Le pidió prestados 50 euros a una conocida a la que solía ayudar haciendo reparaciones y, al ver que tenía mucho más dinero en su cartera, decidió cogerlo y asesinarla a golpes. Este lunes un hombre, natural de los Países Bajos, se sentará en el banquillo de los acusados por presuntamente matar a una anciana británica de 70 en la localidad alicantina de Granja de Rocamora. Fiscalía pide para el acusado 30 años de prisión, y el juicio se celebrará con jurado popular. 

Según el relato de los hechos del Ministerio Público, el procesado y la víctima se conocían desde 2015. Al parecer el hombre acudía en ocasiones a la casa de la septuagenaria, de nacionalidad británica, para realizar tareas de fontanería, electricidad o pintura. La mujer, además, le había prestado dinero al encausado en alguna ocasión.

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Los hechos sucedieron el 16 de noviembre de 2019, cuando el procesado fue hasta la vivienda para pedirle 50 euros a la fallecida. Para entregarle el dinero, la víctima sacó un monedero "que contenía 600 euros en billetes".

Según el fiscal, el acusado vio el dinero que tenía la mujer y se lo quitó violentamente. Posteriormente, "con la intención de acabar con su vida", se abalanzó sobre ella y la tiró al suelo de la cocina, donde la golpeó de forma repetida y contundente con puñetazos, patadas y pisotones en la cabeza, en el cuello y el tórax.

La mujer, que murió debido a la lesiones que sufrió por los golpes, tenía todas las costillas rotas, además del esternón y la mandíbula. También sufrió hematomas craneales y rotura cardíaca con explosión de miocardio.

La Fiscalía pide para el acusado una pena de 30 años de prisión por los delitos de asesinato y robo con violencia.

Meses de investigación

Los hechos no se conocieron inmediatamente, ya que la mujer vivía sola. Fue una amiga de la víctima quien dio el aviso a la Guardia Civil. Encontró a la mujer en el suelo con "evidentes signos de violencia". 

Los agentes abrieron inmediatamente una investigación pero en la escena del crimen no encontraron ningún indicio que pudiese delatar al autor de los hechos. La única línea de investigación es que la puerta no había sido forzada, por lo que el agresor tuvo que acceder a la vivienda con el consentimiento de la propietaria. 

A partir de ahí se desplegó un dispositivo que concluyó meses después, cuando se detuvo a dos personas: el hombre de los Países Bajos, de 49 años, que ahora va a juicio, y un amigo suyo español, de 33 años.

El Instituto Armado llegó a la conclusión de que se había producido una agresión deliberada por parte de alguno de los dos hombres con la intención de sustraerle dinero a la víctima. Finalmente, ha sido el conocido de la mujer quien ha llegado a juicio como presunto autor del asesinato.