Francia competirá en Eurovisión 2022 con un tema en bretón.

Francia competirá en Eurovisión 2022 con un tema en bretón.

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El auge del nacionalismo en el Festival de Eurovisión: el éxito de reivindicar una identidad propia

Los participantes optan cada vez más por mostrar sus particularidades y cantar en su propio idioma, algo que además valora el público.

14 mayo, 2022 17:29

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El Festival de Eurovisión reúne cada año a decenas de naciones de toda Europa -y hasta de fuera del continente- en un evento que reivindica la unión a través de la música más allá de las fronteras. La 66ª edición de este histórico certamen celebra este sábado 14 de mayo su gran final con 25 países que optarán a conquistar el micrófono de cristal con propuestas muy diversas que, además, reflejan una tendencia que se viene observando en los últimos años en esta competición: el nacionalismo cada vez está más presente entre los participantes y más valorado entre los seguidores del concurso.

Basta con echar un vistazo a las candidaturas que han logrado el pase a la final de esta edición para comprobar que algo está cambiando en Eurovisión. El primer aspecto en el que se observa esta evolución es en el idioma. La histórica hegemonía del inglés está dando paso a una nueva era en la que las naciones reivindican sus propias lenguas, incluso las cooficiales de cada estado. Este último es el caso de Francia, que este año compite con un tema en bretón.

Hasta 12 idiomas se podrán escuchar en la gala de este sábado sobre el escenario de Turín entre las 25 propuestas. Además, entre las 10 favoritas para hacerse con la victoria según las apuestas se encuentran seis lenguas distintas, lo cual refleja la influencia que están tomando otros idiomas en este festival.

El año pasado también se apreció este giro de timón en el certamen, pues ninguna de las propuestas del top 3 tenía el inglés como idioma. De hecho, el inglés solo estuvo presente en seis de las candidaturas que ocuparon el top 10.

Cabe recordar también que, en las últimas cinco ediciones de Eurovisión, tres países han ganado el certamen cantando en su propio idioma: Ucrania en 2016 con el estribillo en tártaro de Crimea, Portugal en 2017 e Italia en 2021.

Más allá del idioma

Pero no sólo en la lengua se observa el auge del nacionalismo en las candidaturas de Eurovisión. Los países participantes tienden cada vez más a reivindicar las características más reconocibles de su cultura, su tradición o su arte. Es el caso, sin ir más lejos, de la propuesta de España en este 2022. Chanel canta un tema actual y moderno con sonido pop internacional, pero aportando con su vestuario y su puesta en escena el toque español que hace reconocible su candidatura desde el primer segundo.

Otro ejemplo de esta edición es el de Serbia, en el que la icónica Kostrakta canta -además, en serbio- un tema que denuncia la precariedad del sistema sanitario de su país y las malas condiciones que sufren los artistas.

El caso de Ucrania

En los últimos años, Ucrania ha sido una de las mejores representantes de esta tendencia. El país ha conseguido grandes resultados con propuestas muy reconocibles y reivindicativas.

En 2016, en plena tensión con Rusia por la anexión de Crimea, la ucraniana Jamala fue ganadora con un tema sobre la expulsión de los tártaros de esa provincia en la Segunda Guerra Mundial. En 2021, el país fue quinto en la clasificación con Shum, una potente canción que combinaba el folklore ucraniano con los sonidos electrónicos.

Este mismo año, Kalush Orchestra es la gran favorita para la victoria con Stefania, un tema que, aunque no hace ninguna referencia a la guerra que sufre el país, se ha convertido en un himno de la resistencia ucraniana. La canción, dedicada a la madre de uno de los integrantes del grupo, ha cobrado un nuevo sentido por el complicado contexto del país. "Siempre encontraré el camino a casa, aunque todos los caminos estén destruidos", reza la letra, convirtiendo a esa madre en una patria que estará muy presente en la mente de los europeos durante la actuación de este sábado.

En definitiva, pese a los intentos de la UER por mantener el festival al margen de aspectos políticos, es innegable que Eurovisión es el mayor escaparate para que los participantes muestren al mundo sus particularidades y reivindiquen la unión en la diferencia, algo que el público ha aprendido a valorar, huyendo de convencionalismos y otorgando una identidad propia a un festival que se aleja de cualquier otro evento musical realizado en el mundo.

[Más información: Final de Eurovisión 2022: Ucrania y Reino Unido, a por una victoria que no borrará los méritos de Chanel]