Hace unos días mantenía una conversación con el director en España de una de las compañías líder en el mundo de maquinaria agrícola. Hablamos sobre la invasión de Ucrania y el enorme problema que se ha generado para la economía mundial, de sobra conocido por todos a estas alturas.

Me contaba cómo su empresa había dispuesto la evacuación de sus trabajadores en Ucrania. Articularon todos los medios necesarios para que pudieran llegar hasta Alemania. Con enorme tristeza en sus ojos y estupefacción me contaba cómo el día anterior a la invasión hablaba con sus colegas ucranianos con toda la normalidad que conlleva una situación de paz y tranquilidad, trataban los temas de intendencia habituales en cualquier empresa. Precisamente una de las compañeras con las que había hablado estaba embarazada de cinco meses y al día siguiente cuando se produce la invasión había tenido que montarse en un coche con otra embarazada y conducir 30 horas para salir de Ucrania y llegar hasta Alemania, dejando a sus maridos allí. Los hombres tenían que quedarse para defender su país. Un relato estremecedor, cualquiera nos ponemos en la piel de esta mujer y no lo soportas.
Me comentó también cómo en Rusia habían tenido que parar la producción con cerca de 500 trabajadores allí y un volumen de negocio muy importante.

Hacíamos una reflexión: Rusia y Ucrania concentran el 30% de la producción mundial de cereal y por lo tanto no se puede parar esta producción.

Garantizar a futuro el abastecimiento de grano es igual de importante para Europa que para el resto del mundo. Esta producción no se puede improvisar de un día para otro y la ganadería tiene que ser alimentada. Un egipcio tiene que comprar el grano para alimentar su ganado a precios competitivos como un español o un polaco. La producción de alimentos es clave para la existencia de la humanidad. Si no se garantiza entonces sí tendríamos una Guerra Mundial.

Esta prioridad no se nos puede olvidar a ninguno porque comemos todos los días.
Rusia tiene que sufrir ahora las sanciones internacionales que le han impuesto porque sólo así sentirá en sus carnes el perjuicio por su acción invasora. Ahora bien, no se puede asfixiar su capacidad productora de bienes esenciales como es la producción de grano.

Geoestrategia rusa

Rusia ha fraguado el incremento de su superficie de producción a lo largo de los últimos años para convertirse en imprescindible en el mundo. Hay razones geos estratégicas detrás de ello. Estas son las paradojas de una guerra.
Si bien es cierto que en el otro lado vemos cómo millones de ucranianos sufren la devastadora invasión que Rusia está ejecutando en Ucrania, cometiendo crímenes de guerra con ataques a hospitales, teatros, colas del pan... Privando de bienes primarios como el agua y la calefacción a la población.

Estos crímenes tendrían que ser juzgados pero la verdad, lo ocurrido en otros lugares como Siria o Chechenia no permite albergar muchas esperanzas de que así sea.
Estamos asistiendo en pleno SXXI a una situación absolutamente dantesca que nuestros ojos no pensaron nunca ver en Europa en este tiempo. Es el comentario unánime de todos cuando hablamos del tema.

La historia demuestra que da igual el siglo y la evolución del hombre, siempre aparece un loco narcisista, al que no le cabe el ego en el cuerpo. Que malo es el EGO cuando lo llena todo. Que importante es la humildad, la única virtud que puede llenar a una persona de valores para no desarrollar una acción que ha llenado de dolor y horror a millones de personas.

Frente al terror y el odio también hemos asistido a una ola de solidaridad mundial, desde particulares acogiendo familias y niños, a todo el orden mundial con países como EE. UU. con una cifra contundente de apoyo militar y humanitario. Y otros como Taiwán, que se ha visto reflejada en la amenaza que para la isla representa China, desde su gobierno ha acordado un importante apoyo económico.

Solidaridad

También hemos conocido la otra cara de la solidaridad, que ha sido denunciada por las ONGs, que es la existencia de mafias que han recogido en las fronteras a niños y mujeres para destinarlos a campos de trabajo y a la prostitución.

Entre tanta miseria y desastre ha emergido una figura que ha adquirido talla universal, demostrando al mundo como un político que sabe estar a la altura, incluso mucho más allá, es muy útil. Zelenski, un presidente al que nadie conocía antes y ahora lo es por su valor y capacidad de liderazgo. Solo los grandes estadistas habían comparecido ante el congreso de los EE. UU., y lo ha hecho apelando de forma directa al presidente Biden. Después en el Bundestag pidiendo a Alemania el boicot al gas ruso. Que gran político para el mundo, que espectacular ejemplo de lo que significa la política en su máxima pureza, la buena política: el arte de servir a los ciudadanos con mayúscula.

Entre tanta destrucción e intereses espurios y gracias a la lucha de un pueblo unido ante el enemigo con un líder a la cabeza y el apoyo del orden mundial mayoritario el miércoles pasado parecía que se abría paso la paz, la primera demostración una subida importante de las Bolsas en los últimos días. Después volvieron las bombas. Mantengamos la esperanza en que se selle la paz cuanto antes.