Imagen de perfil de la jueza tuitera Lady Crocs.

Imagen de perfil de la jueza tuitera Lady Crocs. RomoloTavani iStock

La Jungla / Social

Lady Crocs, la jueza tuitera que incomoda a 'indepes' y feministas

En la Jungla. Sus opiniones en la red social le han llevado a convertirse en objetivo del independentismo, que llegó a publicar su identidad real.

24 febrero, 2019 00:35

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Los juicios de La Manada, de la Gürtel y todas las decisiones alrededor del procés independentista han puesto las decisiones del Poder Judicial en el ojo del huracán. Según a quién preguntes la justicia española es fascista, patriarcal o todo a la vez. Desde ciertos sectores se ha utilizado el desconocimiento que mucha gente sobre los procedimientos judiciales para hacer circular medias verdades y bulos completos. Y en ningún medio se mueve tan bien la desinformación como en las redes sociales. No han sido pocos los jueces, fiscales o abogados que han tomado Twitter como arma divulgativa para tratar de explicar lo que está sucediendo. Y una de las destacadas de este grupo es Lady Crocs.

Sin duda, es un nombre peculiar para una juez. "Me fascinan los cocodrilos" explica a EL ESPAÑOL." Desde que tengo uso de razón es un animal que siempre me ha cautivado por su robustez, su aspecto impertérrito ante las adversidades que le rodean, su capacidad para adaptarse a las circunstancias, por muy duras que éstas sean. No en vano, dicen que son "los últimos dinosaurios vivientes". Pero al mismo tiempo son animales delicados con sus crías, utilizan sus mortíferas fauces para trasladarlas a pantanos y riachuelos con el fin de que sobrevivan. Es por eso que le antepuse lo de Lady, para que quedara plasmada esa combinación de fuerza y ternura".

"Al principio no le veía la gracia a Twitter"

Se unió a Twitter en diciembre de 2014 y, como muchos, el amor con la plataforma no fue a primera vista. "Lo cierto es que no sabía muy bien qué utilidad podía tener. De hecho tuve la cuenta abierta durante un par de años sin tener una actividad relevante, entraba y salía sin verle la gracia. Lo cierto es que para mí Twitter era un modo de obtener: obtener información y un canal de comunicación, pero en ningún momento pensé que yo pudiera proporcionar algo, más allá de mi visión de la Justicia".

Y fue precisamente esta visión de la justicia lo que le lanzó al tuitestrellato."Poco a poco vi que a la gente le gustaba que explicara las cosas como se las cuento a mis hijos y que se pudiera ofrecer el contrapunto judicial de las noticias que surgen del mundo de la Justicia, muchas de ellas vertidas sin ningún tipo de filtro o rigor. En estos momentos, hay veces que me piden que escriba sobre alguna figura jurídica y, no puedo negarlo, es algo que me llena de orgullo y satisfacción ¡Je, je!".

Aunque, además de su visión sobre las leyes, también aporta otras ideas que ha ido aprendiendo en su carrera como jueza:

Considera que la justicia española falla en el aspecto de la comunicación. "En alguna ocasión se lo he llegado a comentar a quien lleva el gabinete de comunicación del Tribunal Superior de Justicia y su respuesta es atacarnos a nosotros tachándonos de opacos. Afirma que no proporcionamos la información necesaria para que pueda informar. Personalmente, discrepo de ese planteamiento, es factible informar sobre asuntos y cuestiones jurídicas sin necesidad de proporcionar datos de procedimientos o asuntos que estemos llevando, que es lo que nos suelen pedir. Y eso es algo que demuestran cada día los jueces tuiteros como @lapelo1, @JudgeTheZipper@natalia_velilla o @salascarcerller".

Objetivo del independentismo

Su actividad tuitera le ha llevado a ser el objetivo de los independentistas catalanes, y tener algún encontronazo con el enfant terrible del procés, con algunas respuestas un tanto inquietantes haciendo referencia a la localidad en la que ejerce:

Este matonismo llegó a su máxima expresión cuando desde larepublica.cat, un diario digital subvencionado por la Generalitat de Catalunya y por la de Valencia, se desveló su identidad, un artículo que fue tuiteado hasta por Carles Puigdemont. Aunque eso no le amedrenta, no hará que deje de publicar con su reptiliano nick. "Si el otro día publiqué mis datos en un artículo de opinión fue para aplacar las críticas que afirmaban que si decía lo que decía era porque me estaba escudando en el anonimato. No me escudo en nada porque no digo nada de lo que deba avergonzarme o esconderme. Mi idea es mantener mi identidad lo más salvaguardada posible, por motivos de intimidad y de seguridad".

"Leo lo que sale en las noticias sobre el juicio a los responsables del procés y lo que comentan los compañeros que sí lo están siguiendo. Pero no me da tiempo a ver todo lo que sucede. Creo que los investigados están amparados por todos los derechos fundamentales que tiene cualquier investigado en nuestro país y que contamos con unos fantásticos juristas, tanto en la acusación, como en la defensa, como en los órganos decisorios". 

"Está de moda decir que tenemos una justicia patriarcal"

Pero no ha recibido únicamente ataques desde el independentismo, también desde cierto sector del feminismo. Tras un artículo que publicó en Confilegal en el que aseguraba que acabar con el machismo no acabaría con las muertes de mujeres, Elisa Beni publicó un tuit que más tarde eliminó asegurando que estaba "tocada de patriarcado".

Aunque no considera que haya una persecución de los jueces que piensan diferente, sí cree que "se está afirmando cada vez con mayor frecuencia que debemos formarnos en 'perspectiva de género' y que se está poniendo de moda decir que tenemos una Justicia patriarcal. Pero no por repetirlo mil veces se hace verdad. Si me quieren formar, que me formen. No obstante, me llama la atención que no me den cursos de ciberseguridad, cálculo de indemnizaciones según el nuevo baremo de responsabilidad civil, policía científica o ejecución en materia civil y, sin embargo, haya tal oferta de cursos de formación en 'perspectiva de género'".

Se ha mostrado crítica con la aplicación de la Ley Integral de Violencia de Género. "A la Ley realmente no le veo problemas, tal vez éstos surjan principalmente en su aplicación práctica y en los efectos perniciosos que acaba produciendo en procedimientos civiles. Por otro lado, yo personalmente discrepo del tratamiento procesal y penal que se le ha dado al problema. No estoy de acuerdo en que existan unos juzgados especializados en esta materia (no creo que reporten ninguna utilidad práctica) ni en que haya algunos delitos que reciban una pena diferente en función del sexo del autor".

"Creo que ha sido mal abordado desde unos sectores de opinión que han considerado que podría ser útil matar moscas a cañonazos. Las moscas mueren, cierto. Pero con el cañonazo te cargas todo lo que hay alrededor". ¿Hay algo positivo en la ley? "Sinceramente, no lo sé", confiesa. "Yo la derogaría".

Vivir con un pequeño autista

Pero no es de leyes de lo único que escribe. También hay otro aspecto importante en su vida que protagoniza muchos de sus mensajes: su hijo autista. La sociedad tiene una imagen muy equivocada de este trastorno. "Yo misma imaginaba que un autista era una persona con mirada ausente, cabeza ladeada y que se autolesionaba de modo constante. No solo mi propio hijo no es así, es que la gran mayoría de los autistas que conozco no cumplen esas ideas preconcebidas. De hecho, un autista no tiene un aspecto exterior diferente al que pueda tener cualquier alista. Eso complica mucho la comprensión o empatía de otras personas, dado que no saben que están frente a una persona que tiene otra forma de vivir la vida", explica.

"Creo que todos deberíamos ser más tolerantes con todo. Nos ofendemos con mucha facilidad y nos molesta lo que nos rodea, al mismo tiempo nos consideramos con la superioridad moral para cuestionar y criticar al que no está de acuerdo con nuestros postulados. Eso nos hace equivocarnos al juzgar los comportamientos ajenos". 

"Recuerdo, eso sí, una noche particularmente complicada con él. Tendría como unos seis años. Mientras los peques se preparaban para ir a la cama, me sorprendí diciéndole al que entonces era mi marido que no estaba preparada para ser la madre de un niño así, que yo no valía para eso. Frustrada e impotente me fui a la cama con los peques. Normalmente leo un libro hasta que se quedan dormidos y me voy a mi cuarto. Esa noche estaba leyendo El curioso incidente del perro a medianoche y, precisamente, apareció esa misma frase que yo acaba de decirle a mi marido, dicha también por la madre de un niño autista".

"Al leerla escrita rompí a llorar de nuevo. En ese momento los peques deberían de estar dormidos ya, sin embargo noté cómo mi chiquitín me abrazaba. Él no podía saber lo que yo estaba leyendo, no podía saber qué estaba sintiendo y mi llanto era quedo, simples lágrimas que caían. Pero me abrazó. Ese gesto me hizo pensar que ese niño sí estaba preparado para ser mi hijo, y que yo aprendería a ser su madre. Y no solo he aprendido, sino que siento que es una de las cosas más maravillosas que puedo tener, con sus múltiples complicaciones, que también las tiene". 

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