Varios bomberos forestales descansan durante su jornada, en Retorta, Orense.

Varios bomberos forestales descansan durante su jornada, en Retorta, Orense. Adrián Lago Europa Press

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Los bomberos forestales avisan del "exceso de confianza" frente al descenso de fuegos activos: "No hay que bajar la guardia"

Aunque la ola de calor llegase a su fin, los efectivos en primera línea advierten de que los incendios pueden volver a reproducirse si las condiciones meteorológicas vuelven a ser desfavorables.

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Los incendios en 2025 han dejado en España un mapa desolador. Más de 400.000 hectáreas arrasadas en lo que va de año, y aunque las nuevas condiciones meteorológicas sean más favorables, "no se puede bajar la guardia". Esto es lo que asegura Jesús Molina, presidente del comité de empresa de los bomberos forestales de la Comunidad de Madrid, en declaraciones a EL ESPAÑOL.

José Pedro Fernández, de las Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales (BRIF) del Ministerio para la Transición Ecológica coincide con la advertencia de Molina. "El nivel de peligrosidad puede que haya bajado en algunos sitios de nivel 2 a nivel 0 y eso permite que la gente pueda regresar a sus casas, pero las temperaturas siguen siendo altas y el riesgo sigue estando ahí", explica.

Molina y Fernández son dos de tantos efectivos que se han desplegado en este verano en distintos puntos de España, poniendo su vida en juego, para intentar frenar el avance de los incendios. Algunos siguen en activo en todo el territorio. Por esa razón, lo peor que se puede hacer es confiarse, advierten.

José Pedro Fernández tiene más de 20 años trabajando como bombero forestal.

José Pedro Fernández tiene más de 20 años trabajando como bombero forestal. Cedida

"Uno de los mayores enemigos es el exceso de confianza y pensar que ya ha acabado lo peor", señala Molina. Este bombero forestal avisa de que hay que estar atentos ya que las humedades de las vegetaciones aún "son muy bajas".

Se debe mantener vigilancia

José Pedro Fernández insiste en que "todavía no hay que bajar la guardia hasta que no vengan las lluvias y se empape todo". Esto podría ocurrir hasta en noviembre. Mientras tanto, los incendios podrían reactivarse por las condiciones meteorológicas.

"El viento puede reactivar los incendios y convertirse en un problema. Hay que vigilarlos porque son puntos calientes", señala Fernández, quien tiene más de 20 años de experiencia como apagafuegos.

"A partir del 15 de agosto empiezan a bajar las temperaturas. Eso permite que tengamos un poco más de margen de relajación, pero este año no ha sido el caso", lamenta el bombero de la BRIF.

Dos voluntarios realizan labores de extinción en el incendio de Oímbra, Orense.

Dos voluntarios realizan labores de extinción en el incendio de Oímbra, Orense. Brais Lorenzo Efe

Por su parte, Jesús Molina atribuye este exceso de confianza a la estabilización de algunos focos que han estado descontrolados durante más de diez días, como el de Jarilla o el de Larouco -oficialmente el peor de la historia de Galicia-.

No obstante, el fin de la ola de calor -causada por una "dorsal subsahariana" que metía aire caliente y que ha durado más de diez días- es una "buena noticia", añade Molina. Pero no hay que relajarse.

"Puede venir otra ola de calor que sea perjudicial y que vuelvan las altas temperaturas en los próximos días. Hasta que no vengan las lluvias tendremos un problema", avisa el bombero de la Comunidad de Madrid.

Los incendios que asolan diferentes puntos del territorio español son de tal magnitud que pueden pasar "hasta 15 días más" para que quede extinguido completamente.

Molina ha estado en incendios de 3.000 hectáreas que en "20 días se han extinguido y que en seis ya estaban controlados". Ahora, hay que tener en cuenta que las llamas han calcinado más de 350.000 hectáreas desde el 8 de agosto en toda España.

Toda la tierra abrasada por el fuego tardará "décadas en estar igual, y si vienen lluvias torrenciales, puede que las cenizas contaminen los acuíferos", sentencia Molina.

Los bomberos forestales advierten que los incendios deben continuar bajo vigilancia.

Los bomberos forestales advierten que los incendios deben continuar bajo vigilancia. Cedida

Pueden volver las alertas

Otro bombero forestal de la Junta de Castilla y León, que prefiere no revelar su identidad, se une a la advertencia hecha por Molina y Fernández. Con la cantidad de focos de incendio en León y Zamora, además del retiro de los medios y la subida de temperaturas "todo se une para volver a dar alertas", avisa.

Sin embargo, con la llegada del ocaso, las labores de extinción se hacen más amenas: "Por la noche baja mucho la temperatura. Se trabaja sobre 5 o 6 grados, así que el incendio está muy tranquilo. En el día, cuando la temperatura sube, es cuando empiezan los problemas".

Por otro lado, este bombero movilizado a uno de los incendios de Zamora explica que el fuego que intenta frenar aborda "mucho perímetro" y tiene malos accesos, por lo que es complicado "llegar a todas las reproducciones" que crea el calor.

Y aunque no está como los primeros días, "tampoco está para descuidarlo", por lo que siguen subiendo varios convoyes desde distintos puntos para controlarlo.