Las hermanas Álvarez Conde, Ana y Laura, junto a la fachada del centro

Las hermanas Álvarez Conde, Ana y Laura, junto a la fachada del centro

Valladolid

Se acabó el bonito cuento de 'Érase Una Vez', otra guardería que cierra: “Vamos a caer todas”

Un nuevo centro infantil en Valladolid baja la persiana porque no puede cumplir con los requisitos exigidos por la Junta para la educación gratuita / Exigen que recoloquen a todas las empleadas que se están quedando sin trabajo

2 junio, 2023 07:00

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Un nuevo centro infantil en Valladolid que tiene que cerrar, y ya van unos cuantos. La educación gratuita para menores de tres años implantada por la Junta de Castilla y León se ha convertido en una sangría para estas empresas privadas que se van abocadas al cierre al no poder cumplir con las exigentes medidas que se las impone para adherirse a la gratuidad. Podrían seguir como centros privados, pero es una lucha contra molinos que no sale rentable y que está dejando muchos años de esfuerzo, sacrificio y trabajo por el camino.

Ahora es el centro Érase una vez, el que tras 18 años en el barrio de Covaresa (Paseo Alfredo Basanta, 2), llega a su fin. Y lo hace con el lamento de sus dueñas, Laura y Ana, que junto a su hermana Gemma, comenzaron hace tiempo un sueño desde la nada y que ahora ven cómo se ha convertido en una pesadilla. “Tener una guardería para cuidar, educar a los más pequeños, sin duda, era uno de nuestros sueños, esta aventura se alargó 18 años, ni más ni menos, todo un logro por el que nos sentimos francamente orgullosas. Hemos luchado con uñas y dientes, para sacar nuestro negocio a flote, después de dos crisis económicas, después de una pandemia y el miedo que ésta generó, después de tantas y tantas trabas en el camino, pero ya no nos merece la pena”, así se sincera Ana Álvarez con la voz entrecortada a EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León.

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Y ella tiene claro, lamentablemente, que no serán la única guardería privada que tenga que cerrar antes de comenzar el próximo curso. “Nos están hundiendo, ahora somos nosotras, pero pronto seremos todas”, advierte. En su caso se han dado cuenta de que “no merece la pena” luchar por cumplir unas normas que provocarán que se tengan que volver a hipotecar su futuro económico. “Empezamos desde cero en este sitio, era todo un cuarto diáfano, metimos mucho dinero, hipotecamos a nuestros padres, y por fin ya estamos sin deudas y llega esto. Nos negamos a hacerlo”, comenta.

La razón del cierre es “los requisitos de un sistema que cambia, quizás dando facilidades a muchos, pero llevándose por el camino a infinidad de centros privados como el nuestro, hace que tengamos que parar”, en alusión al nuevo sistema educativo gratuito entre 0-3 años que se está llevando por delante a muchas empresas privadas que no han podido cumplir con unas leoninas normas y que cada curso va a más.

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Entre rabia y dolor se nota en las palabras de Ana cuando recuerda la puesta en marcha del centro. “No teníamos nada, y fuimos creciendo poco a poco, metimos suelo radiante, una mejor iluminación, el mejor mobiliario…para acabar así”. Ahora, con el cierre ya preparado para septiembre, ha puesto a la venta todo lo que se puede vender en el centro. Y lo hace rota de dolor.

Ana y Laura durante un día de Carnaval

Ana y Laura durante un día de Carnaval

En su caso han visto cómo cada día que pasaba era una piedra en la mochila. La Consejería de Educación, que afirma que no le consta que haya centros que estén cerrando, han ido imponiendo nuevas normas. Una de las más dolorosas es la de contar con un patio exterior para los niños. Algo que han padecido muchos centros. Se llegó a una solución con el Ayuntamiento para usar jardines y espacios públicos, sin embargo, los requisitos son costosos. Se exige un vallado, pagar por metro cuadrado y unas exigencias que desde Érase una vez ven inviables. Y es que no es lo único, también se suman otras. Por ejemplo, obras para que el baño de los profesores esté adaptados para personas con discapacidad, o una separación de aulas para tener los metros cuadrados exigidos."Y si lo hacemos el año que viene serán más cosa, el objetivo es hacernos desaparecer".

Muchas educadoras sin trabajo

A las hermanas Álvarez Conde les toca reinventarse, volver a empezar desde la nada, como ya lo hicieron hace casi dos décadas. Aunque hace un llamamiento a la Consejería de Educación para que contraten a todas esas educadoras infantiles que se están quedando sin trabajo por el cierre de los centros privados. “No nos pueden dejar tiradas, teníamos nuestros trabajos, nuestras ilusiones y ahora por sus exigencias nos vemos sin nada, deberían crear una especie de bolsa de empleo”, sugiere.

En su despedida recuerda a los cientos de niños y niñas que han pasado por sus aulas, a los padres que han dado su confianza, pero sobre todo al esfuerzo de una familia y parejas que siempre han estado con ellas. “Ahora toca empezar otra nueva etapa, quizás otro cuento, otro sueño... en éste, fuimos felices y comimos perdices”, concluye Ana.  Colorín colorado.