Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, con el primer ministro portugués, António Costa.

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, con el primer ministro portugués, António Costa. Efe

Política CORONAVIRUS

Los iberistas piden una agencia para que España y Portugal coordinen sus restricciones ante la Covid

La Sociedad Iberista reclama una mayor cooperación entre los países vecinos para "atajar un virus que no entiende de fronteras".

10 diciembre, 2021 06:01

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La Sociedad Iberista, que propugna la unión o la especial relación sociopolítica entre España y Portugal, está empujando para que ambos países creen una Agencia Ibérica de Cooperación de Emergencias para hacer frente a la variante ómicron del coronavirus. Así lo confirman sus organizadores en conversación con EL ESPAÑOL.

João Azevedo, portavoz de la plataforma en Portugal, opina que las medidas adoptadas han sido hasta ahora "injustas, insuficientes y no han puesto el foco en atajar un virus que no entiende de fronteras". Por ello proponen una agencia similar a la FEMA [Agencia Federal para el Manejo de Emergencias] estadounidense que permita "coordinar esfuerzos en caso de catástrofes y emergencias sanitarias".

Adrián Gebé, coordinador general de la Sociedad Iberista, comparte esta posición y pide "un mejor ajuste" de las medidas restrictivas en lo sucesivo. "Mientras España mantuvo las mascarillas en interiores, en Portugal se podía entrar al supermercado sin ellas", explica Gebé, que abunda: "Hay que pensar en la mejora de la eficiencia y optimización de recursos. Lo hemos visto en Europa cuando se han comprado vacunas de forma conjunta".

Los iberistas quieren evitar en lo sucesivo que se produzcan decisiones unilaterales como las adoptadas por el Ejecutivo de Pedro Sánchez y el de Antonio Costa durante la crisis de la Covid-19.

Cabe recordar que la situación es ahora mismo muy asimétrica en ambos países. Mientras que Portugal ha entrado en estado de calamidad para afrontar la quinta ola de coronavirus -con nuevas restricciones que volverán a imponer el uso de certificados digitales y test en la vida diaria-, el presidente Sánchez, da por "garantizada" una Navidad sin medidas excepcionales.

Por todo ello, los iberistas abogan por una agencia que "no sólo tendría un marco de acción para combatir la actual pandemia, sino para cualquier tipo de catástrofe": "En España y Portugal existen organismos nacionales que se encargan de ello, al menos en el ámbito de la protección civil".

Pandemia e iberismo

La crisis económica y social derivada del coronavirus provocó un auge del iberismo, que reclama un ente supranacional que -dentro del marco de la Unión Europea- utilice la unión de ambos países como palanca de desarrollo mutuo. En este sentido, los iberistas entienden que la pandemia ha sido una "ocasión desperdiciada" para que los dos países vecinos estrecharan lazos.

"En la Sociedad Iberista ya criticamos la última Cumbre ibérica de Trujillo, donde echamos en falta una mayor decisión a la hora de avanzar en colaboración", explica Adrián Gebé: "Se están dando pasos, pero son pequeños y con la mirada muy corta en el tiempo. El cortoplacismo nos pone en clara desventaja con otras potencias como Alemania o Francia, que avanzan de forma muy significativa en la cohesión territorial, sin que ello implique una unión".

Entre los aliados políticos de los iberistas figura el alcalde de Oporto, Rui Moreira, que hace poco más de un año sugirió avanzar en esa integración y crear un "Iberolux", en referencia al modelo Benelux (integrado por Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo). Una estela que siguen hoy en día ciudadanos y empresas de La Raya (la frontera terrestre entre España y Portugal), así como asociaciones socioculturales como la Sociedad Iberista. Todos ellos piden una alianza estratégica como las que existen en el contexto europeo entre los países del Benelux, los del Consejo Nórdico, el Visegrado o, de forma bilateral, en el consejo de ministros conjunto francoalemán.

Su propuesta principal, tal y como reza su página web, consiste en "configurar una alianza estratégica entre Portugal y España dentro del marco de la Unión Europea que permita la consecución de propuestas de integración". Y para ello proponen empezar por cosas simples, tales como "eliminar todas las asimetrías informativas, educativas, político-administrativas, culturales y sociales en la Península Ibérica".

Origen histórico

Se dice del iberismo que, inspirado por los movimientos de unificación surgidos en Alemania e Italia, vivió su apogeo ensoñador durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX. Autores como Miguel de Unamuno, Fernando Pessoa o José Saramago, cada uno a su manera, dan cuenta de ello.

El historiador César Rina explica que el iberismo nace en el siglo XIX como "un proyecto de unión peninsular" en el marco de las "revoluciones liberales burguesas con la irrupción del modelo nacional como medio de administrar el territorio, la legitimidad y los afectos".

"Los liberales del siglo XIX creyeron que se había abierto una nueva era en la que se podría reorganizar el mapa europeo en función de parámetros culturales y no de luchas dinásticas. En la Península, el iberismo fracasó, pero en Italia o Alemania el proceso de unificación sí triunfó", relata Rina.

Quizás el momento más álgido del movimiento fue el Sexenio Revolucionario, entre 1868 y 1874. Así lo atestigua este profesor de Historia Contemporánea en la Universidad de Extremadura, que asegura que "en la búsqueda de nuevo rey, llegaron a ofrecerle la corona a Fernando de Coburgo, padre del rey de Portugal, con el ánimo de que cuando muriera se integraran ambos países en un mismo Estado". No fue así.

En consecuencia, en el siglo XX el iberismo entró en retirada porque sus postulados "chocan con el imaginario de los españoles y portugueses, ya plenamente consolidados y sustentados en el mito de las espaldas enfrentadas, que habla más bien de un proceso reciente que de un desinterés histórico".

Por todo lo expuesto, César Rina considera que el iberismo entendido como creación de un Estado común "no tiene ningún recorrido", pero sí lo considera "fundamental" como "elemento de integración cultural, de acercamiento e interés mutuo, de puesta en marcha de proyectos compartidos a escala peninsular, de crear marcos para hacer fuerza en Europa". Un empeño histórico, en definitiva, que ha resurgido motivado por la búsqueda de una solución conjunta a la pandemia.