
Una mano limpiando un alineador dental transparente.
Ni agua caliente ni pasta de dientes: esto es lo que realmente recomiendan los dentistas para limpiar tu férula
Pasta de dientes y agua caliente no son buenas ideas. Los dentistas lo tienen claro: así debes limpiar tu férula sin dañarla.
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Las férulas dentales se han convertido en un accesorio imprescindible para muchas personas, ya sea por motivos terapéuticos o como herramienta de protección nocturna. Se utilizan tanto en tratamientos odontológicos para corregir alteraciones en la mordida como para evitar el desgaste dental en personas que sufren bruxismo.
Como cualquier dispositivo que entra en contacto directo con la boca, es esencial mantenerlas perfectamente limpias. Una correcta higiene no solo previene infecciones y problemas bucales, sino que también contribuye a alargar su vida útil. Para ello, conviene seguir las indicaciones de los profesionales.
Al estar en contacto constante con la saliva, las férulas acumulan con facilidad restos orgánicos y minerales. Si no se eliminan correctamente, estos residuos pueden deteriorar el aparato y comprometer la salud bucal. Por eso, es fundamental realizar una limpieza adecuada y constante.
Además, los materiales con los que se fabrican estas férulas, como el plástico o el acrílico, pueden dañarse si se usan productos inadecuados o técnicas agresivas. De ahí la importancia de tratarlas con delicadeza y utilizar métodos de limpieza que no resulten abrasivos.
En farmacias y establecimientos especializados existen numerosos productos destinados a la limpieza de férulas dentales. Sin embargo, no todos son adecuados. Los especialistas insisten en evitar detergentes comunes o sustancias fuertes que puedan alterar la forma o el material del aparato.
Una buena rutina de limpieza debe combinar la suavidad con la eficacia. De esta manera, se evita que la férula se convierta en un nido de bacterias y se garantiza que continúe cumpliendo su función protectora sin afectar negativamente a la salud dental del usuario.
Cómo mantener limpia una férula dental
Los expertos coinciden en que lo ideal es limpiar la férula tras cada uso. Al tratarse de un objeto que permanece horas en la boca, puede acumular bacterias, restos de comida y placa. Si no se higieniza correctamente, su uso prolongado puede causar problemas de salud.
El primer paso para limpiarla bien es enjuagarla con agua tibia justo después de usarla. Esto ayuda a eliminar la suciedad superficial y evita que se adhieran residuos más difíciles de quitar con el tiempo, como el sarro.
Después del enjuague, conviene cepillar la férula con un cepillo específico, que tenga cerdas suaves. Es importante no utilizar el mismo cepillo que se usa para los dientes ni ejercer demasiada presión para evitar rayar el material.
En cuanto al producto de limpieza, se debe evitar la pasta dental convencional, ya que sus partículas abrasivas podrían deteriorar la superficie. En su lugar, se recomienda emplear jabón neutro o productos diseñados específicamente para limpiar aparatos dentales.
Consejos adicionales para cuidar tu férula
Para una limpieza más completa y segura, muchos dentistas aconsejan el uso de limpiadores enzimáticos. Estos productos no abrasivos eliminan residuos orgánicos y bacterias sin necesidad de frotar con fuerza, y prolongan el buen estado del aparato.
Algunos de estos limpiadores también cuentan con propiedades antibacterianas que ayudan a mantener la férula libre de gérmenes por más tiempo. Su uso regular es especialmente útil en férulas que se usan durante varias horas al día.
Hay ciertos productos que deben evitarse por completo, como el alcohol o el agua demasiado caliente. Ambos pueden alterar la forma de la férula o debilitar el material. El agua tibia es segura y eficaz para una limpieza diaria.
En cuanto a la frecuencia, se aconseja limpiar la férula al menos dos veces al día, aunque lo más adecuado es hacerlo cada vez que se usa. En algunos casos, una limpieza semanal profunda puede ser suficiente, siempre que así lo indique el especialista.
Finalmente, algunos profesionales recomiendan el uso ocasional de soluciones desinfectantes para reforzar la higiene, sobre todo tras un uso prolongado. Con una limpieza constante y cuidadosa, la férula puede mantenerse en perfecto estado durante mucho más tiempo.
Dedicar unos minutos al cuidado diario de la férula es clave para proteger la salud bucal y evitar complicaciones. Ya sea de uso nocturno o parte de un tratamiento, mantenerla limpia es una parte esencial del cuidado dental.