Tontxu Ipiña, cantautor español.

Tontxu Ipiña, cantautor español. Rodrigo Mínguez EL ESPAÑOL

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Tontxu: "Me han traicionado amigos a patadas. Para hablar de los desgraciados que me han dejado tirado harían falta horas"

El cantautor bilbaíno se vuelve a subir a los escenarios, en el Libertad, en la Jazzville, el Rincón del Arte Nuevo y en El Volander.

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Se pregunta alguna gente qué ha sido de Tontxu, pero Tontxu nunca ha bajado del único hábitat que le es natural: el escenario. Como cualquier especie animal, fuera de él no podría sobrevivir. Se recorre los pueblos en busca de micrófonos, hormiguita, orfebre de la palabra, picapedrero de la canción..

Cantará su "Corazón de mudanza", su "Para tocar el cielo", su "Risk" y mil más en el Libertad, 8 este sábado 20 de septiembre, en la Jazzville el 25 de octubre, el 7 de noviembre en ese otro templo que es el Rincón del Arte Nuevo y el 8 en El Volander, en Valencia.

Desde que conoció siendo niño a Moncho Borrajo, amigo íntimo de su madre, aprendió a jugar a las palabras. A hacer un truco de magia llamado canción, y pulirlo, pulirlo, hasta dejarlo fino y provocar en el público una ilusión: “Un amigo me contó que tenía un amigo en coma profundo irreversible, le cogió del brazo cantándole "Con un canto en los dientes" y de repente se le empezaron a mover las manos.

Tontxu posa para EL ESPAÑOL tocando la guitarra.

Tontxu posa para EL ESPAÑOL tocando la guitarra. Rodrigo Mínguez EL ESPAÑOL

Y una mujer va a sorprender a su marido en las bodas de plata invitándome, ¡soy la sorpresa, soy la rubia que sale de la tarta!”, dice con su sorna tierna. Heredó de su abuelo el sobrenombre, y aprovechó las herramientas que le dejó su padre: una guitarra y la militancia en la libertad. En esta entrevista ha sido enteramente libre, y desde luego tan generoso con los lectores como lo es con su público.

Pregunta. “No tengo afiliación, así que me siento libre de hablar a mis 53 de las impresiones recibidas por aquí”. Me dijo esta frase off the record, pero me gustaría empezar la entrevista con ella, si me da permiso.

Respuesta. Por supuesto. Y la completo: con mi paso por aquí me refería al planeta Tierra. Pero sí, es certera al cien por cien.

P. ¿Cómo se logra la libertad? ¿A qué hay que renunciar para lograrla?

R. La libertad se consigue como te enseña tu padre, y no hay más que conservarla. Esa es mi experiencia.

P. Le he escuchado decir eso, que su padre le dio las herramientas para desenvolverse en la vida.

R. Y así se lo agradecí minutos antes de que expirara en el pabellón Ampuero del Hospital de Basurto de Bilbao el 12 de enero del año 2006. Le di las gracias por las herramientas, por la guitarra, por el criterio, por la humildad.

P. Llegó a decírselo, qué bonito.

R. Sí, por supuesto. Y él esperó a que no estuviéramos nadie de los que no teníamos que estar para irse. Estuvimos permanentemente cuidando de él en sus últimos días, pero aprovechó que no estábamos ni mi madre, ni mi hermana ni yo para irse.

P. Dicen que se elige el momento, sí.

R. Un hombre que llevaba años diciendo ‘si estoy malo, por favor que me eutanasien’, no podía hacerlo de otra manera. Es un acto de coherencia pilarista, hidalgo y valiente. Como buen pilarista, formado en Madrid, que era.

P. Me sale un recuento de 14 discos y 28 años dedicándose profesionalmente a la música. ¿Por qué mucha gente me ha preguntado, al contarles que le iba a entrevistar, “dónde ha estado Tontxu en los últimos años”?

R. Bueno, eso te lo pueden decir cada año que pase de más personajes, porque como cada vez somos más… Se publican 180000 canciones diarias en Spotify. Antiguamente había una referencia de 10, 15, 20 artistas, y ahora son 10, 15, 20 mil. Repercuten y trascienden los que repercuten y trascienden, el resto somos nadie.

Nadie sabrá de nosotros, y a medida que pasen los años esto se agudizará y nadie sabrá quién es Kant, quién es Séneca ni quién es Epicteto o Antonio Escohotado. Nadie sabrá quién es nadie porque la sobreinformación nos lleva a eso.

P. Yo soy más optimista, creo que es bueno que podamos elegir tanto.

R. Yo no soy nada optimista, estamos en 2025, voy en el coche y se me pasan 200 kilómetros pensando ‘qué pongo, qué escucho’. Pasa con la música, con el porno, con las películas, los documentales… El contenido audiovisual y musical ya sobrepasó a la intelectualidad global del ser humano en el planeta Tierra.

Solamente sabemos lo que los medios de comunicación nos consigan hacer llegar. Pero eso ya pasaba con los pregoneros en la Edad Media, llegaba el alcalde y le decía ‘lea usted esto’, y eso sabía el pueblo.

Tontxu Ipiña, cantautor.

Tontxu Ipiña, cantautor. Rodrigo Mínguez EL ESPAÑOL

P. Vamos al comienzo, a finales de los 90, cuando erais solo unos pocos. Deja su Bilbao natal y se afinca en Chueca. Empieza a tocar en Libertad, 8 y aprende a dejarse querer por el público. Muy pronto le ficha EMI, después de que le pidieran allí una maqueta. ¿Qué siente recordando esa época?

R. Lo mismo que sentirá cualquier chaval que llega ahora a Madrid y tiene la suerte de dedicarse a cumplir un sueño, con la única diferencia de que yo jamás me he quejado ni me quejaré de tener la fortuna de dedicarme a este oficio sagrado.

Estoy viendo a jóvenes y jóvenas que lo hacen con asiduidad: “Me retiro porque estoy cansado; ay, la promoción, las entrevistas, me supera…”. ¿Tú te imaginas a un cirujano que te tiene que cambiar el corazón y arreglar dos válvulas que se levante por la mañana diciendo que está agotado y no puede?

No, tú tienes una vocación y tienes un talento y has entregado tu vida a un oficio. Ya sé que hay días duros en cualquier trabajo (hasta el astronauta los tiene, quizá está harto de ver la Tierra), pero no te quejes.

Y en este oficio sagrado que es la música estoy viendo a mequetrefes que triunfan y obtienen en unos meses lo que gente busca toda la vida y no consigue, y se tiene que ir a otro trabajo. Me molesta, me indigna. ¿Te imaginas a Pérez Reverte quejándose de tener que escribir una novela?

P.– Le iba a preguntar por su opinión sobre la industria discográfica en 2025, pero casi que me queda claro.

R. No existe la industria. Hay chavales que se registran sus propias obras en canales de propiedad intelectual ajenos a todas las sociedades de derechos de autor, y están condenadas a adaptarse a los nuevos tiempos.

Cervantes no recibió ningún premio. Edgar Allan Poe murió defenestrado en la calle. Qué más da. El creador no puede pensar en todo eso. Dependiendo del medio llegarás a más o menos gente, y a esa gente le pellizcará un poquito escuchar una frase, una canción o una melodía. La cosa es que te ponga la piel de gallina, y si no, no hay absolutamente nada.

P. Gracias a ese sueño que Tontxu sí agradece haber cumplido, ha viajado con sus canciones por muchísimos países. ¿España es el mejor país del mundo? Se lo he oído en alguna ocasión.

R. Sí, rotundamente. Pero no porque lo diga yo, porque lo dice gente que ha viajado mucho más que yo. Fernando Alonso, Rafa Nadal… Yo he tenido la suerte de viajar mucho (he estado en Palestina, en el Sahara, en Argentina, Chile, mil sitios) y siempre pienso cuando me monto en un avión y me abrocho el cinturón: “Ahí os quedáis, me voy a España, me voy a Iberia”. Incluyo Portugal porque cada dos por tres estoy allí, lo tengo a un paseo.

P. Palestina. He visto un vídeo en su Instagram en el que dice que no se pronuncia porque tiene 53 años y está cansado, y porque considera que son las instituciones las que tienen que hacerlo. Ahora el pueblo se ha pronunciado en la calle y las instituciones se tiran los trastos a la cabeza…

R. Mi padre me hablaba mucho del principio de acción reacción, si tú te comportas conmigo de una manera es porque yo he actuado de otra o viceversa. Esto que está pasando es el final de una acción que viene de miles de años antes de Cristo, del conflicto que tenían allá. Yo he estado tres veces.

Entiendo que cuando la gente se manifiesta aquí es a o b, pero cuando tienes tanta información y has viajado allí, es muy complicado. Por último, para mí han sido muy maleducados los judíos. Si yo sé que voy a arrasar algo, primero te cojo de la mano y te digo ‘sal de aquí, que la voy a liar parda y voy a romper toda la habitación’.

Tontxu tocando la guitarra en su viaje de hace años a Israel y Palestina.

Tontxu tocando la guitarra en su viaje de hace años a Israel y Palestina. Cedida

P. Educación, humanidad, llámalo x.

R. No me mates a 18.000 críos.

P. Volviendo a lo nuestro, a la canción de autor. Me hizo mucha gracia una declaración en la que decía que a los cantautores nos los ponemos para estudiar o para lo otro. Yo escucho música de autor en el gimnasio.

R. ¡Pues eso era lo otro, qué malpensada!

P. Cierto, he pensado yo mal. Pero iba a esto: me consta que no es lo más habitual hoy día. ¿Quién se bajó del barco de la música de autor antes: las discográficas o el público?

R. Hay gente que nunca os habéis descolgado de la canción de autor después de que sonáramos en la radio varios autores que tuvimos la suerte de firmar con multinacionales. Habéis seguido buceando: bien, bienvenidos, aquí estamos, en las fosas abisales. Jorge Drexler, Pedro Guerra, Javier Álvarez, son abisales. El que quiera venir que venga al agujero a vernos. Este mismo sábado en Libertad, 8.

P. ¿Qué papel jugó ahí OT? ¿Tuvo que ver en ese desenganche progresivo de vuestra música?

R. A nivel superficie, sí, ok. Las redes en vez de echarse a por boquerón se echaron a por tiburones, que eran OT, con mucha audiencia. Compro el argumento.

P. Y hablando de concursos, lo siento: tengo que preguntar por Gran Hermano. No recuerdo su paso y no he encontrado un sólo vídeo en los confines de Internet. Sólo he leído una alusión a que provocó alguna tensión en la casa, pero que la audiencia le quería. Bueno, no obstante quedó tercero. Supongo que eso es meritorio, de alguna manera.

R. No, te aseguro que no. Era un medio de difusión. En aquella época la compañía discográfica me dijo ‘Tontxu, no hay programas de televisión donde te podamos llevar, no existe "Séptimo de caballería", no existe "No disparen al pianista", ni "Tocata": ¿te quieres meter en GH con tu guitarra? Pues vale.

Con la misma inercia que he venido a hablar contigo en esta entrevista para EL ESPAÑOL, me fui para Gran Hermano con Telecinco. Soy de trabajar, y mi trabajo necesita que me escuche la persona de izquierdas, de derechas, el que escucha la radio y el que ve el teléfono. Porque yo no me tiro toda la vida intentando hacer buenas canciones para guardarlas en un cajón.

P. Tontxu es una de esas pocas personas que puede decir que ha saludado a la muerte. Tuvo un accidente gravísimo en Cuba y cuenta que se vio desde fuera, que tuvo una Experiencia Cercana a la Muerte.

R. Hablar sobre las Experiencias Cercanas a la Muerte me toca porque la he vivido, pero tampoco me apasiona porque no quiero que nadie me disturbe lo que yo sentí. Tengo una absoluta certeza y fe en Dios, en la vida y en la muerte como el mismo proceso, y lo único que pude comprobar en mi experiencia es que tu alma sigue consciente, sigue viva, y no tenemos más información que la tiene un pez abisal sobre las nieves del Everest.

P. ¿Cree en Dios a raíz de eso, o creía antes?

R. No, creo en Dios desde que mi padre me dio las herramientas para ser quien soy, como decíamos al principio.

P. Su madre fue allí a Cuba a verlo, a romperse con su hijo, de otra manera (usted tenía el cráneo roto). A ella le dedicó ese himno, Treinta y tantos. Y fue la primera persona a la que le enseñó una canción, con 11 años. ¿Qué sigue siendo su madre para usted?

R. Mi madre está ahora cuidando a mi tío José Miguel, que sufrió un amago de infarto. Como buena madre, es cuidadora. Y como la persona grande que es.

P. Y luego están sus abuelos. Uno fue capitán del Real Madrid, ¿no?

R. Sí. Mi abuelo materno era camionero y se quedó con 32 años ciego por un problema de diabetes, y dejó de ver a su familia. Y su mujer, la yaya Leo, sacó a toda la familia adelante, a los cinco hijos. Recuerdo los gestos de mi abuelo y cómo se emocionaba cuando le enseñaba mis canciones… Eran toda la bondad.

Y lo mismo por el lado paterno. Mi otro abuelo era futbolista y fue la mano derecha de Santiago Bernabéu durante 18 años en su etapa como deportista profesional, capitán del Real Madrid, entrenador y secretario técnico del club blanco. De ahí vengo yo, de esos dos perfiles de abuelos, gente muy humilde, pero con mucho criterio.

Tontxu Ipiña tocando la guitarra.

Tontxu Ipiña tocando la guitarra. Rodrigo Mínguez EL ESPAÑOL

P. Fue el primer Tontxu, su abuelo paterno, ¿no?

R. Sí, ¡él era Tontxu! Yo me llamo Juan Antonio, como mi padre y como él, pero a él es a quien llamaban Tontxu, mi padre se lo saltó, y me llamaron a mí Tontxu. Por eso mi hijo se llama Bosco, para romper el hechizo, y qué mejor nombre para romperlo.

P. Tiene tres, ¿no?

R. Sí.

P. ¿Qué ha aprendido de la paternidad en tres oportunidades?

R. (Ríe y repite la pregunta para sí). Yo con que mis hijos me traten con un poquito de cariño me conformo, porque tengo tres hijos muy bordes, y no sé a quién se parecen. Veo padres que cuelgan imágenes con sus hijos, abrazados en el sofá, viendo una peli tranquilos… Yo no he conseguido eso con ninguno. Tengo una relación muy curiosa, no sé cómo decirlo.

P. ¿Escuece? ¿Querría la estampa de peli y la manta?

R. No, porque me hacen reír. Uno por este oficio está muy malacostumbrado a que la gente le trate bien porque le han idealizado y le han conocido en cierto contexto.

P. Y ellos le ven de verdad, es una radiografía permanente.

R. Claro, yo si quiero que mis hijos se vayan solo tengo que decir ‘chicos, os voy a enseñar una canción nueva’. ¡Y desaparecen! (Reímos). Son los que me hacen tener los pies en el suelo, como me los hicieron tener antes de ellos mi madre, mi hermana, mi mujer y dos amigos contados.

Tontxu Ipiña y María Paredes durante la entrevista.

Tontxu Ipiña y María Paredes durante la entrevista. Rodrigo Mínguez EL ESPAÑOL

P. ¿Y del amor romántico qué ha aprendido Tontxu en su paso por aquí?

R. El amor siempre es romántico, si no es romántico no es amor. ¿Qué he aprendido? A no sufrir. Mi madre me decía ‘cada vez que te enamoras o tienes una ruptura haces una canción’. Ya he hecho 1500 canciones, a lo mejor va siendo hora de no idealizar tanto.

Por eso soy tan seguidor de Jesús G. Maestro, por eso me gusta mucho la gente de una disciplina más técnica, porque uno puede regocijarse en el romanticismo una época de su vida, pero llega un momento en que tienes que distinguir lo que puede ser romantizar una situación con la realidad de todos los días.

Eso te lo dan los hijos, el día a día; Hacienda colabora… Por eso creo que todos los creadores somos un poco víctimas de eso, desde los 15 hasta los 35 años hay una creatividad muy bella, pero luego ya llega otra cosa. Suenan mejor los discos, hay otra técnica, cantas mejor…

P. Creo que hay algo un poco peligroso para los que escribimos y es esa cosa adictiva de sacarle partido a la realidad, a la pena, que para otra gente se queda ahí, y a nosotros nos puede dar un rédito. Lo llamo la cuota del poeta, o del cantautor.

R. Sí, a mí me sigue pasando. Pero mira, esto que te cuento es de hace tres días. Mi hija, que tiene 20 años, lleva dos años con su novio y por primera vez se tienen que distanciar porque su chico se va a otro país a estudiar el máster.

P. Eso es dramón, a esa edad.

R. Para ellos sí. Yo cuando se lo dije ella me contestó ‘a mí no me habéis educado para que yo esté pendiente de nadie’. Sin embargo sé que en el fondo…

P. Va a estar pendiente.

R. Pues ya tienen su canción, que se titula Para días así. Me sumerjo en lo que pueden estar sintiendo mi hija y su chico, y los dos hoy han recibido por whatsapp su canción.

P. Está viviendo vicariamente esa separación, y le sirve para componer.

R. Gracias. Vicariamente. Me ha pasado con otras canciones a partir de cosas que me han contado. El 90% de mis canciones no son vicarias, pero hay un 10 que sí.

P. Nos ha citado en la casa de unos buenos amigos suyos. Estamos en una salita, y en el salón están sus íntimos: Moncho Borrajo y Antonio Meléndez Peso. ¿La amistad es un complemento o una parcela necesaria en su vida?

R. Tengo tres hijos, vivo en familia y necesito un círculo de amistades sociales y nada más. No sobrevaloro tanto como hace años la amistad. Dice Jesús G. Maestro que “la amistad es el mejor disfraz porque solamente con ese disfraz se puede ejercer plenamente la traición”. Solamente la amistad te puede traicionar, uno que pasa por la calle no te va a traicionar.

P. Eso está claro, cuando pones el corazón, puede pasar. En cualquier sitio en el que lo pongas.

R. Pues ojo con dónde ponemos el corazón.

P. ¿Ha tenido muchas traiciones de amigos?

R. Me han traicionado amigos a patadas. Para hablar de los desgraciados que me han dejado tirado harían falta horas.

Tontxu Ipiña, cantautor.

Tontxu Ipiña, cantautor. Rodrigo Mínguez EL ESPAÑOL

P. ¿Le han traicionado más que las novias?

R. Las novias no me han traicionado, se han hartado de mí, y era natural que lo hicieran. A una novia no le exiges lo mismo que a un amigo, a un amigo le exiges unos valores mucho más elevados que a una novia cualquiera, le exiges lealtad, coherencia. Ten en cuenta que una novia nunca te va a traicionar, por lo menos lo que yo considero una mujer hecha y derecha.

A mi mujer nunca se le ocurriría tener una relación con un amigo mío, porque tengo la mejor mujer del mundo y ella sabe que no puede ni debe hacer eso. Sin embargo un amigo sí puede hacer eso, pretender a tu pareja, dejarte a deber dinero, hablar mal de ti…

P. Yo en cambio estoy con Manuel Vicent con eso que me dijo en una entrevista sobre la amistad. Decía que la prefiere, que es un sentimiento ‘azul’. Aplicó esa sinestesia.

R. Sí, y la verdad es que yo también tengo amigos que no me han traicionado. Mi amigo Pablo que me invitó a ver a Ca7riel y Amoroso en Córdoba hace poco. O mi amigo Moncho Borrajo, que no ha traicionado a mi familia, ni a mi madre, ni a mí, y que está aquí cuarenta y pico años después de que me enseñara a tocar la guitarra y a hacer canciones. O a mi amiga Natalia Palazón: no tendría dónde caerme muerto cuando vengo a Madrid si no me dejara una habitación en esta casa.