Misa nocturna celebrada en una iglesia de Valladolid

Misa nocturna celebrada en una iglesia de Valladolid Cedida

Valladolid

125 años de misas nocturnas para intimar con Jesús

La Adoración nocturna en la diócesis de Valladolid cumple su 125 aniversario de vigilias por la noche en busca del terreno perdido por culpa de la pandemia

23 enero, 2023 07:00

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Martes 18 de enero, ocho de la noche y apenas dos grados en la ciudad del Pisuerga. Son muchos los vallisoletanos que ya están recogidos en su hogar después de un frío día. La luz de los establecimientos va apagándose, los más rezagados disfrutan de una última caña en los bares. Otros prefieren rezar en recogimiento. Es la denominada Adoración Nocturna, una práctica religiosa que en la provincia cumple 125 años y que supone un momento para intimar con Jesús. Con el paso del tiempo se ha perdido devoción, pero no hace mucho eran habituales las oraciones hasta el amanecer.

El desarrollo de la vigilia comienza con una reunión donde se comentan los aspectos cotidianos del día a día y los problemas de los presentes. Seguidamente, se asignan las diferentes lecturas bíblicas y luego se pasa a la capilla para hacer la adoración. Posteriormente es el momento de la eucaristía donde se expone al señor y se está en oración durante más de dos horas. Se termina con la reserva del Santísimo. La Adoración nocturna tiene un componente muy emotivo, pero sobre todo de intimidad.

La Adoración Nocturna Española fue fundada en España por Luis de Trelles, político gallego y abogado, en 1877, que organizó grupos de “hombres que adoraran y dieran gloria al Santísimo Sacramento”. En un viaje a Francia conoció la adoración nocturna y quedó prendado. Por eso, se comprometió a trasladarlo a todas las provincias de España. Y así fue. En una época donde no había AVE ni avión, sus viajes por carreteras inhóspitas fueron épicas.

En Valladolid surgió en 1898 y desde entonces son muchos los que se concentran por la noche para rezar y pedir “por unos y por otros”, como indica el laico y presidente de la Adoración Nocturna de Valladolid, Fernando Alonso Ruiz de Gauna. Es cierto que hace años tenía mucha aceptación, llegando a reunirse hasta 14 turnos y rezando durante toda la noche. Sin embargo, con el paso del tiempo todo ha cambiado. Falta de personal por envejecimiento, falta de sacerdotes, la inseguridad en las calles “mayor ahora que hace 30 años”, y la maldita pandemia con el estado de alarma y el toque de queda en vigor, han provocado que muchos de los turnos dejaron de realizarse, apunta Alonso. Son las razones para tener que abreviar las vigilias, que ahora suelen prolongarse durante algo más de dos horas. De ocho a diez en invierno, mientras que en verano se puede extender hasta las doce de la noche en algunos puntos. Pese a todo, el laico asegura que mantiene toda la ilusión y que “hay confiar en que la gente se anime”.

Vigilias de Espigas

Ahora ha habido que congregar a gente porque los turnos se quedaban muy escasos. En la ciudad se realizan en la Parroquia de Santo Tomás de Aquino (c/ Álvarez Taladriz) y en la de San Andrés (Pza. de San Andrés 2). También en la provincia. En Tordesillas en la Iglesia de San Pedro, Campaspero en la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán, Cogeces del Monte Iglesia de la Asunción de Ntra. Señora, Medina de Rioseco Iglesia de San Pedro Mártir y en Alaejos en la Iglesia de Santa María. De forma extraordinaria, se celebran también vigilias y encuentros de oración y adoración junto a secciones de otras parroquias o localidades, destacando las llamadas ‘Vigilias de Espigas’, culminadas con procesión eucarística y bendición de los campos de la provincia.

Vigilia de espigas en Simancas para bendecir los campos

Vigilia de espigas en Simancas para bendecir los campos

Sin embargo, los católicos que acuden a estas vigilias son muy fieles. Con un perfil de hombres y mujeres por encima de los 60 años de edad pero también con jóvenes de 30 años que “buscan un lugar de recogimiento”. La diferencia entre una misa durante el día, o la clásica del domingo por la mañana, y las nocturnas es importante, según Alonso, es una sensación de “recogimiento y de sentimiento”. Hay menos ruido y mayor concentración. “El Señor está solo en los templos y se puede hablar con más sentimiento”, señala. Por supuesto se pide por los problemas mundiales como la guerra de Ucrania, pero también por los cotidianos, “por la gente que lo pasa mal y por los difuntos”. En el caso de la realizada en este enero, “por la Iglesia, para que de palabra y de obra siga realizando su misión evangelizadora y contribuya a la paz del mundo y al reconocimiento de la dignidad de todos los hombres y mujeres”.