
A la izquierda, el científico Mariano Barbacid; a la derecha, la directora del CNIO María Blasco.
Barbacid defiende al gerente del CNIO frente a María Blasco en una carta al patronato: "Su trabajo es esencial"
Juan Arroyo ya era gerente cuando el científico Mariano Barbacid, hasta ahora al margen de la polémica, dirigía el prestigioso centro.
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"[S]i tenéis interés en que el CNIO siga existiendo es ESENCIAL [sic], no solo que se mantenga al actual gerente, Juan Arroyo, sino que se le otorgue la autoridad que le corresponde según los Estatutos, sin ningún tipo de cortapisas o limitaciones como ha venido sucediendo desde que María Blasco fue nombrada Directora del Centro".
Quien escribe esto es Mariano Barbacid, uno de los científicos españoles más importantes del último medio siglo –contribuyó al descubrimiento del primer gen relacionado directamente con el cáncer– y exdirector del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, que está en el punto de mira por las acusaciones de mala gestión y acoso contra la actual directora, María Blasco.
Barbacid, que había preferido mantenerse al margen de las iniciativas de sus compañeros para pedir el relevo de Blasco, ha salido al paso tras las acusaciones directas de la directora este martes en rueda de prensa.
En ese momento, Blasco arremetió contra Juan Arroyo y recordó que él ya era gerente con Barbacid, "cuya salida fue, digamos, conflictiva", apuntalaba. La bióloga alicantina, además, señalaba que Arroyo y Barbacid "fueron los responsables de pedir créditos de 43 millones de euros para hacer un ambicioso programa de desarrollo de fármacos que no produjo los beneficios esperados en cinco años, con lo cual estos créditos había que devolverlos, comprometiendo la viabilidad del CNIO".
La misiva de Barbacid va dirigida a los miembros del patronato del CNIO, que se reúnen el próximo miércoles 29 de enero para evaluar el estado del centro y decidir el futuro de sus dos máximos responsables, Blasco y Arroyo.

Mariano Barbacid ha escrito al patronato del CNIO defiendo al actual gerente.
El veterano científico explica que el gerente "consiguió que el Ministerio de Hacienda nos devolviera el IVA, el primer Centro de Investigación de España en conseguir esta devolución, que nos reporta anualmente unos ingresos superiores a 3 millones de euros. Sin esta gestión, a estas alturas el CNIO habría dejado de existir, al menos tal y como lo conocemos".
Los ingresos derivados de la devolución del IVA se utilizaron "para afrontar dos créditos blandos (a devolver en 15 años sin intereses)" en 2007, que permitieron crear el Programa de Terapias Experimentales, al que se refería Blasco, "que ahora languidece al no haber sido capaz de licenciar ningún compuesto desde que María Blasco llegó a la Dirección".
Según Barbacid, Arroyo también fue clave para traer a Erwin Wagner, "uno de los 17 miembros no americanos de la National Academy of Sciences de EEUU", al igualarle el salario que estaba obteniendo en Viena gracias a un acuerdo con la Fundación BBVA.
Wagner ha sido uno de los cerebros 'fugados' en la última década, como los de Manuel Serrano, Alfonso Valencia o Marcos Malumbres. Una buena parte de los jefes de grupo del centro achaca esta fuga a la gestión de Blasco en las cartas que han enviado al Ministerio de Ciencia.
Barbacid, que fue director del CNIO desde su fundación en 1998 hasta 2011, año en que entró Blasco, es jefe del Grupo de Oncología experimental del centro y el único investigador que lleva trabajando allí en sus 27 años de historia.
En su carta menciona también que Arroyo "diseñó un programa de financiación adicional basado en el establecimiento de una Agrupación de Interés Económico que nos iba a reportar nada menos que 8 millones de euros anuales durante 5 años".
Ese programa tuvo el beneplácito del Ministerio de Hacienda pero no fue aprobado por el patronato "por razones nunca explicadas", señala, y cuando Blasco asumió la dirección del centro "se ha negado repetidamente" a reconsiderarlo.
"Estos 40 millones de euros no solo hubieran evitado el ERE que tuvo que aplicarse en 2013 y que costó el puesto a 17 empleados, sino que hubieran servido para garantizar la viabilidad económica del Centro por más de una década", sostiene el investigador.
En su defensa de Juan Arroyo, Barbacid concluye la carta apuntando que desde que entró Blasco a la dirección del centro "y a pesar de las continuas insinuaciones de 'bicefalia', el Gerente se ha limitado a realizar las gestiones ordinarias del Centro sin ser responsable de ninguna de las actividades promovidas por la Directora, y siempre cumpliendo los mandatos de las distintas Comisiones Delegadas".
María Blasco ha achacado la mala marcha del CNIO a esta bicefalia sin explicar muy bien en qué ha afectado a la gestión. Este mismo miércoles, la ministra de Ciencia, Diana Morant, defendía esa bicefalia recordando que el centro 'hermano' del CNIO, el CNIC (Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares), marcha "estupendamente" de esta forma.