A Charles Louis de Secondat, barón de Montesquieu, le debemos la teoría de la separación de poderes del Estado así como la máxima de que cuando el gobierno dura mucho se descompone poco a poco y sin notarlo.
Esa descomposición ha llegando en forma de corrupción hasta la mismísima localidad de Almendralejo, o dicho con más propiedad, a su alcalde José García Lobato, quien ha tenido que declarar como investigado en el caso Púnica.
En este caso es de esperar que el alcalde no quiera que sean los vecinos el alcalde, como diría Mariano Rajoy, aunque puestos a pedir hubiera venido mejor un aumento de la producción de cava a la localidad en vez de corrupción.
Tendremos que seguir resignados en Extremadura donde seguimos esperando la llegada de un tren digno, tan digno como las pensiones que seguro que no cobraremos los mayores de cuarenta y cinco años, según manifestó Celia Villalobos mientras nos recomendaba ahorrar o recriminaba a nuestros mayores vivir demasiado, cobrar durante mucho tiempo la pensión.
Ella deseaba jubilarse a los 80, Dios quiera que no. A la vista de este panorama y parafraseando a Rodrigo Rato en en la comisión de investigación del Congreso de los Diputados sobre la crisis bancaria, cabe preguntarse: ¿es esto un saqueo? Yo lo tengo muy claro, amigo lector.