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El encanto del rural gallego: así es el lugar con mayor concentración de hórreos del país

La localidad de Cerdedo-Cotobade acoge entre sus límites dos de los conjuntos etnográficos más grandes y representativos de toda Galicia: A Eira da Ermida y A Eira Grande
A Eira da Ermida ou de Filgueira en Cerdedo-Cotobade.
Turismo Rías Baixas
A Eira da Ermida ou de Filgueira en Cerdedo-Cotobade.
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Enmarcado en el corazón interior de las Tierras de Pontevedra, el municipio de Cerdedo-Cotobade conforma un destino de enorme riqueza histórica, patrimonial y paisajística en el sur de Galicia. Lo cierto es que esta localidad pontevedresa alberga entre sus límites desde importantes restos arqueológicos hasta enclaves naturales de gran belleza e incluso una arquitectura popular digna de descubrir y recorrer con calma. De hecho, esta Cerdedo-Cotobade también puede presumir de tener dos de los conjuntos etnográficos más emblemáticos, grandes e importantes de la región: A Eira da Ermida (o Eirado de Filgueira) y A Eira Grande, considerados dos de los lugares con la mayor concentración de hórreos de todo el país. 

En el caso particular de las agrupaciones de hórreos de Cerdedo-Cotobade, A Eira da Ermida se encuentra enclavada en pleno valle del río Quireza, más concretamente en el entorno de la iglesia parroquial de la Virxe dos Remedios, quemada por las tropas de Napoléon durante la Guerra de la Independencia de 1809. Este eirado gallego rodeado de cultivos y casas de aldea suma en su pequeña superficie de terreno cerca de una veintena de hórreos tradicionales del siglo XIX que hoy por hoy se conservan en perfecto estado gracias a la excelente recuperación de los mismos. Por su parte, los hórreos de Pedre hunden sus raíces en el siglo XVIII y forman un característico conjunto histórico similar a su homónimo y denominado A Eira Grande. 

Entre paisajes verdes y arquitectura popular

A Eira da Ermida, Cerdedo-Cotobade. Foto: Turismo Rías Baixas

A Eira da Ermida en el lugar de Filgueira conforma un enclave de ensueño en el rural de Cerdedo-Cotobade. Lo cierto es que este rincón pontevedrés destaca por su singularidad, pero también por el enorme interés paisajístico y etnográfico que envuelve a toda esta zona del valle del Quireza. El conjunto de hórreos se localiza además en una de las laderas de Pena Redonda, por lo que los paisajes bonitos están asegurados. De hecho, esta pequeña aldea gallega conforma uno de los retratos más realistas de los pueblos gallegos del interior del siglo XVIII. Recorrer sus callejuelas empedradas significa sumergirse en la cultura más popular y tradicional de Galicia, donde la arquitectura centenaria queda patente a través de estructuras como las grandes casonas de piedra o los numerosos hórreos que se reparten por el grueso del pueblo y más allá de la zona de la iglesia parroquial. 

Pero más allá de la enorme agrupación de hórreos que representa A Eira da Ermida, el encanto natural de este lugar del interior de Pontevedra se completa gracias a la presencia de elementos tradicionales como un cruceiro, una fuente restaurada y la ya citada Ermita da Virxe dos Remedios, de estilo barroco y datada del siglo XVIII. Se trata de un santuario de planta rectangular y cubierta a dos aguas de la que sobresalen varios pináculos en los extremos. De hecho, en uno de ellos se localiza un reloj y el resto del conjunto religioso remata en una estilizada españada de dos alturas.

El conjunto histórico y etnográfico de Pedre

Conjunto de hórreos de A Eira Grande de Pedre. Foto: Turismo Rías Baixas

En la parroquia de Santo Estevo de Pedre se encuentra el segundo conjunto de hórreos de Cerdedo-Cotobade, un rincón excepcional y de gran belleza conocido de forma popular como A Eira Grande. De hecho, en este punto era donde se reunían antaño los vecinos para llevar a cabo el almacenaje de alimentos como el maíz, el trigo o el centeno. Este conjunto histórico y etnográfico hunde sus raíces en el siglo XVIII, formado por una iglesia barroca, varios cruceiros, una fuente y la ya citada agrupación de hórreos. En total hablamos de hasta 22 de estas construcciones típicas, erigidas en piedra y madera con cubrición a dos aguas, en algunos casos a base de teja y en otros de piedra.  

Cabe destacar que a menudo este tipo de agrupaciones se encontraban cerca de las grandes vías de comunicación para poder servir y aprovisionar a los comerciantes que circulaban por estos pueblos. Además, a muy poca distancia de los hórreos de Pedre se localiza el bonito conjunto arquitectónico de Serrapio, formado por el templo religioso de San Lourenzo (datado también del siglo XVIII), un pozo labrado en piedra, varios cruceiros e incluso un pombal.

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