La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, este lunes en la sede del partido.

La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, este lunes en la sede del partido. Cs

Política CIUDADANOS

Arrimadas convence tras 4 horas a Begoña Villacís de refundar Cs y desactiva un liderazgo alternativo

La propia vicealcaldesa de Madrid, a continuación, defendió el proyecto refundador de Arrimadas ante sus compañeros en la Ejecutiva.

28 junio, 2022 03:03

Begoña Villacís no desbancará a Inés Arrimadas como líder de Ciudadanos. Los movimientos de la Ejecutiva de este lunes desactivan cualquier posibilidad. Según las fuentes consultadas por este periódico, la vicealcaldesa de Madrid y la jerezana se reunieron durante cuatro horas el día anterior al cónclave del partido.

En ese encuentro, Villacís se convenció de que el mejor camino es la "refundación" que impulsa Arrimadas. La presidenta de Ciudadanos sabe de la influencia que tiene su compañera entre la militancia y había sentido como duras las palabras de la vicealcaldesa el día siguiente a las elecciones de Andalucía: "¿Por qué no dimitimos toda la Ejecutiva en bloque?".

Esa propuesta no fue secundada por pesos pesados de la organización, pero hizo ruido. Así que siete días después, Arrimadas compartió mantel con Villacís porque sabía que la supervivencia de su proyecto dependía, en cierto modo, de ella. En esa conversación, la sucesora de Rivera puso todo de su parte y logró su objetivo.

Al día siguiente, la misma Villacís que había hablado de una dimisión en bloque era la que pedía a sus compañeros de la Ejecutiva que dieran un voto de confianza a la "refundación". En realidad, les pedía "un acto de fe".

Así lo definen algunos de los dirigentes presentes en aquella reunión consultados por EL ESPAÑOL. "Begoña vendió el plan con mucha ilusión. Contó que había estado reunida cuatro horas con Inés el día antes. Y que el plan era bueno, aunque no podía dar detalles. Llamó reiteradamente a la confianza", detallan estas fuentes.

Villacís, por tanto, ha unido su futuro al de Arrimadas. No podrá presentar una propuesta alternativa, por lo menos hasta que culmine el proceso de renovación. De hecho, la presidenta de Ciudadanos ha nombrado a la vicealcaldesa "coordinadora" del equipo que pilotará el cambio.

Dicho de otra manera: Villacís cree que todavía es posible salvar a Ciudadanos de la desaparición. Y cree que es posible hacerlo de la mano de Inés Arrimadas. Trabajará a su lado hasta las próximas elecciones municipales. Si el proyecto no funciona, ella también será responsable.

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Villacís sería una de las más afectadas por el resultado de este proceso, ya que no ha amagado con renunciar a la candidatura de Madrid en los comicios. En su entorno, pese a reconocer la enfermedad que sufre la marca, reiteran manejar encuestas que auguran "cuatro o cinco concejales" naranjas en la capital, lo que constituiría un auténtico milagro en comparación con los últimos procesos electorales.

La vicealcaldesa jamás ha encarnado un antagonismo a Arrimadas, pero sí ha alzado la voz cuando lo ha creído conveniente. "Los militantes la tienen por una mujer que dice lo que piensa en los momentos duros. Y esa autenticidad está muy valorada hoy", dice uno de sus compañeros.

La buena relación personal entre ambas ha facilitado que, llegado el momento, Arrimadas haya podido concertar una cita con Villacís para hablar con absoluta confianza. Tras escuchar el parecer de la madrileña, la presidenta del partido logró seducirla con la "refundación".

Algo sabe Villacís que no conoce el resto. Ni siquiera sus compañeros de Ejecutiva. Tal y como reveló este periódico, existe un comité de crisis que elabora desde hace meses un catálogo de propuestas y un rebranding.

Con toda probabilidad, Arrimadas dio detalles a Villacís de este proceso y, a continuación, le ofreció la coordinación del equipo político que esta semana ya se ha hecho cargo de la refundación entrante.

No existen los críticos en Ciudadanos. O mejor dicho: no existen los críticos capaces de proponer una alternativa. Además de la ficha Villacís, Arrimadas anunció la incorporación de Francisco Igea, su otrora enemigo, al núcleo duro de la organización.

Arrimadas, delante de todos sus compañeros, a puerta cerrada, asumió errores, pidió confianza y dejó una frase que quedó en el recuerdo de los asistentes: "Quiero que mis hijos, cuando dentro de diez años me busquen en Google, vean que hice algo bueno por la política".