Distintos tipos de marisco.

Distintos tipos de marisco.

Nutrición

El marisco que comen en Japón para llegar a los 100 años y que España ignora: adiós a las gambas

Las recetas que incluyen este peculiar fruto de mar son escasísimas en nuestro país, pese a que su consumo se relaciona con la longevidad.

13 mayo, 2024 09:47

Las ascidias o 'piñas de mar' son un tipo de marisco de consumo común en Corea y Japón, aunque generalmente desconocido en España. Su llamativo nombre no pasa desapercibido, y los platos que lo incluyen en nuestra gastronomía son limitadísimos. Pero es su contenido lo que sí realmente ha llamado la atención a nivel nutricional a la comunidad científica: los plasmalógenos.

Los plasmalógenos son un tipo de grasa que se encuentra en la membrana celular de los órganos humanos, como el cerebro, los riñones, los músculos y los pulmones. Estas sustancias regulan el intercambio de información celular y protegen a las células de la inflamación y los daños en el ADN. Así, serían cruciales para retrasar el envejecimiento.

Estudios previos han sugerido que los plasmalógenos, presentes en alimentos como pollo, cerdo, ternera, mejillones, vieiras, y por supuesto las ascidias, disminuyen con la edad. Esto ocurre especialmente en el caso de demencias como la enfermedad de Alzheimer, y su consumo externo podría ayudar a contrarrestar la situación.

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Un reciente estudio publicado en la revista Frontiers, a cargo de investigadores chinos ha demostrado que los plasmalógenos extraídos de la ascidia en este caso han sido capaces de revertir los signos del envejecimiento en ratones de laboratorio. Para ello, administraron plasmalógenos a ratones hembra de mediana edad en una concentración entre 300 y 500 veces superior a lo que puede encontrarse en una porción de pollo o vieiras.

Posteriormente evaluaron su memoria y facultades cognitivas, incluyendo la cantidad de células madre cerebrales y de conexiones neurales. Estos dos factores se relacionan con las capacidades de aprendizaje y los recuerdos. Tras dos meses con la suplementación de plasmalógenos, se corroboró que todos estos parámetros mejoraron en los ratones.

Además, lograron una disminución de la inflamación en comparación al grupo de ratones control, y una mejoría de la memoria en la prueba de laberinto acuático de Morris. Recordemos que la inflamación de bajo grado aumenta con la edad, y se cree que es una causa importante del mal control de los síntomas de la enfermedad de Alzheimer.

Por otro lado, cabe destacar que los ratones tienden a sufrir pérdidas de habilidades sensoriales con la edad, desarrollando ceguera y pérdida de audición. Es posible que estas mejoras secundarias a la suplementación con plasmalógenos se deban a una mejora de sus sentidos, y no de su memoria como tal.

Sin embargo, en estudios previos se habría sugerido que el consumo de plasmalógenos de vieiras en seres humanos sí mejoraría el deterioro cognitivo leve tras 24 semanas de investigación. Los participantes que recibieron la suplementación con plasmalógenos mostraron mejoras en la memoria, aunque este hallazgo solo se observó en mujeres menores de 77 años.

De momento los hallazgos son interesantes pero escuetos, y será necesario continuar investigando para demostrar que los plasmalógenos son geroprotectores. Es decir, sustancias que retrasan el envejecimiento celular y el riesgo de enfermedades relacionadas con la edad. Además, también se debe corroborar si sus beneficios van más allá del cerebro y se extienden al corazón, el sistema muscular o el sistema inmune, todos ellos de vital importancia en el envejecimiento.

Actualmente se han estudiado más de 200 geroprotectores en animales, y muchas investigaciones han sugerido que pueden mejorar la función de órganos vitales. Algunos de ellos han sido capaces de retrasar la aparición y la gravedad de enfermedades crónicas relacionadas con la edad en estos experimentos, como la osteoartritis, las enfermedades cardiovasculares, la osteoporosis o las demencias como la enfermedad de Alzheimer. 

El siguiente paso para todas estas líneas de estudio es probar estos potenciales medicamentos en humanos, pero es complejo, dado que se debe corroborar su seguridad y su efectividad. Además, su aprobación suele realizarse en pacientes con una enfermedad específica y una vez ya se ha diagnosticado. Sin embargo, es más probable que estos potenciales fármacos den mejores resultados cuando se toman como forma de prevención.