Carmen y una persona de más de 50 años en un piso compartido, generado con IA.

Carmen y una persona de más de 50 años en un piso compartido, generado con IA. Montaje.

Sociedad

Carmen, que comparte piso a los 47 años: "Vivo con 9 estudiantes porque solo puedo pagar una habitación de 480€"

Pese a las medidas del Gobierno, miles de españoles de más de 40 años se ven obligados a compartir piso por la crisis de alquiler. 

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Las claves

Carmen, de 47 años, comparte piso con nueve estudiantes debido al elevado costo del alquiler, pagando 480€ por una habitación de 8 m².

A pesar de tener dos empleos fijos y cuidar niños los fines de semana, Carmen no supera los 1.000€ mensuales, dificultando su capacidad para vivir de manera independiente.

La situación de Carmen refleja un problema extendido en España, donde el aumento del precio del alquiler ha obligado a muchos adultos a compartir vivienda.

El mercado inmobiliario español presenta una alta demanda y poca oferta, afectando el acceso a viviendas asequibles, a pesar de las medidas gubernamentales.

El alquiler en España vive su peor momento. Nunca había sido tan caro tener un techo en el que vivir. No importa la ciudad, los precios cada vez son más desorbitados.

Según el último informe del Ministerio de Vivienda, el precio medio por metro cuadrado supera ya los 13 euros, un 10,3% más que hace un año. En capitales como Madrid o Barcelona los números son todavía mayores, y las previsiones no anuncian ningún respiro antes de que termine el año.

Cada vez son más los españoles que expresan su hartazgo ante una situación que se les escapa de las manos. Encontrar un piso libre se ha convertido en una carrera a contrarreloj, y cuando aparece una oferta, los precios resultan inasumibles para la mayoría.

480 € por 8 m²

La falta de vivienda disponible, el parón de la construcción, la demanda disparada y unos sueldos que apenas suben han formado la tormenta perfecta.

En medio de esta tormenta está Carmen, que con 47 años se ve obligada a vivir con nueve estudiantes, algunos de ellos vienen de Erasmus, por lo que el idioma también se ha convertido en una barrera más. Solo hay un baño y dos neveras para todos.

La situación de esta mujer es crítica. Tal y como cuenta a El Tiempo Justo, por una habitación de 8 metros cuadrados, paga 480 euros al mes.

Sin embargo, a pesar de tener dos empleos fijos y cuidar niños los fines de semana para tener dinero para "darse un capricho", su sueldo no supera los 1.000 euros.

Imagen de la cocina que comparte Carmen.

Imagen de la cocina que comparte Carmen. 'El tiempo justo'.

"Entre el alquiler y el bono de transporte tengo que hacer malabares para poder llegar a fin de mes", asegura la mujer, quien confiesa que, ante tal panorama, está cerca de sufrir depresión y "de volverme más loca".

La convivencia en el piso tampoco ayuda. "Llego a casa y me deprimo. No hablo con nadie, cada uno está encerrado en su habitación y tengo que bajar al bar para tener un rato de conversación con alguien", señala a los micrófonos.

Carmen está devastada, confiesa que su situación es "cada vez más insostenible" y teme llagar a los 50 años sin poder alquilar un piso para ella sola.

"No puedo irme a otro sitio porque te piden un montón de cosas para alquilar una mierda de apartamento de 15 metros cuadrados", dice, mostrando su indignación ante esta situación que afecta a miles de españoles.

La nueva cara de la crisis de vivienda

Según datos del Observatorio de Vivienda del MITMA, la edad media de quienes comparten piso ha aumentado un 62,9% en apenas cinco años. Uno de cada cinco ya supera los 40 años. 

Historias como la de Carmen se multiplican. Compartir piso ya no es cosa de estudiantes, sino el reflejo de una realidad donde acceder a una vivienda digna se ha convertido en uno de los grandes problemas sociales.

El Gobierno ha intentado poner freno con ayudas, topes al alquiler o nuevos programas de vivienda protegida. Pero, a pie de calle, el problema sigue sin resolverse.

A estas medidas se suma otra iniciativa: el teléfono 047, creado por el Ministerio de Vivienda para ofrecer información y asesorar a quienes buscan un alquiler o una vivienda social.

Sin embargo, muchas personas, como Carmen, se sienten fuera de esas ayudas. "No soy maltratada ni tengo hijos, así que no tengo derecho. ¿De qué me sirve?".

Y es que, la mujer lamenta el no poder acceder a ellas y enfrentarse cada día a una realidad que afecta a miles de españoles: un mercado con alta demanda y muy poca oferta que dificulta el acceso a un derecho básico.