Cualquier persona está expuesta al peligro del fuego, pero simulacros como el realizado el pasado 30 de junio en la residencia CleceVitam Pardo Bazán, situada en la ciudad de Vigo (Pontevedra), permiten estudiar de cerca la situación de emergencia provocada y comprobar la efectividad de las medidas de protección de estos centros.

“Los simulacros de este tipo son vitales porque nos hacen conocer los centros y practicar en instalaciones reales utilizando nuestros equipos. También ayudan a concienciar a la ciudadanía y a los trabajadores de la importancia de la prevención y extinción de incendios”, asegura David Lemos, sargento de la unidad de bomberos del Concello de Vigo, desplazada para el simulacro.

Del mismo modo, la formación recurrente de toda la plantilla ayuda a automatizar la respuesta adecuada ante un incendio. En CleceVitam Pardo Bazán la última formación tuvo lugar en el mes de marzo, a la que siguió un ensayo organizado por la compañía en abril.

El simulacro

El incendio ficticio comenzó a las 16:00 horas en un horno microondas ubicado en la tercera planta del edificio. Los auxiliares situados en este piso avisaron a la jefa de intervención —la directora del centro, Natividad Torres— quien, al comprobar que no podían hacer frente por sí mismos al fuego, llamó al 112. "Ya habíamos hecho simulacros antes a nivel interno, pero nunca con bomberos", cuenta Torres en conversación con EL ESPAÑOL.

A continuación, los trabajadores del centro desplazaron a los residentes a una zona segura y bloquearon la entrada de humo cerrando las puertas cortafuegos. Siete minutos después de dar el aviso, un dispositivo de tres camiones llegó a la residencia y desplegó todos sus medios, mientras los bomberos entraban en el edificio y ensayaban la evacuación de las personas más dependientes con grúa.

Los bomberos trabajan durante el simulacro de incendios en la residencia para personas mayores CleceVitam Pardo Bazán, en Vigo

Los bomberos trabajan durante el simulacro de incendios en la residencia para personas mayores CleceVitam Pardo Bazán, en Vigo CleceVitam

Un centro preparado

Los elementos de la infraestructura también pasaron la prueba con un sobresaliente: las zonas seguras localizadas en cada planta, separadas por puertas cortafuegos, las zonas de evacuación y los sistemas de extinción estuvieron a la altura del simulacro. En este, además, fueron clave los detectores de humo y los extintores sobre los que la plantilla obtuvo más información para utilizarlos adecuadamente gracias a la ayuda de los bomberos.

Los buenos resultados obtenidos permitieron a los profesionales de CleceVitam Pardo Bazán disipar numerosas dudas que fueron surgiendo durante el simulacro, lo que les ayudará a "afrontar mejor esta situación si ocurriera de verdad", según explica Natividad Torres. Entre las cuestiones que aprendieron, destaca el funcionamiento de las columnas secas desde las que los bomberos utilizan las mangueras para que suba agua a presión por todo el edificio. "Nunca se me hubiera ocurrido, fue muy enriquecedor", apunta la directora del centro.

Como explica la técnica en Prevención de Riesgos Laborales de este centro, Paula Fernández, este simulacro tan realista ha servido para que "todo el personal se sienta más seguro”. Fernández fue la que contactó con los bomberos para proponer la prueba, siguiendo las recomendaciones de la Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios (Tecnifuego) sobre la necesidad de contar con las medidas de protección adecuadas en residencias para personas mayores por considerarlas espacios "especialmente vulnerables".

La respuesta de los bomberos fue de total colaboración, con visita de uno de ellos a la residencia para reconocer la zona. “Le enseñaron las instalaciones, le facilitaron planos y con toda esa información preparó un informe con el que, si alguna vez surge algún problema, el equipo que venga al centro por el camino podrá ver cómo es, los medios con los que cuenta y cuáles son los accesos al interior”, explica la técnica de prevención.

El sargento David Lemos respalda el éxito de la operación, que ha servido para "ver cómo soporta el edificio una carga de presión en labores de extinción". Ahora, los bomberos conocen el centro y cómo poner en práctica sus equipos en el mismo, apunta Lemos.

Las modernas instalaciones permiten que en la residencia CleceVitam Pardo Bazán estén preparados ante una emergencia de este tipo. El centro, inaugurado en 2021, cuenta actualmente con 131 residentes, los cuales fueron muy "participativos", como explica la directora. "Tanto ellos como los familiares estuvieron muy agradecidos por haber llevado a cabo esta prueba. Además, nuestros residentes se sintieron muy seguros en cuanto vieron a los bomberos", añade Natividad Torres.