Soldados estadounidenses acercándose a Omaha Beach

Soldados estadounidenses acercándose a Omaha Beach Reuters

Nietos del esfuerzo, herederos del olvido

Fernando Domínguez
Publicada

¡Qué felicidad cuando unos abuelos reciben a un nieto! Parece asegurada la continuidad de la familia. Todos contentos…

Incluso el negocio familiar, si lo hay, parece garantizar su futuro: pero no siempre es así. A veces, el desenlace puede ser un desastre, al menos desde el punto de vista económico.

El refranero lo resume con crudeza: "Padre trabajador, hijo vividor, nieto mendigo".

Esta lógica puede aplicarse, por analogía, a situaciones históricas y geopolíticas. Pensemos, por ejemplo, en la prosperidad que siguió a las guerras mundiales y en los múltiples problemas que enfrenta actualmente la Unión Europea.

Enfocándonos en España: de una población marcada por la pobreza y el analfabetismo antes de la Guerra Civil, pasamos a una generación que accedió a mejores condiciones de vida, gracias a políticas de vivienda, educación e industrialización. Fue el llamado "milagro español", reconocido internacionalmente, aunque hoy algunos lo nieguen.

La generación de nuestros padres quiso asegurar un futuro aún mejor para sus hijos, pero en muchos casos se transmitió la idea de que lo conseguido era gratuito e inagotable. Como consecuencia, estamos viendo por primera vez una generación que vive peor que la anterior.

Hoy, en una sociedad que muchas veces ignora su propia historia, el discurso político se ha vaciado de verdad y se llena de consignas de marketing. Incluso la educación se trata como un apéndice recortado y marginal.

Si nadie lo remedia, la historia podría repetirse. El autoengaño tiene límites: como se atribuye (quizá falsamente) a Lincoln, "Puedes engañar a todos algún tiempo, o a algunos todo el tiempo, pero no a todos todo el tiempo".

Nos movemos en una sociedad de nietos y bisnietos que a menudo desprecian el esfuerzo que construyó lo que hoy disfrutan. Se impone el carpe diem aderezado con pan y circo, y lo que viene después es pura consecuencia.

Aun así, toca sobrevivir. Como se sobrevivió a otros tiempos: al desencanto posbélico, a la crisis del petróleo, al desencanto hippy. Aunque algunos vivan anclados en el pasado, el tiempo es huidizo y no vuelve.

Como recordaba Churchill, citando a Lord Byron, estamos de nuevo en tiempos de "sangre, sudor y lágrimas". Si no asumimos el esfuerzo necesario para evitar lo que aún es evitable, mañana será peor.

La economía y la política están secuestradas por mitos y apariencias. Sólo la sociedad civil puede recuperar la verdad y el compromiso en la vida pública.

Así que infórmate, reflexiona y haz tu parte: ya toca.