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Ciencia

La vacuna contra el cáncer de Moderna da sus primeras muestras de eficacia

Los datos arrojados en los ensayos preliminares han registrado un descenso del 44% en el riesgo de recurrencia de la enfermedad o muerte cuando la vacuna se administra junto a inmunoterapia.

27 enero, 2023 10:55

La vacuna universal contra el cáncer es una de las ambiciones que más tiempo lleva sobrevolando la medicina. Hasta ahora no se había logrado ningún avance significativo, aunque la revolución está cada vez más cerca, o al menos así lo sugieren los últimos resultados de la vacuna contra el cáncer de piel que está desarrollando Moderna.

El pasado mes de diciembre la compañía daba a conocer los frutos obtenidos en sus ensayos clínicos en fase 2b. La vacuna, desarrollada por Moderna, se ha inoculado a 157 personas con melanoma (el tipo más mortal de cáncer de piel) en estadios III y IV, junto a un tratamiento de inmunoterapia, desarrollado por Merck.

Las conclusiones de estos ensayos en fase preliminar reflejan unos datos prometedores, pues se ha demostrado que la vacuna logra reducir el riesgo de reaparición del melanoma y de la muerte por la enfermedad en un 44%, utilizada en combinación con el tratamiento de inmunoterapia, frente a los resultados obtenidos en pacientes que han recibido únicamente el tratamiento de inmunoterapia.

Esta noticia marca un nuevo hito en la investigación de las vacunas y la utilización del ARN mensajero, al ser la primera muestra de eficacia de un tratamiento de cáncer basado en esta tecnología. Así, a lo largo de este año 2023 está previsto que se inicien también los ensayos clínicos en fase III, además, de tratar de extender estos ensayos a otros tipos tumorales. Adicionalmente, se iniciarán los trámites con las agencias reguladoras para solicitar la aprobación de la vacuna.

Señalaba Stéphane Bancel, CEO de Moderna, que los resultados son “muy alentadores”, por lo que el objetivo de la compañía ahora es lograr “tratamientos de cáncer individualizados”. El cáncer es una enfermedad completamente diferente en cada persona, incluso si lo sufre más de una vez a lo largo de su vida. De manera que diseñar una vacuna que enseñe a las células a reconocer las células cancerosas abre la posibilidad de que un mismo fármaco pueda combatir todo tipo de tumores. “Esto me da mucha esperanza sobre la capacidad que tendrá la industria para reducir el número de personas que fallecen a causa del cáncer”, afirmaba Bancel hace unas semanas en una entrevista con EL ESPAÑOL.

¿Cómo funcionan las vacunas de ARN?

Hasta el año 2020 no se había aprobado ninguna vacuna de ARN mensajero. Pero la pandemia lo cambió todo, consiguiendo los recursos necesarios para acelerar la investigación y permitiendo que compañías como Moderna lanzaran las primeras vacunas para combatir el Covid-19. Se había demostrado, al fin, la eficacia del ARN mensajero.

El ARN mensajero, que transfiere el código genético procedente del ADN, está presente en todas las células de nuestro organismo. Su función principal es transmitir esta información y sintetizar las proteínas necesarias -existen más de 100.000 tipos- para el correcto funcionamiento del organismo. Cuando no se sintetiza la cantidad precisa de alguna proteína o no se sintetiza la correcta, puede desencadenar en la aparición de enfermedades como el cáncer.

El ARN mensajero tiene las “instrucciones” necesarias para cada una de las proteínas y, en el caso de estas vacunas, se encarga de que el organismo sintetice unas proteínas específicas que ayudan al sistema inmunitario a combatir determinadas enfermedades. En otras palabras, indica a nuestro cuerpo cómo fabricar su propia respuesta inmune.

Las vacunas de ARN contra el Covid-19 han marcado el comienzo del uso de esta tecnología y, gracias a los progresos logrados hasta ahora, Moderna pronto ha podido aplicar el ARN mensajero en el desarrollo de otras vacunas para combatir virus como la gripe, el VIH, el virus de Epstein-Barr (EBV), el virus respiratorio sincitial (VRS) o el citomegalovirus (responsable de la mayoría de malformaciones de nacimiento), así como patologías cardiovasculares e incluso algunas enfermedades raras. La ventaja de estas vacunas es que permitirán generar una respuesta a medida de cada paciente que, en los casos de cáncer, puede ser específica para los distintos tipos de mutación del tumor.

Las vacunas y el cáncer

Hasta el momento no existe ninguna vacuna aprobada para el tratamiento del cáncer (todas se encuentran en fase de investigación en ensayos clínicos). Sin embargo, desde hace décadas se recurre a vacunas que sí han demostrado poder prevenir el desarrollo de algunos tipos de cáncer. Son la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), identificado como causa de cáncer de cuello uterino y otros como el de garganta, vagina, vulva, pene y ano. También la vacuna de la hepatitis B, un virus que se relaciona con un mayor riesgo de padecer cáncer de hígado.

A diferencia de estas, la desarrollada por Moderna es una vacuna terapéutica, destinada a tratar una enfermedad ya existente. Vistos los primeros resultados, cabe preguntarse ahora si serán más eficaces que otros tratamientos como la quimioterapia. Es el siguiente paso que dará ahora la biotecnológica en las próximas fases de su vacuna contra el melanoma: “Con el tiempo sabremos si esta vacuna consigue tasas de curación y supervivencia superiores a los tratamientos tradicionales”, comentaba su CEO, en conversación con este periódico.