correctamente, pueden competir en beneficios antioxidantes, incluso con algunas verduras.

Este experto lleva años estudiando comunidades longevas como Okinawa (Japón), Cerdeña (Italia), Nicoya (Costa Rica) o Icaria (Grecia). En todas ellas, se han identificado patrones comunes.

Algunos son una alimentación basada en vegetales, actividad física regular, fuerte cohesión social y una actitud vitalista. Pero también pequeños detalles que marcan la diferencia, como el tipo de tentempiés que se consume entre horas.

Lejos de los ultraprocesados que dominan las estanterías del supermercado, en estas regiones se opta por alimentos simples, naturales y poco manipulados. Y ahí es donde las palomitas, en su forma más pura, el grano de maíz inflado sin aditivos, se alzan como una elección sorprendentemente saludable.

En palabras del propio Buettner: “Las palomitas de maíz están repletas de fibra, carbohidratos complejos y más polifenoles que muchas verduras”. Los polifenoles son compuestos vegetales con potente acción antioxidante.

Están implicados en la reducción del estrés oxidativo, la degradación crónica y el envejecimiento celular. Diversos estudios, como el publicado en Antioxidants, han demostrado que el maíz contiene concentraciones significativas de estos compuestos, sobre todo si se conserva la cáscara del grano.

Por eso, al inflarse con aire caliente y sin agregar grasas, el maíz mantiene buena parte de estos nutrientes intactos. En España, el consumo de palomitas suele estar ligado al ocio y al entretenimiento.

Sin embargo, la tendencia empieza a cambiar. Según datos del Informe sobre Hábitos de Alimentación Saludable del Ministerio de Sanidad (2024), un 37 % de los consumidores busca actualmente versiones “limpias” de snacks tradicionales, libres de azúcares añadidos, aceites refinados y conservantes artificiales.

En este contexto, las palomitas hechas en casa, con aire caliente o incluso en sartén, usando aceite de oliva virgen extra en pequeñas cantidades, ganan popularidad, tanto entre deportistas como en familias con niños.

Las palomitas de maíz son una fuente excelente de fibra insoluble, lo que favorece el tránsito intestinal, la saciedad y el control glucémico. Una ración de 30 gramos puede aportar hasta 4 gramos de fibra dietética, lo que las convierte en uno de los snacks más saciantes y menos calóricos si se preparan sin grasa.

También contiene vitaminas del grupo B, manganeso, magnesio y fósforo, esenciales para funciones neurológicas y metabólicas clave. Este perfil nutricional las hace ideales para dietas que buscan prolongar la vida útil del organismo sin necesidad de recurrir a suplementos.

Eso sí, Buettner deja clara una advertencia: no se refiere a las palomitas industriales que se venden listas para microondas o envasadas con sabores artificiales. Esas, explica, suelen estar cargadas de grasas trans, jarabes de glucosa, glutamato y sal en exceso.

En sus propias palabras: “Si están llenas de aditivos, ya no son palomitas, son otra cosa”. Por ello, recomienda comprarlas a granel o en grano entero, sin manipular, y cocinarlas en casa con métodos sencillos.

En sus vídeos divulgativos, el investigador insiste en que ese gesto aparentemente trivial, elegir una merienda adecuada, puede marcar una diferencia real en nuestra longevidad.

Esta reivindicación forma parte de una filosofía más amplia que Buettner ha desarrollado tras años de investigación: no se trata de vivir eternamente, sino de llegar a edades avanzadas con salud, energía y calidad de vida.

En ese sentido, ha sido muy crítico con los ultraprocesados que han colonizado la alimentación moderna. Su lista negra es clara: “Hay cuatro grupos de alimentos que deberíamos mantener fuera de casa si queremos vivir más: carnes procesadas, bebidas azucaradas, aperitivos salados industriales y dulces envasados”.

Curiosamente, son precisamente los que más abundan en la dieta de los países con mayores tasas de enfermedades crónicas.

En el caso del maíz, además, hay un componente cultural que no debe pasarse por alto. Este cereal ha sido básico en la alimentación de América Central y del Sur durante siglos y su potencial como alimento funcional está siendo redescubierto.

En España, las variedades de maíz autóctono, como el millo corvo gallego, también han vuelto a cultivarse en el marco de iniciativas de recuperación agroecológica.

El grano entero, sin refinar, conserva el germen y el salvado, donde reside la mayoría de sus propiedades beneficiosas. Por lo que efectivamente es un alimento saludable.

Por eso, en España, el consumo de palomitas se enmarca dentro de los snacks, con una media anual de 1,42 kilos por persona y un gasto de algo más de 12 euros, según datos de 2024. Aunque no lideran la categoría, su popularidad crece impulsada por la tendencia hacia opciones más saludables, como las palomitas infladas al aire y sin grasas añadidas.

En línea con el auge global de los snacks integrales, este producto gana terreno como alternativa ligera, saciante y cada vez más presente fuera del cine.