Fotomontaje de Kathi Díaz y el estado de su piso tras el desalojo de su inquiokupa. Telecinco
Kathi, víctima de okupación con deudas de 40.000€: "Quienes la desalojaron no entraron porque vomitaban, se quedaron fuera"
La dueña ha recuperado su piso, que ha quedado totalmente destrozado, tras cinco años y medio de lucha que le han provocado problemas de salud.
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Los propietarios que apuestan por alquilar su vivienda temen que el inquilino se encierre en la vivienda y deje de pagar la renta. Este es el fenómeno de la inquiokupación, que ha afectado a Kathi Díaz durante cinco años y medio en su piso en Moncófar, Castellón.
El caso es sobrecogedor. En mayo de 2020, en plena pandemia, su inquiokupa dejó de pagar y hasta el 8 de noviembre de 2025 no ha conseguido echarla. Se ha encontrado un piso absolutamente destrozado, sucio y con un olor pestilente. La antigua inquilina no estaba sola, sino que convivía con 30 gatos que se fueron reproduciendo.
La afectada cuenta que "la comitiva judicial no pudo entrar al piso porque una de ellas vomitaba. Se quedaron fuera, en el rellano", relata en el programa La Mirada Crítica con una mascarilla en la boca para aguantar el olor.
Los inquilinos se declaran vulnerables
El piso consiste en un dúplex de 110 metros cuadrados con tres habitaciones y dos baños que ahora están destruidos. Kathi expresa furiosa que ha tardado cinco horas en limpiar una de las habitaciones y que en estos años ha acumulado deudas de 40.000 euros por culpa de la inquiokupa.
"No doy crédito a que alguien pudiera dormir aquí. He tenido que esperar cinco años y medio para recuperar mi vivienda, es una vergüenza. Acabas machacado psicológicamente", protesta ante la periodista Ana Terradillos.
Real Decreto-ley 11/2020
La pregunta que todo el mundo se hace es por qué la inquiokupa pudo atrincherarse en el inmueble durante tanto tiempo. La respuesta es el Real Decreto-ley 11/2020, que suspendió los desahucios para hogares vulnerables como respuesta a la pandemia pero que ha derivado en un aumento de los casos de inquiokupación, ya que estos aprovechan para declararse vulnerables.
Su usurpadora también lo hizo, provocando que Kathi tuviera que iniciar un litigio eterno hasta que se produjo la sentencia de desalojo del 16 de junio de 2025, motivada por un informe de su doctora que recogía que la verdadera vulnerable era Kathi, cuya salud estaba gravemente afectada por la situación.
De hecho, ha encadenado varias bajas laborales debido a la frustración y la ansiedad que le ha generado que durante tanto tiempo fuera imposible recuperar su piso.
"Me han destrozado la vida, he tenido una baja de seis meses. Mi hijo dice que espera volver a verme sonreír ahora que he recuperado el piso", afirma. Sin embargo, ella insiste en que no hay nada que celebrar hasta que "dejen a los propietarios tranquilos y hasta que se elimine el real decreto", que en un principio concluye el 31 de diciembre de 2025.