El aeropuerto de Alicante-Elche Miguel Hernández tiene previsto operar desde este 24 de diciembre hasta el próximo 1 de enero un total de 1.490 vuelos, lo que supone un 80% de la operativa del año 2019, en el que se programaron 1.800 vuelos. Se consigue recuperar así gran parte del tráfico aéreo después de que en 2020 el operativo cayera hasta 603 salidas y llegadas, un tercio del ejercicio anterior. 

La noticia confirma la recuperación paulatina que ha vivido el aeródromo alicantino en los últimos meses, en los que ha recuperado su condición de quinto aeropuerto de España, pero también ofrece una imagen engañosa de la salud actual del turismo de la costa Blanca: gran parte del operativo pertenece a vuelos de Reino Unido, cuya ocupación, según ha podido saber El Español, ha bajado "drásticamente" desde que se exige a los británicos un pasaporte Covid para entrar en el país. 

De hecho, y tal como adelantó este diario, el turoperador Jet2, uno de los mayores que operan en El Altet, decidió hace una semana anular todas las reservas que tenía hechas a España con adolescentes de entre 12 y 15 años por la exigencia de este certificado. Resulta que los menores en esta franja de edad tienen una dosis en Reino Unido, pero la segunda se les suministrará dentro de tres meses, por lo que se prevé que hasta la segunda mitad del invierno no puedan acceder al pasaporte de vacunación. 

Tanto las compañías aéreas como las patronales turísticas trataron de negociar con el Gobierno para sustituir esta documentación por una prueba PCR realizada dos días antes de subir al avión, pero el Ejecutivo se negó. Ante la situación actual, muchas compañías han optado por anular la sreservas y optar por otros destinos con menos frestricciones para las familias británicas. 

Una campaña complicada

Por lo demás, la salud del aeropuerto de Alicante-Elche es buena mientras que para el turismo de la Costa Blanca las próximas semanas van a ser las "más complicadas" desde el cierre perimetral, según explicaron desde la patronal hotelera de Benidorm, Hosbec. 

La capital turística tiene actualmente a la mitad de sus hoteles cerrados, y la previsión es que hasta el próximo 6 de enero otros diez cesen su actividad. Se trata de uno de los peores inviernos que se recuerdan, debido no solo a las restricciones al turismo británico, sino también por el miedo al ómicron y, especialmente, el retraso en la comercialización de los viajes del Imserso. De hecho, está previsto que los primeros mayores lleguen a la ciudad, como pronto, en el mes de febrero, cuando "ya no tendrá sentido", según fuentes empresariales.