Imagen de Martín y una imagen generada por IA de un grupo de albañiles.

Imagen de Martín y una imagen generada por IA de un grupo de albañiles. Gemini

Sociedad

Martín, albañil colombiano en España: "Trabajando en la construcción gano 60 euros al día, me alcanza para vivir"

El trabajador de la construcción explicó cómo son sus condiciones laborales trabajando en Madrid.

Más información: Un albañil sobre lo que ganaba antes en Bolivia y ahora en España: “Aquí son 1.300 euros al mes y en mi país 400 euros”

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Las claves

El sector de la construcción en España enfrenta una escasez de mano de obra cualificada y una falta de relevo generacional, lo que ha abierto oportunidades para trabajadores inmigrantes.

Martín, un albañil colombiano que reside en Camarena (Toledo) y trabaja en Madrid, gana 60 euros diarios en la construcción y considera que le alcanza para vivir.

Actualmente, cerca del 26% de los trabajadores de la construcción en España son extranjeros, lo que supone un incremento significativo respecto a años anteriores.

Los inmigrantes han sido clave para mantener el ritmo de producción en la construcción, pese a enfrentarse a condiciones laborales más exigentes y, en ocasiones, más precarias que la media del sector.

El sector de la construcción vive un momento complicado en España. Ya sea por las trabas para edificar, la inflación en el precio de la vivienda o la escasez de relevo generacional.

Por ello, ante esta situación, muchos de estos huecos son ocupados por inmigrantes que ven con buenos ojos las condiciones laborales que ofrece la construcción para crecer y asentarse en el país.

Así, un caso es el de Martín, un inmigrante colombiano que reside en Camarena (Toledo) y trabaja en Madrid en la obra, compartió su situación en Youtube (@La Blue Kombi).

Inmigrantes albañiles

El sector de la construcción en España ha sido históricamente uno de los motores del empleo y del crecimiento económico.

Tras la crisis del 2008 y el posterior desplome del mercado inmobiliario, el sector atravesó una larga etapa de ajuste. Sin embargo, en los últimos años ha experimentado una recuperación sostenida impulsada por la rehabilitación urbana, la obra pública y la demanda de vivienda.

A pesar de su importancia estratégica, las empresas constructoras enfrentan un problema estructural: la falta de mano de obra cualificada y la escasa incorporación de jóvenes al oficio, lo que ha dejado vacantes en numerosos oficios tradicionales.

En este contexto, la población inmigrante ha asumido un papel decisivo. Miles de trabajadores procedentes de América Latina, África y Europa del Este han encontrado en la construcción una vía de acceso al mercado laboral español.

Un caso así es el de Martín, un inmigrante colombiano que llegó a residir en Camarena, un pueblo de Castilla-La Mancha, junto a su familia mientras trabaja en Madrid.

"Ahora mismo estoy trabajando en una obra", afirmaba Martín. "Un amigo me ayudó a entrar y estamos dándole".

"El tema del trabajo aquí es relativo, puede haber como que no. Vamos dándole. Aquí nos pagan por día, gano unos 60 euros diarios en la construcción. Me alcanza", aseguraba el trabajador de origen colombiano.

De hecho, mostraba lo contento que está viviendo en un pueblo: "La vida aquí es muy tranquila. En Madrid hay mucho más movimiento. Es más tranquila la vida. La gente es muy amable y sociable. Para mis niñas es mucho más tranquilo, pueden salir a caminar a la plaza".

Su incorporación ha permitido cubrir puestos que muchos nacionales han abandonado o para los que ya no hay relevo generacional, como albañiles, encofradores, peones o yeseros.

Se estima que en 2025, aproximadamente el 26% de los trabajadores de la construcción son de nacionalidad extranjera, suponiendo un incremento frente al 16% de lo que se registraba hace seis años.

La presencia de inmigrantes no solo ha contribuido a mantener el ritmo de producción del sector, sino que también ha aportado diversidad cultural y nuevas dinámicas laborales en los equipos de obra.

Aun así, la integración de los trabajadores inmigrantes en la construcción no está exenta de retos. Muchos desempeñan tareas duras en condiciones exigentes y, en ocasiones, con mayor precariedad laboral que la media del sector.

En definitiva, los inmigrantes han pasado de ser una solución coyuntural a convertirse en un componente estructural imprescindible para el futuro de la construcción en España.