
Guiso de bacalao.
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Así hacen las abuelas gallegas la receta de bacalao más fácil y barata: un guiso casero perfecto para los días de frío
El bacalao es un ingrediente fundamental en la cocina gallega, y las abuelas lo preparan de múltiples formas: esta receta es alta en proteínas y muy nutritiva.
Más información: El alimento típico de Galicia que tiene mucha proteína y recomiendan los nutricionistas: es perfecto para una cena rápida
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El bacalao es un ingrediente fundamental en la cocina gallega, y las abuelas lo preparan de múltiples formas, sobre todo en invierno, cuando se buscan platos reconfortantes y nutritivos.
Al ser un pescado fácil de conservar en salazón, el bacalao ha estado presente en la gastronomía gallega durante siglos, especialmente en épocas de Cuaresma y en días fríos.
¿Quieres hacer una receta fácil y sencilla con bacalao para los días más fríos del invierno? Son muchas las opciones que tienes, sin embargo, te proponemos una receta muy nutritiva, sobre todo, alta en proteínas.
Esta receta fácil con bacalao es el bacalao con garbanzos: un plato tradicional gallego, especialmente popular en invierno por ser reconfortante, nutritivo y fácil de hacer con ingredientes sencillos. Se trata de un guiso espeso y sabroso en el que los garbanzos y el bacalao combinan a la perfección, gracias a un sofrito bien elaborado que potencia el sabor del conjunto.
Ingredientes
300 g de bacalao desalado
300 g de garbanzos secos (o 800 g de garbanzos cocidos)
1 cebolla
2 dientes de ajo
1 pimiento rojo o verde
2 tomates maduros o 150 g de tomate triturado
1 hoja de laurel
1 cucharadita de pimentón dulce
Aceite de oliva virgen extra
Sal y pimienta al gusto
Caldo de pescado o agua
Paso 1
Poner los garbanzos en remojo La noche anterior, dejas los garbanzos en remojo en agua templada con un poco de sal. Al día siguiente, escurres y cueces en agua con laurel durante 1,5 - 2 horas (o en olla exprés durante 30-40 minutos).
Paso 2
Si usas garbanzos cocidos de bote, los lavas bien y los reservas.
Paso 3
Preparar el sofrito. En una cazuela grande, calientas un buen chorro de aceite de oliva y sofríes los ajos picados junto con la cebolla y el pimiento cortados en trozos pequeños.
Paso 4
Cuando la cebolla está transparente, añades el tomate rallado o triturado y cocinas a fuego lento hasta que se evapore el agua del tomate y se forme un sofrito espeso.
Paso 5
Incorporar los garbanzos y el bacalao. Añades los garbanzos cocidos al sofrito y los mezclas bien para que se impregnen de los sabores.
Paso 6
Espolvoreas el pimentón dulce, remueves rápido para que no se queme y agregas un poco de caldo de pescado o agua para dar consistencia al guiso.
Paso 7
Cocción final con el bacalao. Cuando el guiso hierve a fuego suave, añades el bacalao desalado troceado. Como el bacalao se cocina rápido, lo dejas apenas unos minutos hasta que se desmenuce ligeramente.
Paso 8
Ajustas de sal y pimienta, aunque muchas veces no es necesario añadir sal, ya que el bacalao aporta suficiente sabor.
Paso 9
Reposo y servicio. Retiras del fuego y dejas reposar el guiso unos 10 minutos antes de servir, ya que los sabores se integran mejor.
Paso 10
Lo sirves bien caliente, acompañado de un buen pan gallego para mojar en la salsa.
Los consejos de las abuelas gallegas para hacer este exquisito bacalao son los siguientes: en primer lugar, el bacalao tiene que estar en su punto. Para que el bacalao no se deshaga demasiado, algunas abuelas lo incorporan en los últimos minutos de cocción, solo con el calor residual.
Luego, el guiso más sabroso implica que, si se tiene tiempo, el guiso está más rico de un día para otro. Y además, es importante el caldo casero: si se quiere un extra de sabor, se puede usar caldo de pescado casero en lugar de agua.
Con respecto al tiempo total aproximado para la elaboración de este plato, este depende según el tipo de garbanzos. Por un lado, con garbanzos secos será entre 2 y 2,5 horas (sin contar el remojo). Sin embargo, con garbanzos cocidos de bote, únicamente tardarás entre 35 y 40 minutos.
También cabe mencionar que existen variantes y adaptaciones de este plato. Por ejemplo, bacalao con garbanzos y espinacas: muy típico en Semana Santa, asñi como con huevo cocido picado por encima, un toque clásico.
Y en lo que respecta a las propiedades, cabe destacar el bacalao con garbanzos es un plato muy completo desde el punto de vista nutricional. Combina las proteínas magras del bacalao con la fibra y los hidratos de carbono complejos de los garbanzos, lo que lo convierte en una opción equilibrada y saciante, ideal para el invierno.
Por un lado, el bacalao es alto en proteínas de alto valor biológico, esenciales para la regeneración muscular; rico en ácidos grasos omega-3, que ayudan a reducir el colesterol y cuidan la salud cardiovascular; fuente de minerales como yodo, fósforo y potasio, fundamentales para el metabolismo y la función tiroidea, y bajo en grasa, lo que lo convierte en una opción ideal para dietas equilibradas.
Por otro lado, los garbanzos son ricos en fibra, favorecen la digestión y ayudan a regular el azúcar en sangre; fuente de hidratos de carbono de absorción lenta, aportan energía sostenida y evitan picos de glucosa; contienen hierro vegetal, ayudando a prevenir la anemia (especialmente si se combinan con una fuente de vitamina C), y son ricos en proteínas vegetales, ideales para complementar el bacalao en la alimentación.
En definitiva, se trata de un plato tradicional que, además de su sabor casero y reconfortante, es nutritivo y equilibrado, perfecto para mantener la energía sin excesos.