De izquierda a derecha, los hermanos Marcos, Javier e Israel Lamparero, dueños de Spagnolo.

De izquierda a derecha, los hermanos Marcos, Javier e Israel Lamparero, dueños de Spagnolo. Cedida

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El imperio de los Lamparero y Spagnolo, la marca de ropa que factura 15 M: "La gente teme vestirnos por si la llaman facha"

Es la cuarta generación al frente de un negocio textil nacido en 1933. En 2005, rebautizaron la marca y adoptaron el actual logo de la bandera de España.

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Cuenta Israel Lamparero, CEO y director de marketing de Spagnolo, que el fin de semana pasado él y sus hermanos, Marcos y Javier, se pusieron a descargar camiones en uno de sus almacenes. No es porque a estos sevillanos –que facturan alrededor de 15 millones de euros anuales y suman 150 trabajadores en plantilla– les falte personal. No, lo suyo viene de que están hechos de harina de otro costal; el de los currantes que se lanzan al barro y arriman el hombro.

"Antes que Spagnolo o un grupo de empresarios somos gente normal, cercana, de los que te lleva a tomar unas tapitas por Triana al acabar la entrevista. No verás a los de la competencia poniéndose a repartir un cubo de botellines de cerveza a los chicos del almacén después de hacer horas extra un sábado, ¿eh? Ni a un tipo como mi padre, de 86 años, que va a diario a la oficina".

Por eso sorprende que los Lamparero hayan sido víctimas de una campaña de estigmatización tan solo por el mero hecho de haber utilizado la bandera de España como logo de su marca de ropa.

Israel Lamparero, CEO y director de marketing de Spagnolo, en los almacenes de la empresa.

Israel Lamparero, CEO y director de marketing de Spagnolo, en los almacenes de la empresa. Cedida

"Cuando Pablo Iglesias mandó manifestarse a sus simpatizantes porque Vox sacó un escaño en Andalucía, nos reventaron los escaparates de varias tiendas. Nos han hecho pintadas. Nos han tirado huevos. Por tener, hemos tenido hasta que dejar de rotular los vehículos comerciales de la empresa porque los destrozan. Esto en cualquier otro país no sería ni medio normal".

A 'los de Spagnolo' les han llamado de todo. Rancios. Pijos. Niños de papá. Pero, sobre todo, fachas. Por llevar su patria por bandera. Por usar el nombre de su país. Por reivindicar el estilo cayetano y el fachaleco. Por hacer polos para la Guardia Civil y la Policía Nacional. Por dedicar ediciones limitadas a homenajear a las Fuerzas Armadas –ahí están la línea de prendas de los 40 años de la Patrulla Águilay no sólo a las modas pasajeras.

"Si te pones la bandera de Estados Unidos, la de Inglaterra o la de Palestina, ahora que está tan de moda, eres un ejemplo para la sociedad. Pero si te pones la de España van a intentar criticarte".

A Lamparero le cansa debatir sobre este tema. Él prefiere hablar de España en positivo. Lo hace a escasas 24 horas de la celebración del Día de la Hispanidad y con esa jovialidad y empatía propia del espíritu sevillano.

"Para mí es una obsesión luchar por que los españoles vean nuestra bandera como la ven los ciudadanos de otros países. A todo el mundo le gusta España. La gente, la gastronomía, los vinos, los aceites, los paisajes, la cultura, la tradición, las raíces. Si pusimos ese logo es porque somos unos enamorados de lo nuestro. Los únicos que pueden ver algo malo en ello son unos ciudadanos adoctrinados por unos políticos que poco hacen para que estemos unidos".

Hartos del cliché, en 2024 lanzaron uno de sus spots publicitarios más atrevidos, donde se apropiaban de los estereotipos y se burlaban de las críticas: Los cayetanos ni reniegan de lo que son ni deben convertirse en otra cosa: rancio serás tú, rezaba uno de sus lemas.

"Ideé ese anuncio sabiendo que traería polémica. Venía a decir... ¿Por qué me llamas así si yo no te critico? ¿Qué hacemos distinto que tú no hagas? ¿Qué te hace estar por encima nuestro? ¿Por qué demonios alguien llama cayetano o facha a otro simplemente por llevar la bandera de España?".

Ese hecho, "incomprensible" a su juicio, es lo que hace que haya personas, especialmente jóvenes, a los que les gusta la moda de su marca pero temen llevarla por lo que puedan decir de ellos. "Hay gente que no nos compra porque tiene miedo a que la llamen facha".

Israel Lamparero en los almacenes de Spagnolo.

Israel Lamparero en los almacenes de Spagnolo. Imagen cedida

El CEO insiste en esa idea de reconciliación con los símbolos nacionales. Cree que el desapego es fruto de una falta de educación social y cívica. "Yo estudié tres años en Estados Unidos y era impresionante ver allí todas las casas con la bandera, o cómo la gente se ponía de pie para cantar el himno. Me da una envidia sana porque aquí somos el único país del mundo donde llevar la bandera de tu nación puede ser objeto de crítica".

PREGUNTA.– Sin embargo, se dice de ustedes que, pese a ser muy patriotas, producen su ropa en China. ¿Cómo salvan esa contradicción?

RESPUESTA.– Es una eterna polémica. En España, muchos sectores se han destruido debido a las políticas que tenemos con la industria. ¡Ojalá pudiéramos producir aquí! Pero eso nos obligaría a vender a precios que nuestros clientes no podrían asumir. No podríamos haber crecido ni creado 150 puestos de trabajo directos ni 300 indirectos. El textil español se ha desindustrializado y ya no encuentras fábricas capaces de asumir las necesidades que tenemos. Me fastidia cuando me dicen que si estamos comprometidos con nuestro país deberíamos fabricar aquí. Pero, ¿dónde?

El nacimiento de Spagnolo

Aunque Spagnolo nació oficialmente en 2006, la familia Lamparero lleva casi cien años al frente de negocios textiles. Concretamente, desde 1933. "Mi bisabuelo recogía algodón en el campo y hacía ropa en telares". Toda su familia se ha dedicado al negocio, y fue su padre, Nicolás Lamparero, actual presidente de la marca, quien sentó las bases para convertir el negocio en un pequeño imperio familiar.

"Mi padre es un fanático de la calidad, de los que dice que prefiere morir vendiendo bien y poco que vendiendo mucho y de mala calidad. De él aprendimos casi todo. Hizo ingeniería industrial textil y estudió con los de Mayoral y Santanderina".

Se dice que el español se suele comparar con el resto para mal. Pero precisamente de eso, de no tener miedo a engrandecerse, es de donde nació Spagnolo. Corría el año 2005 y los hermanos Lamparero, que comercializaban otras marcas de ropa bajo el nombre de Transformados del Sur, querían producir una colección de parkas y cazadoras.

El logo no les convencía. Se encontraban en un punto sin salida. Pero una tarde tuvieron una idea brillante. Mientras tomaban unas cañas –"toda buena idea española nace en un bar"– se dieron cuenta de que tenían la solución delante de sus ojos.

Vieron a un chico pasar con una sudadera de Puma y una bandera de Italia. Luego pasó otro con una camisa de La Martina y la bandera de Argentina. Un tercero, vestido de Reebok, llevaba la de Inglaterra. Y un cuarto, vestido de Ralph Lauren, lucía orgulloso la de Estados Unidos. "¿Por qué no hacemos uno con la nuestra?".

Sabedores de los peligros que eso conllevaba, y pese a que les recomendaron no hacerlo porque podrían tirar un dineral a la basura, siguieron adelante. Ahora sólo les faltaba el nombre. Quisieron llamarlo Español o La Española, pero ambos estaban registrados. "Además, si queríamos venderlo en el extranjero, la Ñ no era una letra factible, así que decidimos poner 'Español' en el idioma del país que reza como número 1 a nivel mundial en la moda: el italiano".

Así nació Spagnolo. Pero una vez en marcha, se metió en un largo litigio con otra marca, Camisería La Española, por el uso parecido de la bandera cruzada y por los colores nacionales como símbolo de sus prendas.

Tras una larga batalla legal y varios fallos a su favor, el Tribunal Supremo confirmó en 2021 la prohibición para que La Española usara el tipo de letra y disposición gráfica de Spagnolo. Le obligó a retirar sus productos del mercado y a pagar a los Lamparero una indemnización de más de 100.000 euros por daños y perjuicios.

Desde aquella trifulca, la empresa no ha parado de crecer. Actualmente cuenta con más de 65 puntos de venta directos –su gran nicho está en Sevilla, la mayoría de sus córners a nivel nacional están en El Corte Inglés y suma una decena de tiendas físicas– y una gran red de distribución multimarca, superando los 400 puntos en total en España. Además, ya está empezando a vender en México.

Dos décadas después de aquella idea nacida entre cañas, Spagnolo sigue creciendo sin financiación externa y con el mismo espíritu familiar del primer día. "Vamos lento pero dormimos tranquilos porque no le debemos nada a nadie", afirma Lamparero, convencido de que la independencia es parte del ADN de la marca.

P.– ¿Cómo definiría el estilo de su ropa?

R.– El estilo de Spagnolo es elegante, clásico y totalmente español. Unimos la tradición y la modernidad con materiales de calidad, detalles cuidados y un diseño que refleja el carácter, la historia y el orgullo de nuestro país. Si tuviera que definir la marca en dos palabras, serían alegría y colorido. Nuestros diseños se atreven con colores que pocas firmas se animan a utilizar, y en esta casa somos alegres y profundamente amantes de lo nuestro.