María del Mar, viuda del ganadero Toño.

María del Mar, viuda del ganadero Toño.

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Mar, la viuda del ganadero asesinado en Asturias, se peleó con su hermana por cambiar su relato: "Le hizo una encerrona"

EL ESPAÑOL ha podido saber por una fuente próxima a la instrucción judicial que la viuda de Toño "tuvo problemas con su anterior pareja y no le concedieron la custodia de sus hijos" y "se medica por razones de salud mental".

Más información: La Guardia Civil descarta que dos encapuchados mataran al ganadero Toño: su cuñada niega esa teoría de la viuda, Mar

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- María del Mar: No sé si soy la principal testigo o la secundaria.

Con una respuesta enigmática y el sonido de fondo de un mechero con el que se está encendiendo un pitillo, mientras atiende por teléfono a EL ESPAÑOL, María del Mar declina con amabilidad responder a la investigación sobre la paliza mortal que recibió el hombre con el que se iba a casar a finales de año: el ganadero asturiano José Antonio Otero, conocido cariñosamente por Toño.

María del Mar está en el centro de este culebrón sangriento trufado de discusiones de pareja, de tensiones familiares por la herencia de una vieja casa, de aparentes excesos con el alcohol y de problemas para sacar adelante la afamada Ganadería Interactiva Maella: una granja que era lugar de peregrinación para los turistas que visitan Cuevas del Agua, atraídos por La Cuevona, una gruta natural de 250 metros que es la única vía de acceso a esta aldea -próxima a Ribadesella-.

Pero ahora no hay familias que quieren vivir la experiencia de ordeñar las vacas que cuidaba Toño, hasta que el viernes 12 de septiembre lo molieron a palos dentro de su propia casa. Lo único que hay en la puerta es una nube perenne de periodistas que sigue a María del Mar, a cada paso. "No voy a responder a ninguna pregunta", zanja Mar, como la llamaba su Toño, para finalizar la conversación con este diario.

Una fuente de la Guardia Civil apunta el motivo por el que la viuda de Toño ha cerrado el grifo de las entrevistas que ha concedido a los periodistas hasta este miércoles: "María del Mar ha tenido bronca con la hermana por la declaración que hizo el otro día en Gijón". "Magdalena dijo que su hermana Mar le está haciendo una encerrona". "Ella solo habló de que unos encapuchados pegaron a Toño porque su hermana se lo dijo, pero no los vio".

El difunto Toño.

El difunto Toño.

Este diario contacta con Magdalena y prefiere callar: "Me encuentro mal, no quiero hablar con nadie". Pero lo cierto es que la Policía Judicial tiene claro que en el "círculo familiar" está el autor o autores de la muerte de este ganadero, de 60 años, al que un conocido define como un hombre "de carácter noble" y para el que estrechar la mano era sinónimo de dar su palabra a cualquier precio: "No puede ser el objetivo de nadie porque es un tío supernormal".

En esta segunda comparecencia que Magdalena hizo voluntariamente ante la Policía Judicial, dejó a los pies de los caballos a su hermana, Mar, para que ella sola defienda y pruebe su relato de que el ganadero fue atacado por dos encapuchados, durante el mediodía del pasado 12 de septiembre, bien en el marco de un robo o de un ajuste de cuentas. Tanto es así que a esta mujer le han llegado a preguntar si su hermana pudo haber acabado con la vida de su pareja.

Una fuente vinculada a la instrucción judicial afirma que Magdalena contactó con la Guardia Civil, tras asesorarse con el abogado Diego del Valle, y pidió comparecer ante los investigadores "de forma voluntaria", debido a que "había recordado cosas" que no precisó a la Policía Judicial cuando prestó declaración, a lo largo de la noche del viernes 12 de septiembre, justo unas horas después de la muerte violenta de Toño.

"Ella explicó que vive en Gijón y estaba de visita a su hermana ese fin de semana, como ha hecho otras veces", tal y como explica la citada fuente vinculada a la instrucción.

"Estaba en la planta de arriba, descansando en una habitación, y bajó porque escuchó una especie de discusión. Cuando llegó al salón, se encontró a su hermana con Toño, con la cara ensangrentada, y Mar le dijo: 'Pegaron a Toño. Fueron unos encapuchados. Llama al 112'. Magdalena salió de la casa a pedir auxilio mientras llamaba al 112 y se encontró en la calle a una celadora de un hospital de Madrid que iba con su hija y la mujer entró a socorrer lo".

Una imagen de la conocida Ganaería Maella, ubicada en la aldea de Cuevas del Agua en Ribadesella.

Una imagen de la conocida Ganaería Maella, ubicada en la aldea de Cuevas del Agua en Ribadesella.

Mada precisó en esta segunda declaración que ella "nunca afirmó" en su primera testifical haber visto a dos encapuchados: la teoría que viene defendiendo Mar, por tierra, mar y aire, pero que la Policía Judicial empieza a descartar porque no encuentran pistas de los sospechosos.

La celadora que entró a prestar auxilio a Toño no vio a nadie huir de la casa. Tampoco se han encontrado restos biológicos de algún extraño en el salón, ni pisadas por el jardín de la granja por donde huyeron, ni las cámaras de seguridad del vecino grabaron nada, a pesar de que pasaron por su propiedad.

De modo que solo una persona sostiene haber visto a los encapuchados: Mar. Aquel viernes, la pareja de Toño estaba en la cocina haciendo queso, acudió al salón al escuchar algo y se topó a los encapuchados agrediendo a su pareja y ella también fue agredida. De hecho, el pilar de su testimonio se sustenta en el parte médico, pero no hay ni rastro de los asaltantes de la vivienda ni en las cámaras de La Cuevona: la única vía de acceso a esta aldea y que captan cada coche que pasa.

La Guardia Civil está analizando la manta en la que envolvieron a Toño durante la paliza para buscar ADN, a la vista de que sigue sin aparecer un testimonio ajeno a estas hermanas cincuentañero, cuyo pasado está marcado por el drama. EL ESPAÑOL ha podido saber que Magdalena se enfrentó este verano a un juicio terrible contra su expareja, por un delito de agresión sexual continuada, del que todavía no hay sentencia y que puso fin a una relación marcada por supuestos malos tratos.

María del Mar "tuvo problemas con su anterior pareja y no le concedieron la custodia de sus hijos", tal y como detalla una fuente conocedora de los procesos legales de ambas hermanas. "El juez asignó la custodia a su expareja". "Ella se medica por razones de salud mental".

Unos guardias civiles en la casa donde se produjo la paliza mortal a Toño.

Unos guardias civiles en la casa donde se produjo la paliza mortal a Toño. Efe

Lo que cada vez está más claro para la Policía Judicial es que la teoría de la paliza a Toño a manos de unos encapuchados solo tiene consistencia en el relato de Mar. "La teoría de los encapuchados que llegan a la casa en un coche y se van es literalmente imposible porque lo habrían grabado las cámaras de La Cuevona", según concluye una fuente vinculada a la instrucción judicial. "La Guardia Civil lo tiene bastante claro, pero tienen que demostrarlo y acreditar las motivaciones".

De forma que la Policía Judicial tiene en la diana el círculo familiar del pobre Toño para resolver este homicidio, tal y como viene informando este diario. Durante los últimos catorce días, los investigadores han podido saber que el difunto mantenía un tira y afloja con algún mimbro de su familia, por la herencia de una vieja casa. Además de averiguar que Mar acudió al cuartel en enero, para denunciar a su pareja por un supuesto episodio de violencia doméstica porque su relación estaba marcada por "fuertes peleas donde se insultaban".

A lo que se suma que la Ganadería Interactiva Maella pasaba por un bache económico porque no le habían comprado la leche, por supuestas irregularidades higiénicas en la granja que investiga el Seprona, y puede que eso fuera el desencadenante de tensiones domésticas que podrían aliviarse con la venta de las vacas, pero tal operación también dependería del visto bueno de la familia de Toño. De manera que María del Mar será interrogada por segunda vez, como testigo.

"Es una mujer con carácter", recalca una fuente del Instituto Armado. Mar volverá a testificar por dos motivos. Uno: la nueva declaración de su hermana, Mada. Dos: el ganadero podría haber redactado unas últimas voluntades o un testamento, pero que por los plazos legales que fija la la ley, la Guardia Civil aún no ha podido acceder a ese documento, para comprobar si habría firmado ante notario la cesión de poderes a su pareja, Mar, sobre la granja, la casa o su cuenta bancaria.

"Estamos haciendo pesquisas constantemente", subraya un portavoz de la Comandancia de la Guardia Civil en Gijón. Entre otras averiguaciones, se intenta aclarar si a Toño le machacaron la cara y la nunca tras ser golpeado de forma sorpresiva con una pala, una azada o el palo de madera de alguna herramienta de la granja. "Es prioritario resolver el caso".