Un guiso.

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El guiso reconfortante perfecto para el frío que hacen las abuelas gallegas: es fácil de hacer y rico en proteínas

Se trata de un plato clásico de la cocina gallega, reconfortante y lleno de sabor. Un guiso que es un ejemplo perfecto de cómo las abuelas gallegas saben sacar a ingredientes básicos.

Más información: La cena saludable que he preparado cientos de veces cuando no sé que hacer: un plato típico gallego muy sencillo

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Los guisos de las abuelas gallegas son auténticos tesoros culinarios que combinan ingredientes sencillos con técnicas tradicionales transmitidas de generación en generación. En los días fríos, estas preparaciones adquieren un papel central, ya que ofrecen calor, sustento y un sabor lleno de historia y amor. Galicia, con su clima húmedo y frío en invierno, tiene una rica tradición de guisos reconfortantes que aprovechan los productos locales.

El caldo gallego es, probablemente, el guiso más emblemático para combatir el frío. Elaborado con ingredientes humildes, es un plato nutritivo y sabroso que reconforta desde el primer sorbo.

Sin embargo, hay otras recetas típicas de las abuelas gallegas durante los meses de frío, caso de las patatas marineras con merluza. Se trata de un plato clásico de la cocina gallega, reconfortante y lleno de sabor. Este guiso es un ejemplo perfecto de cómo las abuelas gallegas saben sacar el máximo partido a ingredientes sencillos, aprovechando los productos frescos del mar y de la huerta. Es un plato cálido y nutritivo, ideal para los días fríos o lluvioso

Las patatas marineras con merluza es un guiso humilde pero lleno de sabor, donde las patatas y la merluza son las protagonistas. Se cocina lentamente para que los sabores se integren, obteniendo un caldo sabroso y ligeramente espeso, típico de los guisos gallegos. Y además, se enriquece con el uso de especias y hierbas tradicionales como el laurel y el pimentón.

Ingredientes

Merluza fresca (unos 800 g, en rodajas o lomos).

Patatas gallegas (unas 4 grandes), peladas y "triscadas" (rotas en trozos irregulares para que suelten almidón y espesen el caldo).

Cebolla (1 grande), finamente picada.

Pimiento verde (1 pequeño), cortado en tiras.

Ajo (2 dientes), laminados.

Laurel (1 hoja).

Aceite de oliva virgen extra, generoso para el sofrito.

Pimentón dulce o picante (al gusto).

Vino blanco (medio vaso).

Caldo de pescado (casero, hecho con espinas y cabezas de pescado) o agua.

Sal y pimienta al gusto.

Perejil fresco, picado para decorar.

Paso 1

Preparar el sofrito: En una cazuela amplia (preferiblemente de barro o hierro), calienta el aceite de oliva y añade la cebolla picada, el ajo y el pimiento verde. Sofríe a fuego lento hasta que todo esté bien pochado y comience a dorarse.

Paso 2

Añade el pimentón dulce (o picante, si prefieres) y remueve rápidamente para que no se queme.

Paso 3

Incorporar las patatas: Añade las patatas triscadas al sofrito y mezcla bien para que se impregnen del sabor.

Paso 4

Vierte el vino blanco y deja que se evapore el alcohol durante un par de minutos.

Paso 5

Cocer las patatas: Cubre las patatas con el caldo de pescado caliente (o agua, si no tienes caldo), asegurándote de que queden bien sumergidas.

Paso 6

Agrega la hoja de laurel y ajusta la sal. Cocina a fuego medio durante unos 15-20 minutos, hasta que las patatas estén tiernas.

Paso 7

Añadir la merluza: Cuando las patatas estén casi hechas, coloca las rodajas o los lomos de merluza sobre el guiso. Cocina durante 5-7 minutos, dependiendo del grosor del pescado, sin remover demasiado para no romperlo.

Paso 8

Rectifica el punto de sal y pimienta si es necesario.

Paso 9

Reposo y acabado: Deja reposar el guiso unos minutos fuera del fuego para que los sabores se asienten.

Paso 10

Espolvorea con perejil fresco picado antes de servir.

El secreto de este plato está en un buen caldo de pescado, que se puede preparar con las espinas y la cabeza de la merluza, junto con verduras como cebolla, puerro y zanahoria.

Si quieres un caldo más espeso, tritura una pequeña cantidad de las patatas cocidas y mézclalas con el guiso. Además, también cabe destacar que, aunque la merluza es la elección más tradicional, también se puede preparar con otros pescados blancos como bacalao fresco o abadejo.

Este guiso combina la frescura del mar con la calidez de los productos de la tierra gallega. Es un plato que las abuelas preparan con cariño, ideal para compartir en familia. Su aroma inunda la cocina y su sabor siempre evoca recuerdos entrañables de los días fríos en Galicia.