Yo también soy del club ‘Odio a Rachel’

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Televisión

Yo también soy del club ‘Odio a Rachel’

Hacer una maratón de episodios deja mal parado al personaje de Jennifer Aniston de ‘Friends’

28 mayo, 2018 01:13

En estos días Comedy Central ha hecho un maratón de episodios de la serie Friends, que sirven como complemento para el ‘FriendFest’ que han montado en Madrid (el cual acaba hoy), y que incluye la visita a la recreación de varios decorados de la ficción, como la cocina de Mónica o el sillón de los créditos iniciales.

Friends me cautivó en mi adolescencia de manera muy fuerte. Grababa todos los episodios en VHS, numerando las cintas, y veía sus episodios una y otra vez con la intención de aprenderme los diálogos, y en aquella época del Audiogalaxy me bajaba las canciones de Phoebe en versión original.

Y es que el personaje de Lisa Kudrow me fascinaba por encima de los demás por su espiritualidad, su ingenuidad, su peculiar forma de ver el arte y porque dentro del grupo de amigo era la que estaba más perdida en la vida. Ni tenía un oficio claro, ni conocía realmente a su familia, ni tenía la facilidad de otros para tener relaciones de pareja.

Sin embargo, Phoebe Buffay era casi tan genial como Ross (David Schwimmer), Rachel (Jennifer Aninston), Mónica (Courtney Cox), Joey (Matt LeBlanc) o Chandler (Matthew Perry); todos tenían sus particularidades que lo hacían únicos y divertidos… O al menos, así pensaba, hasta que comencé a ver la maratón de episodios de Comedy Central.

Y es que me he dado cuenta que en realidad pertenezco al club Odio a Rachel, aquel que formaron en su juventud Ross y su amigo Will (Brad Pitt), y que se dio a conocer en el capítulo ‘El del rumor’ de la noventa temporada, y que se fundó como venganza por lo egoísta que es este personaje.

No permite a Ross ser feliz, ni con ella ni sin ella

Desde el primer momento nos dejan claro que Rachel es una chica pija, incapaz de tomar las riendas de su vida, y acostumbrada a que sus padres le pongan todo por delante. No sabe luchar, siempre necesita un empujón para hacer cualquier cosa (salvo huir de una boda, eso se le da de lujo) y es en definitiva una persona un tanto débil y cobarde, que siempre lo hace todo por detrás ya que no sabe dar la cara.

De hecho, al ver la serie de manera continua, como un todo, se aprecia que el de Jennifer Aniston es el personaje que menos evoluciona; unos encuentran el amor, otros se compran una nueva casa, y Rachel… Rachel sigue igual que en el primer capítulo, jugando con los sentimientos de Ross y más preocupada en la ropa de marca que por la persona que tiene a su lado.

Porque la señorita Green es una niña que solo quiere montarse en el columpio cuando está ocupado; si está libre, no le interesa. Y ese columpio es Ross, al que no deja ser feliz, ni que otro ocupe su corazón.

¿Una psicópata de manual?

En la primera temporada, cuando tenía a Ross cerca no le interesa; cuando se va de viaje, decide que sí lo ama. Ross entonces tiene una novia asiática, Julie, y ella intenta hacer lo posible porque rompan; lo quiere para sí.

Mantienen un idilio, y al poco ella se aburre: ella no quiere jugar en el columpio, solo quiere demostrar que es de su propiedad y que nadie lo use. Así que decide romper el corazón de Ross y dejarle, pero cuando él pasa página y se acuesta con otra entra en cólera y lo considera una traición, una infidelidad, porque no era una ruptura tal cual, solo se estaban dando un tiempo, según su santo criterio. Y en ese tiempo hay que ejercer la castidad.

Tras esto llega una infinidad de piedras en el camino sentimental de Ross: intenta impedir una boda (en la que él pronuncia el nombre de Rachel en el lugar del de Emily, su pareja), sigue acercándose a él aunque sabe que le supone un conflicto con Emily, consigue que otra novia de Ross se afeite la cabeza solo para que él no la encuentre sexy.., Una psicópata de manual que no quiere dejar que su expareja sea feliz, ni con ella ni sin ella.

Ella fue la que quiso casarse en Las Vegas

En un viaje a Las Vegas, en plena borrachera, Rachel y Ross se casan, y cuando recobran la consciencia él no quiere cancelar el matrimonio porque la ama. Pero ella sí quiere el divorcio exprés y a toda costa; no volverán a ser pareja. Rachel manda a Ross que arregle los papeles de la separación, pero más tarde descubriríamos que si se casaron ebrios fue porque ella tomó la iniciativa. Y una vez más, incapaz de afrontar sus decisiones, manda a Ross a deshacer lo que ella enredó; lo tiene como le gusta, comiendo de la palma de su mano.

Todo aquel que haya visto Friends sabe que Rachel acabará embarazada del hermano de Mónica después de seducirlo una noche, aunque ella le echa la culpa a él. Por suerte, un vídeo demostraría que Green fue quien tiró el anzuelo, empleando una vieja historia que Joey utilizaba para ligar y que comenzaba con el clásico: “Hace años, en mi viaje a lo mochilero por Europa…”, y Ross comprendió que lo que ella quería era sexo. Sin embargo, ella se escuda en que fue casi una víctima, que él se abalanzó encima. 

Ross se merecía algo mejor

En el último capítulo parece que el destino va a separar a Ross y Rachel, pero a última hora ella baja del avión que la iba a llevar a París y se reencuentran y acaban juntos y felices. Y en su día, me parecía el mejor final, el más lógico. Ahora creo que fue un error, que eso está avocado al fracaso, y que el paleontólogo se merecía algo mejor.

Por cierto, en la web de Comedy Central han hecho una encuesta para elegir al mejor personaje. Chandler va en cabeza, seguida de Phoebe, Joey y Ross. Y en una dura competencia, Rachel y Mónica comparen la última posición, y espero que pierda la primera. Aunque a Mónica le sentaría muy mal no ser el peor mejor personaje, porque siempre fue muy competitiva.