Marina Crespo, profesora española en Irlanda.

Marina Crespo, profesora española en Irlanda.

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Marina Crespo, profesora española trabajando en Irlanda: "Gano 3.000 euros y hay meses que ahorro más de 1.000"

La joven madrileña trabaja en una guardería cobrando 3.000 euros brutos al mes.

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Por vocación, Marina Crespo (1999) estudió el Grado en Magisterio en Educación Primaria. Tras realizar varios voluntariados y ayudar a niños con problemas en casa tuvo claro que ese era el camino que quería seguir.

La joven madrileña tenía un plan tras terminar la carrera: "Mi idea era trabajar un año en Irlanda para aprender inglés y volver para hacer un máster, sacarme unas oposiciones y buscar trabajo". Sin embargo, la realidad fue otra, y actualmente lleva más de dos años en el país celta sin planes de volver a casa.

A diferencia de lo que suelen hacer muchos jóvenes, Marina buscó trabajo previo a mudarse y tras realizar varias entrevistas en septiembre de 2023 puso rumbo a Dublín para trabajar en una guardería. En este primer puesto de trabajo estuvo nueve meses en los que ganaba unos 2.700 euros brutos al mes.

Tras pasar una temporada en la capital, se trasladó a una ciudad al norte del país, Drogheda, por varias razones. Una de las principales, su actual pareja, la cual es de esa pequeña ciudad y tras hacer una visita se dio cuenta de que le gustaba mucho más que Dublín, y otra de las razones fue por motivos laborales.

Y actualmente trabaja en un pueblo costero cercano, Bettystown. Aquí también ejerce en una guardería, sin embargo, el salario es ligeramente superior: "unos 3.000 euros brutos al mes".

Un sueldo que le ha permitido ahorrar bastante en estos dos años. "Hubo épocas que igual si no gastaba mucho podía llegar a ahorrar 1.000 euros al mes". Una cifra impensable para muchos jóvenes que están intentando labrarse un futuro en España. Aun así, aclara que si viviese en Dublín gastos como el alquiler o el ocio aumentarían, y por tanto, no tendría tanto margen de ahorro.

Marina Crespo.

Marina Crespo. Cedida

Aun así, el coste de vida no presenta tantas diferencias en relación con ciudades españolas como Madrid o Barcelona. El alquiler en un piso compartido ronda los 600 o 700 euros, "e incluso en gastos así un poco más cotidianos, no es tan caro. De hecho, en Lidl, hay muchas cosas que son más baratas aquí que en España. Yo la última vez que fui a España noté que las cosas habían subido", asegura Marina.

"Obviamente por el tema de la inflación aquí también suben, pero lo positivo que tiene Irlanda, por ejemplo, es que suben los precios de las cosas, pero te suben el salario. De hecho, yo ahora cobro 3.000 brutos por esta razón", explica la profesora.

Dificultades

Como le suele pasar a mucha gente cuando se muda a otro país, el proceso de adaptación no fue fácil en un principio, y el principal motivo fue la barrera idiomática. "En España estamos acostumbrados al acento inglés o estadounidense y el irlandés es más complicado. Además yo iba con el verbo 'to be' y no entendía nada", recuerda la madrileña.

Esto, sumado al clima húmedo característico de la isla y las horas de luz que se notan mucho –especialmente en invierno–, fueron las mayores dificultades a las que se enfrentó.

A pesar de ello, los aspectos positivos superan con creces los negativos. "Es que el estilo de vida es parecido porque aquí hay mucha cultura de pub, como en España hay cultura de bar y el irte a tomar algo es lo más normal del mundo".

Además destaca la simpatía de la gente: "Me ha sorprendido muchísimo, la gente en general es supermaja. Si te pueden ayudar, te van a ayudar, siempre te puedes encontrar, pues como en todos lados gente más reacia, pero por regla general son muy educados".

Volver a España

Ahora mismo Marina no se está planteando volver a España, y más teniendo en cuenta que su pareja es de Irlanda, sin embargo, de aquí a 10 años sí ha llegado a pensar en regresar, aunque antes pasando por algún que otro país como Alemania.

Asimismo, no duda en recomendar esta experiencia a todo el mundo. "Más que nada, más allá de por el dinero, por la experiencia también. Al final, pues irte al extranjero, el buscarte la vida en otro idioma, eso te abre mucho la mente y también ves las cosas desde otro punto de vista. Sí que recomiendo el salir al extranjero, a donde sea", anima Marina.