Campello y Martín reúnen en su último libro la historia del primer barrio planificado en Alicante.

Campello y Martín reúnen en su último libro la historia del primer barrio planificado en Alicante.

Alicante ciudad

Los diez amigos, la sociedad que creó el primer barrio moderno de Alicante

Alfredo Campello y Ernesto Martín recuperan las biografías de este grupo de empresarios que planificaron el origen de lo que fue la urbanización Benalúa.

13 enero, 2022 02:32
Alicante

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A finales del siglo XIX una promoción llegaba a Alicante para convertirse en el que sería el primer barrio moderno de la ciudad, Benalúa. Ofrecía viviendas accesibles a la clase media trabajadora, ventiladas y con retrete, en una urbanización que tendría iglesia, teatro y colegios. Aquel proyecto solo duró doce años.

Lo impulsaron un grupo de burgueses entre los que había un par de farmacéuticos, un ingeniero, un comerciante de maderas y hasta un marqués. Perfiles muy diferentes porque entre ellos había masones, católicos y ateos. Todos tenían esa idea en común, lanzar a la venta doscientas viviendas para que las compraran los trabajadores de una emergente clase media.

Era 1884 y la descripción de las viviendas refleja la lógica que venía con los tiempos y a los que Alicante se incorporaba. El derribo de las murallas que contenían la ciudad había empezado en 1854, el año en que una grave epidemia de cólera morbo asolara su población, de unos 18.000 habitantes. Tres décadas después, la ciudad crecía, estrenaba conexión por ferrocarril con Murcia y se necesitaban casas dignas.

Más cuando la palabra epidemia no era algo tan extraño en el vocabulario de sus habitantes. Aquel mismo año y el siguiente, el cólera morbo volvería a la ciudad. Las calles amplias y despejadas, en las que a ambos lados se distribuían en cuadrícula las viviendas de dos pisos con aseo, ofrecían una gran oportunidad a los que buscaran una vida mejor, sin marcharse de su ciudad. 

Los diez amigos

Aquella urbanización abierta la impulsó como presidente José Soler, y como honorario el marqués de Benalúa. El vicepresidente era Juan Foglietti, el contador fue Amando Alberola, el tesorero José Carratalá, el secretario Francisco Pérez, los vocales Pedro García y el doctor Arcadio Just más el también arquitecto José Guardiola. De iniciar la construcción y como encargado de obras estaba Pascual Pardo.

Estos hombres eran los que se conocieron como Los diez amigos, los que cambiaron la historia urbanística de Alicante, acabaron nombrando muchas de sus calles y a los que fue necesario redescubrir. 

Los dos amigos

Ese ha sido el proceso que iniciaron otros dos hombres hace seis años, Alfredo Campello y Ernesto Martín. Se conocieron de niños, estudiando juntos en los maristas y se reencontraron años más tarde en el colectivo Alicante Vivo. Ahora presentan Callejero biográfico del barrio de Benalúa de Alicante (Ediciones Mankell), un libro en el que cuentan la vida de Los diez amigos a través de sus calles. "Se sabía mucho del barrio pero muy poco de los fundadores", explican ambos mientras toman un café en la plaza Navarro Rodrigo.

En la fría tarde de enero sus ánimos brillan. Tienen entre manos las primeras copias del libro y están orgullosos del resultado que ya venden en la librería 80 Mundos. "Hemos hecho la biografías de los fundadores, aclarado cosas que no eran ciertas y contado otras que no se sabían". Entre ellas, una sobre la vida del doctor Just y sus estudios en medicina y farmacia u otra sobre la confusión entre los dos Foglietti que aparecen en el callejero.

La nueva mirada

Juntos durante años, Campello y Martín trabajaron en su callejero cuando estaban aislados cada uno en su casa. El confinamiento les proporcionó "el arreón final" para recopilar lo que sabían de años atrás en sus diferentes proyectos más lo que investigaban para la ocasión. También las fotografías que conseguían, muchas de ellas inéditas, destacan orgullosos. A través de los fondos familiares de los propios vecinos con que han ido contactando, más los comprados reúnen esta mirada al barrio que inspiró el futuro de la ciudad.

"Fue la primera vez que se planificó así", destacan. Luego vendrían otros, como San Gabriel, añaden. Aspectos que también desgranan en este libro a partir de las conexiones que generan entre personajes y que les llevan a los vecinos barrios Francisco Albert, Miguel Hernández, Alipark o Chimeneas. 

Ese modelo exitoso no lo fue en principio para el propio Benalúa. La urbanización abierta a todos los alicantinos que pretendieron se mantuvo solo doce años. "Las viviendas se vendieron bien", explican, "lucharon para entrar en el ensanche por los beneficios económicos, pero la sociedad se fue al traste".

Del regalo o la cesión de terrenos para la construcción de servicios hasta la inversión en iluminación de gas para las calles cuando ya triunfaba lo eléctrico. "La sociedad económica no quebró, pero lo cedió al Ayuntamiento". Y hoy en día solo quedaba esa placa en Navarro Rodrigo, cuyos contratiempos a lo largo del siglo pasado merecen su propio espacio. Pero esa es otra historia. La que Campello y Martín seguirán reuniendo en sus proyectos.