Imagen de Andrés y una imagen generada por IA de dos trabajadores de la construcción.

Imagen de Andrés y una imagen generada por IA de dos trabajadores de la construcción. Gemini

Sociedad

Andrés, albañil colombiano en España: "Los primeros días trabajé de 8:00 a 22:00 por 45 euros al día, con eso no vives"

Andrés Alexander Barbosa es un trabajador de origen colombiano que se dedica al sector de la construcción en España.

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Las claves

El sector de la construcción en España enfrenta una grave escasez de mano de obra debido al envejecimiento laboral, la falta de relevo generacional y las duras condiciones del trabajo.

Muchos inmigrantes, como Andrés Alexander Barbosa, colombiano que trabaja como albañil, cubren los puestos que los españoles no quieren, a menudo por salarios bajos y jornadas extenuantes.

Se estima que el sector necesita incorporar de inmediato a 700.000 trabajadores para mantener el ritmo de los proyectos y evitar retrasos.

A pesar de recurrir a trabajadores extranjeros, la solución no es definitiva y persiste un problema estructural de falta de interés entre los jóvenes españoles por el oficio de la construcción.

La construcción afronta un momento difícil actualmente en España. Entre el gran costo de edificar, la incontrolable subida del precio de la vivienda o la escasez de relevo generacional, es más difícil que nunca construir.

Si bien las dos primeras no tienen tan fácil solución, para la última, la respuesta es sencilla: que los inmigrantes tomen estos puestos de trabajo. De hecho, se estima que 20 de cada 100 trabajadores de la construcción son inmigrantes.

Así, uno de ellos es Andrés Alexander Barbosa, un trabajador de origen colombiano que llegó a España y trabaja como albañil en la obra.

Se buscan albañiles

En los últimos años, el sector de la construcción en España ha enfrentado una notable escasez de trabajadores.

Esta situación se debe a varios factores: el envejecimiento de la fuerza laboral, la falta de relevo generacional, las condiciones físicas exigentes del trabajo y la percepción de que los salarios no siempre compensan el esfuerzo requerido.

Como consecuencia, muchas empresas encuentran dificultades para cubrir vacantes esenciales, retrasando proyectos y aumentando los costes de contratación.

Se estima que el sector necesita incorporar inmediatamente a 700.000 trabajadores. Frente a esta situación, las empresas y el sector en general han buscado alternativas para mantener la actividad y responder a la demanda de obras.

Una de las soluciones más evidentes ha sido recurrir a mano de obra inmigrante.

"Yo mi empresa no la podría tener si no fuese por ellos. Los trabajos que realizamos...la gente de aquí no quiere hacerlos", aseguraba Raúl Ruiz Rubio, dueño de una empresa de fontanería y reformas, al informativo de La Sexta.

Los trabajadores extranjeros, muchas veces con experiencia previa en su país de origen, representan una fuente flexible y disponible de empleo, capaz de cubrir puestos que los trabajadores locales no están dispuestos a asumir.

Esta tendencia refleja tanto la necesidad urgente de personal como la estructura laboral del sector.

"Los salarios no compensan para todo lo que tienes que trabajar", aseguraba Andrés en LaSexta Noticias. "Los primeros días trabajé con un señor de 8 de la mañana a 10 de la noche y me pagó 45 euros el día. Es algo absurdo, tú no vives con eso".

La iniciativa actual, por tanto, se centra en facilitar que estos puestos sean ocupados por inmigrantes, mediante programas de contratación específicos y apoyo institucional en algunos casos.

La idea no es solo cubrir la falta de trabajadores, sino también garantizar que los proyectos de construcción puedan continuar sin interrupciones y que muchos inmigrantes se integren a través de puestos de trabajo.

"Venimos a hacer un equipo de trabajo, a formarnos y a hacer un país mejor. No todos los inmigrantes venimos a hacer cosas malas", confesaba Andrés.

A pesar de la manera en que esto alivia la escasez de trabajadores, esta estrategia no constituye una solución definitiva. El sector sigue enfrentando un problema estructural de falta de interés entre la población local, lo que obliga a pensar en medidas más profundas para hacer atractiva esta profesión.