Javier Baztán en un encierro en San Fermín.

Javier Baztán en un encierro en San Fermín.

Sociedad

Javier Baztán, mozo de los encierros de San Fermín: "Un toro puede quitarte la vida y eso parece que no importa"

Este vecino de Olite, una localidad de Navarra, lleva años recorriendo los encierros, convirtiendo su pasión por los encierros en una forma de vida.

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Javier Baztán (26 años), un vecino de la localidad navarra de Olite, no concibe las fiestas de San Fermín sin la adrenalina y emoción de los encierros. Lo que para muchos es una tradición puntual, para él se ha convertido en una pasión profunda y en una forma de honrar sus raíces.

Javier corrió su primer encierro en su propio pueblo, en Olite, motivado por la influencia de su padre, quien desde pequeño le inculcó el amor por la fiesta y el respeto por el toro. "Poco a poco te vas metiendo en los encierros, hasta que llegas a recorrer todos los pueblos de Navarra", relata con naturalidad.

De cara a los Sanfermines, su preparación es meticulosa. Comienza a prepararse para llegar en las mejores condiciones físicas, pero también para mentalizarse. "Tienes que pensar que lo que llevas esperando un año está cada vez más cerca", señala Javier, con la emoción que solo quienes han sentido de cerca la intensidad del encierro pueden entender.

Javier Baztán.

Javier Baztán.

Su rutina la mañana de un encierro sigue un ritual casi sagrado: se levanta a las seis, desayuna, se viste de blanco y rojo y se despide de su familia antes de poner rumbo a Pamplona. "Y a esperar a las ocho", comenta.

Cuando por fin llega el momento, Javier se dirige a uno de sus lugares preferidos del recorrido: la calle Estafeta. Aunque es la más concurrida, también es la que más le emociona. "De niño soñaba con correr ahí", añade con una sonrisa que refleja años de ilusión cumplida.

Asimismo, antes de lanzarse a las calles, Javier corrobora que tiene un gesto muy personal: se besa la medalla de San Fermín y le pide protección.

"Que me ayude en los momentos de más peligro", dice. Porque el peligro es real. De hecho, recuerda uno de los momentos más tensos del encierro de ayer, lunes 7 de julio: "Un manso me pasó por encima pisándome la pierna".

Pese a los riesgos, para Javier el encierro es mucho más que una carrera delante de toros. "Es seguir la tradición de nuestros antepasados, es una manera de sentirte vivo", asegura.

Aunque reconoce que el miedo siempre está presente, especialmente en los momentos previos a la carrera, manifiesta que lo gestiona con serenidad y respeto.

Javier, además, destaca especialmente el ambiente entre los corredores habituales de San Fermín. "Todo el que se pone delante de un animal está dispuesto a jugarse el tipo por ti si hace falta. Eso es de lo más bonito que puede haber en un encierro".

Crítico con quienes corren sin preparación o sin conocer las normas, lamenta que muchas personas no son conscientes del peligro real. "Un toro con un simple movimiento puede quitarte la vida, y eso a veces no se valora", señala el navarro.

Javier Baztán.

Javier Baztán.

Esa experiencia, junto con el paso del tiempo, ha transformado su visión del encierro, que ha evolucionado a una actitud mucho más consciente y técnica. "Ahora ya sabes que van a venir a toda velocidad y que si no estás en el sitio, no vas a poder coger el toro", añade.

Con ese mismo respeto por la tradición, Javier recuerda con admiración a los corredores veteranos que veía de niño. "Compartir carrera con alguno de ellos llena mucho", apunta con orgullo.