Laporta y Xavi Hernández

Laporta y Xavi Hernández EFE

Fútbol FC BARCELONA

La historia de amor-odio de Laporta y Xavi: del matrimonio perfecto a la ruptura dramática

El presidente culé está muy enfadado y valora seriamente terminar con la etapa del actual entrenador de manera drástica.

18 mayo, 2024 09:00

Si el Fútbol Club Barcelona monta un circo, le crecen los enanos. En los últimos tiempos la entidad culé se ha convertido en la casa de los líos, un lugar donde parece que no puede haber ni un sólo día tranquilo y donde en cualquier momento la paz puede estallar por los aires.

Problemas económicos que pusieron en peligro la viabilidad del club, palancas que no llegan, dificultades con el Fair Play, batacazos deportivos, escándalos en las obras del Camp Nou... Decenas de episodios que traen de cabeza a los aficionados culés, resignados a ver al club de sus amores convertido en una constante parodia y sin levantar títulos en lo deportivo. 

Pero cuando parecía que se había visto casi todo en Can Barça, ha llegado un nuevo capítulo en la relación de amor y odio que mantienen Joan Laporta y Xavi Hernández. Sus últimas declaraciones reconociendo la superioridad del Real Madrid y los problemas económicos no han gustado en absoluto y ahora el técnico está más fuera que dentro de la entidad.

Xavi Hernández, en la previa del partido.

Xavi Hernández, en la previa del partido. REUTERS

Parece mentira cuando hace poco más de tres semanas tuvo lugar una cumbre de altos vuelos en el domicilio del presidente del Fútbol Club Barcelona. Una cena con el sushi como plato principal y con la continuidad de Xavi Hernández como final feliz pese a que él mismo había dicho en enero que se marchaba al final de la temporada. 

El delirio es total en la ciudad condal, con un presidente que ahora barrunta seriamente destituir al entrenador por el que ha luchado durante meses para evitar que se marchara. Una figura histórica del club que ha pasado de mesías casi a apestado en cuestión de días.

Llegó como el salvador

Xavi Hernández llegó al Fútbol Club Barcelona en noviembre de 2021. Eran tiempos difíciles para el conjunto culé, en los que buscaba la estabilidad en el banquillo con un hombre de la casa, y pese a que no era la primera opción de Joan Laporta el exjugador aterrizó en el banquillo del Camp Nou. 

Lo hizo sin experiencia en el fútbol de élite, con todas las dudas que eso generaba. Su trayectoria en el Al Sadd de Qatar, por mucho que hubiera firmado éxitos en la liga asiática, no era carta de presentación suficiente para alguien que se sentaba a dirigir uno de los equipos con más exigencia del planeta.

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Sin embargo, una figura tan respetada como la suya por su época como jugador despertaba una ilusión tremenda. Joan Laporta se dejó llevar y para el recuerdo queda aquella presentación de Xavi Hernández con la afición que más bien parecía la celebración de un título, con cánticos incluidos. 

Pese a las duras eliminaciones en la fase de grupos de la Champions League que firmó, en su primera temporada completa al frente del equipo Xavi Hernández fue capaz de liderar a los suyos hacia una Liga, un éxito notable teniendo en cuenta que se trataba de una época de entreguerras para la entidad.

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Sin embargo, Xavi llegó siendo preso de sus palabras y de sus promesas complicadas de cumplir. Desde el momento en el que aterrizó en la ciudad condal prometió la excelencia, volver a ver a un Barça que maravillaba con su juego camino de los títulos, pero eso, casi tres años después de su firma, apenas se ha visto a cuentagotas.

Tres semanas de locura

Xavi Hernández ha ido ganándose muchas críticas con el paso del tiempo por sus batacazos deportivos, por sus excusas y por sus discursos en las ruedas de prensa. La situación le ha ido superando poco a poco y el pasado 27 de enero llegó al límite después de perder contra el Villarreal por 3-5 en Montjuïc.

Ese mismo día salió después del partido a comunicar públicamente que no cumpliría el año que todavía le quedaba de contrato la próxima temporada y que al final del curso se marcharía del Barça. Demasiada presión para él en un puesto de máxima exigencia le llevó a tomar este camino.

Laporta y Xavi se dan un abrazo en sala de prensa

Laporta y Xavi se dan un abrazo en sala de prensa EFE

Sin embargo, en el club siempre quisieron que continuara. Desde la directiva, presidente incluido, hablaban de soslayo de esta decisión de Xavi Hernández y siempre dejaban la puerta abierta a un cambio de opinión. Eso, pese a que el técnico se empeñaba en decir una y otra vez que su marcha era algo inamovible.

Sin embargo, con el paso de las semanas algo fue cambiando en el discurso de Xavi Hernández, que dejó de ser tan tajante con su marcha. Se empezó a crear un clima de continuidad del técnico hasta que el pasado 24 de abril, en la famosa reunión que tuvo lugar en el domicilio de Joan Laporta con miembros de la directiva y Deco también presentes, se acordó que Xavi seguiría siendo el entrenador del Barça.

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Laporta conseguía salirse con la suya, mantener a su entrenador para la próxima temporada y Xavi Hernández se desdecía de sus palabras. Al día siguiente, el 25 de abril, escenificaron públicamente esta fantástica comunión en una rueda de prensa conjunta.

Parecía que se iba a abrir una nueva época feliz y tranquila para el Barça, al menos en el banquillo, pero de repente el perfecto matrimonio entre presidente y entrenador se quebró. Unas declaraciones de Xavi en la previa del partido contra el Almería fueron el detonante.

El pasado miércoles 15 de mayo el míster sorprendió en la rueda de prensa con un discurso duro pero que parecía realista. Asumió la superioridad del Real Madrid, la dificultad del Barça para competir y ganar títulos, aireó el límite que plantea el Fair Play financiero y también habló sobre la llegada prematura de Vitor Roque.

El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, el técnico Xavi Hernández (d), y el director deportivo Anderson Luis de Souza 'Deco' (i), antes de la rueda de prensa.

El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, el técnico Xavi Hernández (d), y el director deportivo Anderson Luis de Souza 'Deco' (i), antes de la rueda de prensa. EFE

El discurso primero ganó aplausos en la ciudad condal, pero desde luego que no gustó nada en las altas esferas del club. Joan Laporta se sintió traicionado por lo que consideraba un cambio de pareceres con respecto a lo hablado en la reunión del 24 de abril, donde Xavi fue ambicioso, y a Deco tampoco le gustaron las palabras sobre Vitor Roque. 

El resultado, un escenario completamente diferente al de hace apenas unos días, con un presidente planteándose muy seriamente la opción de destituir al entrenador antes incluso de que termine la temporada y un responsable deportivo como Deco también chocando con el técnico. Ninguno de los dos estuvo en Almería en señal de enfado, y ahora Xavi pende de un hilo cuando hasta hace unos días rogaban por su continuidad.