Daniel Caballero Galindo, empresario turístico

Daniel Caballero Galindo, empresario turístico

Sociedad

Daniel Caballero, empresario: "En España se premia al que menos trabaja y lo que consiguen es crear más vagos"

Daniel Caballero, empresario turístico, denuncia la presión fiscal y laboral que sufren los pequeños autónomos en España, atrapados sin ayudas reales.

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Daniel Caballero, empresario del sector turístico, se ha convertido en una voz crítica con la situación que atraviesan muchos pequeños autónomos en España.

Desde su experiencia personal, narra las dificultades a las que se enfrenta un trabajador por cuenta propia que lucha día a día por mantener a flote su negocio, pagar impuestos y sobrevivir a la presión fiscal.

"Son las 23:45 y desde las 18:00 llevo lavando sábanas y toallas en una lavandería de autoservicio, todo para no ganar ni un duro, y lo digo así de claro", comienza diciendo.

Una presión asfixiante

Caballero sostiene que la política fiscal y laboral actual penaliza al trabajador. "En España se premia al que menos trabaja y lo único que consiguen con eso es crear cada vez más vagos".

Según explica, tener varios pagadores o negocios no se traduce en incentivos, sino en sanciones económicas.

Más allá de su situación actual, el empresario recuerda que en 2023 atravesó una grave enfermedad que lo mantuvo hospitalizado durante más de un año.

Durante ese tiempo, sus ingresos mensuales fueron mínimos: "Estuve un año y medio cobrando 450 euros".

Pese a mantener sus compromisos gracias a los ingresos de los apartamentos turísticos que administra, su esfuerzo no se vio recompensado al presentar la declaración de la Renta.

Según relata, Hacienda le denegó varias deducciones consideradas básicas, todas ellas directamente relacionadas con el desempeño de su actividad.

"Me llega una carta de Hacienda donde dicen que no tengo una empresa de transporte, por tanto, no me puedo desgravar los gastos del gasoil ni la hipoteca de la casa, aunque fuese parte del negocio, ya que la adquirí después del año 2013", explica.

El resultado final fue una sanción económica de 5.600 euros, una cantidad considerable que, debido a su magnitud, se vio en la obligación de fraccionar en varios pagos para poder afrontarla.

Además, según detalla, a la multa se le añadieron recargos por no disponer de 10 euros necesarios para el pago completo de la cuantía.

"Me llega una carta indicando que, por no haber tenido dinero suficiente y no haber pagado esos 2.000 euros, ahora tengo que abonar un 20% más de recargo, y creo que me daban 15 días para pagarlo", relata.

Más allá de su experiencia, Caballero denuncia lo que considera una injusticia hacia quienes tratan de prosperar con esfuerzo.

"Es increíble la presión fiscal que tenemos y parece que la gente no se da cuenta de eso", denuncia.

Tal como recalca, no habla de grandes fortunas, sino de ciudadanos comunes que mantienen sus negocios con sacrificio.

A la vez, critica duramente el trato desigual entre quienes se esfuerzan trabajando y quienes, a su juicio, se benefician de ayudas sociales sin aportar nada.

"Se premia al que se levanta a las 11 de la mañana, no trabaja porque no le sale de los huevos, y se tira todo el día en el bar", reprocha.

"Le dan el Ingreso Mínimo Vital, el ayuntamiento le paga el alquiler, Asuntos Sociales le paga la luz y el agua, Cáritas le da un vale de 100 euros para comprar comida... y lo vemos todo el día en la puerta del bar con un cigarro en la mano", añade.

Asimismo, cuestiona la visión que se proyecta de los pequeños autónomos, considerados por muchos una clase privilegiada.

En ese sentido, señala: "Encima tenemos un gobierno que lo que hace es meterle a la gente en la cabeza que quien tiene una pequeña empresa es un ricachón, y al que tiene dos casas hay que quitarle una".

El testimonio de Daniel Caballero refleja el profundo malestar de un sector que se siente desprotegido frente a la creciente presión fiscal y administrativa.

Su mensaje es claro: no busca privilegios especiales, sino reglas más justas que reconozcan y valoren de manera real el esfuerzo y el trabajo de quienes sostienen sus negocios día a día.