Toño, el ganadero de 60 años golpeado hasta la muerte por dos encapuchados que se colaron en su granja de Asturias
Toño, el ganadero de 60 años golpeado hasta la muerte por dos encapuchados que se colaron en su granja de Asturias
La Guardia Civil investiga el asesinato de este vecino de Cueves (Ribadesella), que presenta tres interrogantes: los vecinos no escucharon nada, los perros no ladraron y las cámaras no captaron nada.
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Toño murió apaleado y en silencio. Ningún vecino se enteró de la razia de dos encapuchados que invadieron la vivienda de este ganadero de 60 años el pasado viernes y le golpearon hasta matarlo, para huir sin ser vistos por nadie. El silencio y la angustia se ciernen sobre el pueblo de Cueves, en el municipio asturiano de Ribadesella. Ni siquiera sus perros ladraron.
En el interior de la vivienda de este hombre solo estaban su cuñada y su esposa, que aseguró ver cómo los supuestos agresores escapaban. Pero nada más: ellas tampoco escucharon la paliza.
"Yo no vi a nadie. El dinero sigue estando ahí, no se llevaron nada de la casa".
Así lo expresa Magdalena Berjón, 'Mada', la cuñada del fallecido, en unas declaraciones recogidas por el diario La Nueva España.
La mujer amplía que la esposa de Toño también fue agredida por los encapuchados justo antes de que huyeran. Poco después, el ganadero falleció a causa de un paro cardíaco ocasionado por los golpes recibidos.
Ahora, la Guardia Civil dirige una compleja investigación en la que se está encontrando con muchos más interrogantes de lo que ya de por sí es habitual en este tipo de casos.
El primero, que ninguno de los vecinos escuchara nada. El segundo, que los perros de la granja de este vecino de Cueves ni se inmutaron ante el asalto de los dos desconocidos. Y el tercero, que las cámaras de seguridad tampoco captaron a nadie.
La familia alega que los sistemas de videovigilancia no apuntan al lugar donde supuestamente se colaron y huyeron los asaltantes.
A todo esto se suma un detalle: Mada asegura que Toño tenía problemas con una parte de su familia.
De manera que esta suma de coincidencias hace especular a los agentes con que los implicados en este caso podrían ser personas de su círculo cercano. Pero todas las hipótesis siguen abiertas mientras la investigación avanza en este pueblo de apenas una treintena de habitantes.