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Vox dividida entre el culto a la 'Iberosfera' y el rechazo a los migrantes latinos: "Da igual que traigan chilabas o machetes"

Dos tuits cruzados han desatado en los últimos días un intenso debate en redes sociales en las bases más jóvenes de Vox que también ha tenido calado a nivel interno tras el endurecimiento, este año, de su discurso antiinmigración.

Más información: El debate migratorio abre un cisma entre Abascal y la Iglesia

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Corría abril de 2018 cuando Santiago Abascal dio una conferencia en Santa Lucía de Tirajana, en Gran Canaria, una localidad con censados de 104 nacionalidades: tras la española, se encuentra la magrebí, y en tercer lugar, la hispanoamericana.

"No es lo mismo un inmigrante procedente de un país hermano hispanoamericano, con una misma cultura, una misma lengua, con una misma cosmovisión del mundo, que la inmigración procedente de los países islámicos”, refirió. Fue la base para que dos años después lanzasen lo que llaman la "Iberosfera": una red de alianzas con políticos afines a la ideología de Vox en Latinoamérica, con el objetivo de confrontar con la izquierda de los países hispanos.

La preferencia de Vox por la inmigración hispana es casi tradicional. Sin embargo, dos tuits cruzados en estos últimos días han destapado la caja de los truenos, generando un debate tanto externo y en público, como interno.

¿Los tuits de la discordia? Uno, el del influencer Carlitos de España, vinculado ideológicamente a Vox, el pasado 21 de agosto: "No nos toquéis el coño a los panchos en Cataluña con el catalán porque en breve seremos mayoría frente a los "Catalanes. Y no es una amenaza, es una realidad, solo tienen que ver quiénes llevan cochecitos de bebés y quienes llevan perrito (sic)".

Sobre el primero, dirigentes del partido de Abascal como Juan García-Gallardo -ex vicepresidente de Castilla y León- o el diputado Carlos Hernández Quero se hicieron eco y comentaron en X. "Se independizaron, pero ahora tenemos que acoger y nacionalizar a millones de ellos. ¿Es eso lo que nos queréis decir?", escribió García Gallardo. También, el mismo día, indicó que "nacer en Mallorca no te hace mallorquín".

Por su parte, el diputado por Málaga -muy apreciado por Santiago Abascal- escribió también en la misma red social: "Esto es apología de la sustitución demográfica. Da igual que se haga con chilabas, a machetazos o regalando el oído a cuatro despistados. Es intolerable". Posteriormente, lo borró.

El segundo tuit de la polémica fue cinco días después del primero, cuando la caldera tuitera de Vox ya estaba en plena ebullición. Recogido por distintos medios económicos, y en forma noticia, recogía la petición de Anged, la patronal que aglutina a gigantes como Ikea, Carrefour o El Corte Inglés.

Señalaba la dificultad para encontrar trabajadores, y que existen 6.000 puestos sin cubrir. También instaba a la aprobación de un plan de inmigración que permita incorporar trabajadores extranjeros, es decir, traerlos en origen, preferentemente de Hispanoamérica.

"En un país con un 24% de paro juvenil, y así no tener que ofrecer mejores salarios", o "el trabajo, para los españoles prioritariamente" fueron los comentarios más o menos generalizados entre los simpatizantes y bases de Vox.

El debate ha abierto una espita en el voto joven del partido, y en el mismo Vox, al descubrirse que muchos jóvenes rechazan toda la inmigración, legal o ilegal y venga de donde venga. Fuentes consultadas vinculadas al partido de Abascal subrayan a EL ESPAÑOL que "los que estamos con una visión liberal ya estamos fuera [de cualquier cargo ejecutivo o institucional]", pero han recibido con estupor el mensaje de que las bases rechazan tanto la inmigración hispana como la musulmana. "Como también los de dentro".

"Se ha armado un terremoto de la forma más tonta, por dos tuits. El discurso siempre ha sido no a la inmigración ilegal, de la que sea. Tiene que ser regulada y en origen. ¿Y ahora que hay un millón de inmigrantes -hispanos y musulmanes- en España, son todos malos? ¿Todos los musulmanes son malos?", se pregunta.

José Ángel Antelo, presidente de Vox Murcia, durante el acto que convocó en Torre Pacheco el pasado mes de julio.

José Ángel Antelo, presidente de Vox Murcia, durante el acto que convocó en Torre Pacheco el pasado mes de julio.

La misma fuente subraya que "ha habido un cambio en Vox, que ya no se apuesta por la corriente de Meloni, sino por la de Salvini. Es irónico porque Matteo Salvini ha apoyado la independencia del País Vasco. Ya lo llevaron a Madrid el año pasado a Europa Viva, en Vistalegre, ¿Y lo vas a volver a llevar este año? Yo con Salvini no iría ni a recoger una herencia".

Pregunta.- ¿Hay debate interno por esto en los últimos días?

Respuesta.- Sí. Todo esto en los grupos está sorprendiendo, hasta las salidas de tono de De Meer. En el grupo de WhatsApp del comité [del partido] hasta se ha comentado estos días que se han pasado de la Falange a las JONS.

Explícitamente, Vox no ha cambiado su postura de priorizar la inmigración latinoamericana, pero sí ha endurecido su discurso migratorio en general este año, mucho más intenso a raíz de sucesos como el de Torre Pacheco: ha promovido propuestas de deportaciones masivas que incluyen no solo a inmigrantes irregulares, sino también a aquellos legales que, según el partido, no se integren o cometan delitos, e incluso a hijos de inmigrantes nacidos en España.

"Se están simplificando los mensajes hasta el punto que son ya hasta guturales. Y quien está detrás es Quico Méndez Monasterio, socio de la Fundación Disenso, imitador de Le Pen padre, y tío de Rocío De Meer, que es tratada como una estrella del rock&roll", prosigue la misma fuente.

"A Rocío" continúa, "la quieren convertir en Marion" [Marèchal, la nieta de Le Pen y fundadora del ISSEP Instituto de Ciencias Sociales, Económicas y Políticas vinculado a Disenso]. Quico Méndez Monasterio, por otro lado, "es un animal comunicativo, pero tiene cero sofisticación. Solo tienes que fijarte en cómo trata a los medios. Porque tú puedes confrontar con ellos, pero no cerrarles puertas".

El origen del debate

Uno de estos migrantes hispanos cuya presencia es objeto de discusión entre bases jóvenes y partido, es precisamente, Carlitos de España, el artífice del tuit que ha detonado tanto la polémica como el debate.

Con más de 23.000 seguidores, detrás de su perfil en X se encuentra Carlos Guaman (41 años). Recaló en Barcelona desde Bolivia hace 17 años para cursar un máster. Entró legalmente. "Fue un año de espera, análisis médicos, exámenes y dinero. Yo no conozco lo que es ser ilegal en España".

A EL ESPAÑOL refiere que "es un orgullo que me haya pasado esto, porque el trabajo que yo hago es puro y estos son los frutos. Ser un influencer. Aunque yo le chulee a mucha gente, el único muro de contención contra el islam, el independentismo y el nacionalismo en España somos nosotros, los hispanos, y es normal, porque compartimos idioma y religión con los españoles".

Asevera que escribió el tuit desde la más absoluta libertad, "porque soy autónomo, no me vendo y por eso no tengo miedo, porque no dependo de nadie ni milito en ningún partido". Detrás tiene "una trayectoria activista, e impulso con otros chicos la Plataforma Hispanidad en Cataluña".

Sobre su tuit, cree que "se ha interpretado mal. Yo llevo años desempeñando una labor de concienciación y comunicación en Cataluña, y a estas alturas no tengo que pedir ni permiso ni perdón. Ya me gasto bastante mala leche con el nacionalismo catalán".

Es "homosexual, migrante, líder de 'Las Marifachas'..." Cero complejos. "Llevo trabajándome lo de la hispanidad en Barcelona muchos años y sin respaldo político. Cada tuit mío llega a un millón de personas. Así que si remueve los cimientos de Vox -ya conseguí que se posicionara Alianza Catalana- pues muy bien".

Ni gana dinero "ni milito en ningún partido", apostilla de nuevo Carlos. "Que un inmigrante como yo levante tanta polvareda, cuando ni tengo abolengo, pues es un privilegio y un honor haber podido poner esto en debate, porque además se desenmascara gente y hace que un partido como Vox se posicione".

Desde Barcelona, cuenta a este periódico que "los estamos frente al independentismo sabemos como tratarles. Y desde luego, no se puede clasificar a los partidos por sus tuiteros, igual que no se puede decir que el PSOE es un partido de puteros".

A su juicio, cree que la polémica viene espoleada "por los encapuchados, que quieren escindirse, los de Núcleo Nacional, que por otro lado me dirigen insultos bastante fuertes. Al final, con quienes están más unidos es a los comunistas". Y en las bases jóvenes, "como en todos los sitios hay una lucha de poder".

La idea de Vox "es ordenar la inmigración y deportar al que llegue de manera ilegal. Lo demás es ruido, yo he estado en muchos lugares de eventos de Vox y no he tenido jamás ningún rechazo. Lo que creo es que hay mucha envidia, mucha gente quiere restarle votos a Vox y mucha gente que quiere ser alvises".

Incide en que "también que hay mucha gente cabreada [con la inmigración], y lo entiendo. Pero el desmadre no viene de ahora, viene de Zapatero. La inmigración se desbocó con él y es lo que estamos viendo ahora".

Pregunta.- ¿Por qué entiende que haya tanta gente anti inmigración?

Respuesta.- Yo entiendo que la gente se radicalice con la inmigración. Conozco casos cercanos de personas migrantes que trabajan todo el día, a lo mejor con dos o tres trabajos, y dejan a sus hijos solos, en casa o en la calle, a cargo del Estado, mientras ellos no están, y luego sucede lo que sucede. Que vienen siendo apátridas y no tienen arraigo ni valores. Y esto sucede por culpa de los políticos. España es un pueblo muy solidario, es que yo no me puedo quejar de nada. Y también es verdad que hay quien viene a aprovecharse y a pisotear y es normal que haya gente cabreada. Lo que todos queremos es que venga gente que respete el país.

Eso sí, apostilla que "como homosexual, el islam es mi enemigo. Más que nada, porque me quiere muerto". Sobre la postura de Juan García Gallardo, considera que "es irrelevante, va buscando su plato de lentejas. Relaciona la ley de extranjería con leyes raciales. Y desde luego, barra libre no debe haber. Yo soy más del modelo australiano: me pregunto qué necesita mi país. Es decir, ni Viva la Pepa, ni leyes raciales.

"Un colchón"

Por su parte, el periodista y analista político Javier Villamor ha participado en el debate tuitero "unos cuantos días. Yo creo que dentro del partido no ha cambiado nada: las alianzas con Latinoamérica son fuertes y van a más", subraya a este periódico.

"En los últimos años se ha creado una red conservadora de derechas bajo la influencia del Partido Republicano, para contrarrestar también la influencia de la izquierda hispanoamericana relacionada con el Partido Demócrata, sobre todo frente a lo woke y el indigenismo o el género".

Santiago Abascal, durante la clausura de la Asamblea General de Vox, en Madrid, el pasado mes de junio.

Santiago Abascal, durante la clausura de la Asamblea General de Vox, en Madrid, el pasado mes de junio. Efe

Lo que sí ha habido con esta polémica "es una reacción: quizá por parte de las bases o de los votantes, por un tuit, que comunica que en Cataluña al fin y al cabo lo que puede solucionar el problema del catalán y el separatismo es la inmigración hispana".

Villamor entiende que ese mensaje "haya cabreado a gente que quizá no entiende muy bien lo que estaba queriendo decir, no ha entendido el calado de lo que supone la inmigración hispana para España frente a, por ejemplo, otros países, como Francia, Alemania o Inglaterra, que están infinitamente peor a nivel de integración de guetos y de seguridad".

Así, en España "por la posibilidad histórica y por lo que ha sido el Imperio e Hispanoamérica, tenemos un colchón de seguridad que es la hispanidad, el hispanismo e Hispanoamérica. A pesar de las diferencias culturales, obvias con algunos que otros paises, como formas de comportarse, educación o preparación, sigue siendo una base de unión mucho más importante".

Con el tema de la inmigración, "sea hispana o no, pues es que no todo el mundo viene a trabajar. Tenemos millones de parados, estamos cerca ya de los 9 millones oficiales de migrantes y serán muchos más por la inmigración ilegal", explica.

La conexión

Además, "vemos que uno de los puertos de entrada a España no son los cayucos, por mucho que se quiera prestar atención a eso, que es importante también, sino los aeropuertos, y en concreto, el de Madrid-Barajas. Y ahí está la conexión con Hispanoamérica. Es cierto que en este caso Vox tiene que hacer un filtro importante, y lo tiene que hacer el sector que está a favor de esto, entre los sectores entre los que me incluyo como periodista y ciudadano".

Por tanto, cree que "sea o no inmigración europea o no, si se beneficia abusivamente de unos servicios y no viene a aportar, como muchos esperamos, pues eso tiene que abordarse".

Pregunta.- El endurecimiento del discurso de Vox y esto de la inmigración hispana ¿cree que puede estar influenciado por Trump?

Respuesta.- Es precisamente todo lo contrario. Trump es cierto que tiene unas políticas muy concretas, pero una de sus bases principales de sus votantes, y lo va a seguir siendo, es el votante hispano. Hay una estrategia de redes en Hispanoamérica de grupos conservadores por parte del equipo de Trump, y están trabajando en ello. No es un secreto esto. Porque los hispanos son más conservadores, más familiares, más religiosos y vienen de sociedades mucho más tradicionales de lo que es la sociedad norteamericana en su parte más cosmopolita, que es de base demócrata principalmente.

El discurso tradicional de Vox "es que si la inmigración viene de países hermanos, mejor. Pero claro, volvemos al tema de los números. El problema es que hay una base que es igual que la de la izquierda, que se pone a andar y y es muy dificil moverla de ahí". También indica a EL ESPAÑOL que "lo que está claro es que hay muchos inmigrantes legales cansados de los ilegales, porque también les afecta a ellos".

Otra cuestión es el sistema de acceso al mercado laboral, el número de parados, el paro juvenil y la labor de las oficinas de empleo. "El sistema es perverso. No se puede esperar que la gente trabaje cuando se premia el no trabajar. Una cosa es una ayuda de 200 o 300 euros y otra es pagar auténticos salarios por no trabajar, o simplemente por ser inmigrante y necesitar una adaptación que tampoco es tal en muchos casos".

Que España necesita mano de obra es un hecho. Pero subraya Javier Villamor que "es un suicidio tener más de 3 millones de personas en paro y seguir trayendo y seguir manteniendo a quien no quiere trabajar. ¿Cómo podemos andar cortos de camareros en un país de servicios? Porque los salarios son bajos y las ayudas son altas. Y por eso viene gente de fuera a trabajar por el dinero que sea. La clave es el sistema que está completamente pervertido"

En estos días, a Carlos Guaman, el tuitero tras Carlitos de España le han dicho de todo. Desde insultos a un neodiscurso "de que la hispanidad y los vínculos culturales con España no existen. Yo les digo que en América los ingleses liquidaron y los españoles lo que hicieron fue fornicar. Y por eso estamos aquí".