Fernando de Vega Seoane en el hospital

Fernando de Vega Seoane en el hospital

La Jungla / Social

Fernando, de aquel maldito accidente que lo dejó parapléjico a ejemplo en Instagram

Fernando ha afrontado las consecuencias del accidente con una entereza y una positividad que ha sorprendido en redes sociales: 13.000 seguidores en apenas un mes.

27 febrero, 2022 02:23

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La vida puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Los análisis a posteriori son fáciles e inútiles: lo cierto es que en el momento clave uno nunca sabe que está a punto de pasarle algo que modificará para siempre su relación con el mundo. Cuando el pasado 21 de enero Fernando de Vega Seoane, gerente en una empresa de limpieza, dejó Madrid en dirección Baqueira Beret ni se le pasaba por la cabeza que, 24 horas después, quedaría parapléjico para siempre. Sin embargo, ¿cómo es posible que lo primero que dice a EL ESPAÑOL sea: “Lo que me ha pasado no es motivo para estar entristecido”?

Para Fernando, esquiar era algo tan habitual como para cualquier otra persona puede ser jugar al fútbol o al tenis. Actividad integrada en su vida, llevaba haciéndola 42 años. Además, aquel sábado 22 de enero el tiempo era fantástico: lucía uno de esos soles por los que merece la pena madrugar. La nieve, polvo suave. Pero el destino a veces es inexplicable. En la segunda bajada del día, esquiando por pista, pisó una zona de nieve un poco dura, no trazó una curva que había que trazar y su espalda chocó contra un árbol: “En ese momento noté que me había roto la espalda”.

Fernando, que es pura energía, describe esa sensación con la frialdad hiperrealista con que Don Eddy pinta sus cuadros: crea una fotografía mental gélida, luminosa, precisa y terrible del instante. “Durante seis segundos no tienes frío ni calor. Sientes una desconexión total, como si la vida acabase en el ombligo. Es una sensación muy grimosa pero muy real donde sabes, sin la más mínima duda, que te has quedado en silla de ruedas”.

Son seis segundos “de una tristeza enorme porque asumes que ha cambiado tu vida”, recuerda Fernando. Seis segundos exactos: no se permitió ni uno más en la pesadilla. Al séptimo, número simbólico donde los haya, empezó a ver el vaso medio lleno. Si no sentía nada por debajo del ombligo significaba que las manos estaban bien, la cabeza funcionaba, el pecho podía notarlo… “y, a partir de ahí, todo ha sido facilísimo de llevar”.

Ejemplo de superación

Fernando ingresó el 22 de enero en la UCI del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona. Al día siguiente ya se había abierto un perfil de Instagram: “Tenía 200 llamadas. Al principio, la gente pensaba que había tenido un accidente de moto, todo el mundo estaba especulando. Así me quitaba de tener que repetir muchas explicaciones”. Sin embargo, muy pronto el público de esos videos donde retransmitía en directo todas las novedades respecto a su situación dejó de ser su gente cercana.

Fernando contaba lo que había pasado como si no hubiese pasado. “Sigo muy ilusionado, muy contento con lo que viene” o “estoy muy optimista, muy animado” eran algunas de las frases que repetía en Instagram cuando no habían pasado ni 48 horas desde el accidente. Una fortaleza mental que sorprendió incluso a los médicos, para quienes estas situaciones forman parte de su cotidianidad: “Los doctores venían cadavéricos. «tienes una lesión medular irreversible, no tiene cura…» me decían” relata Fernando que, con total tranquilidad, los iba despachando: “Soy consciente, no hay problema. Vamos a la operación”.

A modo de diario audiovisual, Fernando iba narrando sus sensaciones. No obstante, el 25 de enero el video lo hacía su hija Casilda: “la operación ha salido fenomenal”. Además de la lesión medular, Fernando se había roto tres costillas, un hombro y dos vértebras. Los cirujanos le fijaron la columna vertebral con ocho tornillos y dos placas de titanio. Pero las desgracias son menos desgraciadas cuando las narra Fernando: “Aquí estoy -decía nada más salir de quirófano-, dabuti, recuperado, me encuentro fenomenal”. 

En apenas un mes, la cuenta de Instagram ronda los 13.000 seguidores y los 22.000 mensajes de cariño. Tal ha sido el impacto que Fernando ha creado una página web donde la gente puede apuntarse para hacerle visitas de media hora y conocerlo en persona. Y es que él nunca ha querido limitarse a subir videos (ya suman más de 70): “Interactúo con el 80% de la gente. Le dedico tres horas al día a contestar a todo el mundo y no tengo pensado detenerme aquí, me gusta ayudar”, explica.

Pero ¿de dónde saca todo este carácter? Además de tener referentes como Rafa Nadal, Fernando cuenta que echa mano de muchos de los recursos relacionados con la psicología positiva que aplica en su empresa. CEO en Limpiezas y Mantenimientos Serrano 112, “tenemos más de 400 limpiadoras a quienes cuidamos muchísimo”, afirma. En su opinión, los oficios de limpieza sufren presión social además de estar mal remunerados. Por eso siempre se ha considerado una persona sensibilizada con "el estado psicoemocional de las empleadas". Algo que, ahora, ha podido ayudarle a afrontar esto mejor.

Por otro lado, también se ha apoyado en algunas personas de su entorno que ya han vivido lo mismo que él. Ahora Fernando se encuentra ingresado en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, pero las experiencias de esas personas le sirven de referencia para pensar en “cómo será cuando vuelva a Madrid y aterrice en la vida real, de nuevo en su casa y en su oficina”. Y es que Fernando siempre está mirando hacia el futuro.

Nada lo detiene

“Tengo un plan de trabajo muy asociado con mi objetivo de llegar al Europeo de Golf de septiembre”, cuenta Fernando, que también piensa ya en conseguir que le dejen volver a casa antes de lo previsto. 

Estas prisas son entendibles: las armas secretas de Fernando son su mujer, Bea, y sus cinco hijos, todos con edades entre los 12 y los 21 años. Una descendencia que, según relata, lleva inconfundiblemente los genes de su padre: “Se lo han tomado muy bien, son unos fenómenos. Los niños están un poquito más incrédulos, las niñas más sensibles. Mi mujer lo está llevando increíble, es un ejemplo. Ahora ya me han podido venir a ver cuatro veces”. Los videos no solo sirven de chute motivacional para los seguidores de Instagram, sino que también son fundamentales para que su familia sepa que está bien.

En cuanto a lo que pasará cuando se reincorpore a la vida que tenía antes, Fernando cree que “cambian muy poquitas cosas; de las importantes ninguna”. Por un lado, estar en silla de ruedas no afectará a su trabajo como gestor. Por otro, adaptará la casa a sus nuevas necesidades.

Además del ejemplo de superación que la actitud de Fernando está suponiendo para muchas personas, este empresario afincado en Madrid da su clave de cómo afrontar todo en la vida: 

- ¿Cómo haces para no caer en eso, tan nocivo pero tan inevitable, de volver al momento en que todo cambió y preguntarte qué habría pasado si hubieras hecho otra cosa?

- Lo más importante es controlar los pensamientos. Ha sido tal accidente que no he tenido que perdonarme nada, que al final es de lo que se trata. Iba preparado, por pista, el día era bueno, la nieve estaba perfecta. Esto es como si te cae un rayo. No tienes ninguna culpa.