Daniel Ramón, miembro del Comité Científico de Mercadona.

Daniel Ramón, miembro del Comité Científico de Mercadona.

Sociedad

Miembro del Comité Científico de Mercadona: "Se puede consumir un producto pasada la fecha de consumo preferente"

Este empleado de la cadena valenciana ha explicado a través de un vídeo la clara diferencia entre fecha de caducidad y fecha de consumo preferente.

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En un entorno cada vez más concienciado con la sostenibilidad y la seguridad alimentaria, la correcta interpretación del etiquetado de los productos cobra una relevancia crítica.

Uno de los mitos más extendidos, y con consecuencias tanto económicas como medioambientales, es la confusión entre la fecha de caducidad y la fecha de consumo preferente.

En este contexto, Daniel Ramón, miembro del Comité Científico de Mercadona y catedrático de Tecnología de los Alimentos, ha querido arrojar luz sobre esta cuestión.

"Hola, soy Daniel Ramón y soy miembro del Comité Científico de Mercadona", comienza diciendo en un vídeo divulgativo que ha publicado Mercadona a través de su cuenta de X (antes Twitter).

Con un tono claro y pedagógico, Ramón señala que es hora de distinguir entre dos conceptos que no son equivalentes, aunque a menudo se traten como tales por parte de los consumidores.

Mito o realidad

"¿Es lo mismo la fecha de caducidad que la fecha de consumo preferente?¿Es un mito? ¿Es una realidad?", pregunta retóricamente el experto. "Pues bien, se trata de un mito, no se ajusta a la realidad", afirma con contundencia.

Daniel Ramón explica que la fecha de caducidad se refiere al límite hasta el cual un alimento puede consumirse con seguridad. "La fecha de caducidad de un producto indica la fecha hasta la que podemos consumir ese producto sin que sea un problema para nuestra salud", subraya.

Este tipo de fecha suele aparecer en productos perecederos como carnes, pescados frescos o lácteos sin tratar. Superado ese umbral, el alimento podría contener bacterias patógenas, aun cuando su aspecto visual no muestre señales evidentes de deterioro.

Por otro lado, la fecha de consumo preferente hace referencia al momento hasta el cual el alimento mantiene sus propiedades organolépticas intactas, es decir, su sabor, olor, textura o color.

"La fecha de consumo preferente lo que indica es la fecha hasta la que podemos consumir ese producto sin que su sabor, su aroma haya sufrido una variación", precisa Ramón.

Esto significa que, pasada esa fecha, el alimento no representa un peligro sanitario inmediato. “Podríamos consumir un producto que esté pasado de fecha de consumo preferente sin que sea un riesgo para nuestra salud”, aclara el catedrático.

Un error que cuesta caro

La confusión entre ambos términos no es inocua. Según datos de la Unión Europea, hasta un 10% del desperdicio alimentario en los hogares se debe a una interpretación incorrecta de las fechas impresas en los envases.

Esto se traduce en toneladas de comida desechada innecesariamente cada año, así como en un gasto económico evitable para las familias.

Es por este mismo motivo por el que iniciativas como la del Comité Científico de Mercadona, del que forma parte Daniel Ramón, buscan fomentar un consumo más informado y responsable.

Al diferenciar adecuadamente entre lo que supone un riesgo para la salud y lo que es solo una cuestión de calidad sensorial, los consumidores pueden tomar decisiones más acertadas y sostenibles.

Este tipo de campañas divulgativas demuestran la importancia de la educación alimentaria como herramienta para combatir no solo los mitos, sino también los efectos colaterales que estos generan.

En palabras de Ramón, la ciencia tiene el deber de "compartir conocimiento de forma clara y accesible" para que la población pueda separar el alarmismo infundado de los datos contrastados.

Así, mientras algunos productos deben desecharse por seguridad tras su fecha de caducidad, otros, como las galletas, el arroz o los cereales, pueden consumirse días, semanas o incluso meses después de haber superado su fecha de consumo preferente, siempre y cuando se haya conservado adecuadamente.