Foto de archivo de Pablo Casado y Pedro Sánchez en un encuentro en Moncloa

Foto de archivo de Pablo Casado y Pedro Sánchez en un encuentro en Moncloa EFE

España INVESTIDURA

Sánchez y Casado aprovechan la debilidad de Rivera e Iglesias para reforzarse mutuamente

La negativa de Rivera a reunirse con el presidente en funciones ahonda en la brecha interna que sufre Ciudadanos. 

25 junio, 2019 05:12

Pedro Sánchez y Pablo Casado tienen algo en común. De momento, el reparto de escaños en el Congreso de los Diputados y del poder territorial los sitúa como las dos principales alternativas. Sus dos partidos son, sin duda, los más importantes y, además, opuestos. Por mucho que el bipartidismo haya muerto o se haya debilitado. Pero los líderes del PSOE y del PP tienen una cosa más en común: a ninguno de los dos les iría mal en unas segundas elecciones. 

En en PSOE explican en privado que si no hay Gobierno y se repiten los comicios por falta de acuerdo con Unidas Podemos, sería Pablo Iglesias quien pagaría el precio. Llegar así a las urnas podría sentenciar el liderazgo de Iglesias, pero también entrañaría riesgos para Sánchez, ya que su rival, Pablo Casado, podría verse reforzado. 

En el PP creen, resignados, que han tocado fondo y que peor no puede irles en una repetición electoral. El propio Casado aseguró que a él y a Sánchez podrían hasta beneficiarle la repetición de los comicios. En el caso particular de los populares, votantes que se fueron a Vox confiando en que su voto sirviese para frenar a Sánchez podrían regresar ahora a la casa madre. Aquellos que pensaban que Albert Rivera era la alternativa al líder socialista también podrían volver su mirada hacia el PP, conscientes de que dividir el voto perjudica al objetivo final. 

La tranquilidad para afrontar el futuro

Con esa tranquilidad se reunieron en la mañana de este lunes Sánchez y Casado en una reunión secreta pero que rápidamente trascendió. La adelantó Antena 3 a la hora del telediario y saltaron todas las alarmas. Se produce exactamente una semana después de que Sánchez se viese con Iglesias, que sigue siendo su socio prioritario y preferente, según explicó en rueda de prensa este lunes José Luis Ábalos, secretario de Organización socialista. 

La reunión con Iglesias no fue bien y el PSOE ha pasado de ensalzar la opción de Unidas Podemos y no descartar el apoyo de partidos independentistas a volver a insistir, con más fuerza que nunca, en que PP y Ciudadanos deben abstenerse para que gobierne Sánchez argumentando que, a diferencia de en 2016, no hay alternativa. 

Sánchez y Casado se saben alternativa. Y eso resta nervios a sus reuniones. A nadie se le escapa que el encuentro privado tenía por objeto buscar la abstención del PP. Fue convocado a iniciativa de Sánchez y terminó sin acuerdo, que se sepa. 

Gestión más allá de cargos

Pero ambos líderes han tratado sobre asuntos políticos, sobre materias, que es algo que ni siquiera han negociado PSOE y Unidas Podemos, más centrados en el reparto de cargos y en la estructura del Ejecutivo que ambos podrían compartir. 

Así, el PSOE aseguró que se habló sobre las "instituciones comunitarias, las futuras citas europeas, el G-20 y sobre la sesión de investidura". Fuentes conocedoras de la reunión aseguran además que Casado trató la situación en Navarra y las medidas para luchar contra el independentismo. En el ambiente flotaron otros asuntos, como la renovación del CGPJ, aunque no hay constancia de avances en ese sentido. 

Ambos se revistieron de estadistas, de políticos de gestión que se reúnen con tranquilidad, sin que nadie sospeche sobre bruscos cambios de guión o volantazos, para tratar cuestiones políticas pendientes de interés general.

De esa manera, se refuerzan como alternativa. Mientras, Ciudadanos entraba en combustión con la marcha de Toni Roldán, diputado, miembro de la Ejecutiva y portavoz adjunto en el Congreso. En la Ejecutiva naranja se producía un motín de los que defendían negociar con Sánchez. El líder en el Parlamento de Asturias dimitía, como también el eurodiputado Javier Nart de la Ejecutiva. 

El PSOE no se mueve tampoco respecto a Unidas Podemos en su ofrecimiento de cargos intermedios, pero no ministeriales. La presión arrecia sobre Iglesias, que tampoco tiene consenso interno y explicaba en los medios su postura, ya sabida y posiblemente insostenible en el medio plazo. Mientras, Sánchez se ve con Casado. Durante una hora y medio, mucho tiempo para debatir sobre el futuro del país.