Laura Vidal es la primera española que se dedica a proveer ayuda psicológica a personas que han perdido a sus mascotas.

Laura Vidal es la primera española que se dedica a proveer ayuda psicológica a personas que han perdido a sus mascotas. Cedida

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Laura Vidal, primera terapeuta de duelo animal: "Hay gente que sufre más con la muerte de su mascota que con la de su padre"

"Los veterinarios son una de las profesiones con más suicidios; la gente les culpa de la muerte de sus mascotas", explica la española, pionera en este área.

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A día de hoy, y a pesar de los avances en materia de bienestar animal, la muerte de un animal no se equipara de ninguna manera a la pérdida de un ser querido, aunque el duelo, a veces, sea igual de intenso para algunas personas. Esto lo sabe muy bien Laura Vidal, la primera terapeuta en duelo animal de habla hispana, quien se dedica a ofrecer asistencia terapéutica a aquellas personas que atraviesan el duro varapalo que supone la pérdida de una mascota.

De niña, Laura ya era una enamorada de los animales. "Mi madre siempre me decía que yo de pequeña no quería que me regalasen Barbies ni muñecas, quería gatitos y perritos de peluche para cuidarlos", cuenta a EL ESPAÑOL.

Así, cuando llegó la hora de decidir su futuro laboral, a nadie le extrañó que quisiera estudiar auxiliar de veterinaria en Alicante, su ciudad natal, la que se convertiría en su profesión.

Laura Vidal con cuatro de sus libros publicados.

Laura Vidal con cuatro de sus libros publicados. Cedida

Poco después, en cuanto sus ingresos le permitieron independizarse, lo primero que hizo fue adoptar a dos "perrhijos", como ella los llama. "Con ellos viví un montón de experiencias, me fui con ellos fuera de España, luego volví, y siempre supe que el día que no estuvieran lo pasaría muy mal", manifiesta.

Y así fue. Tenía 33 años cuando sus dos perros fallecieron. Esto le supuso un revés muy doloroso que le hizo entender que requería de ayuda psicológica. Es ahí cuando descubrió que en España no existía ningún tipo de asistencia terapéutica para el duelo por el fallecimiento de una mascota. "Busqué libros que hablaran sobre el tema y me di cuenta de que, en español, no había ninguno escrito", cuenta a este periódico.

Ante la falta de asistencia psicológica especializada en este ámbito, decidió recurrir a un psicólogo convencional que, lejos de ayudarla, le provocó una herida emocional aún más grande. "Me dijo que no podía estar así de mal por sólo un perro. Y que seguramente tenía una especie de trauma de la infancia que había volcado en el fallecimiento de mis mascotas. Y yo sabía que eso no era así. Yo siempre había sido feliz hasta que mis animales se fueron", asevera.

Una mala experiencia que la llevó a lanzarse a escribir un libro en el que abordar el duelo personal que atravesó tras la pérdida de sus mascotas. Lo llamó Espérame en el arcoiris (2019) y lo autopublicó a través de Amazon. "Mi intención con este libro fue la de poder ayudar a otras personas que, al igual que yo, se sintieran un 'bicho raro'. La gente no me entendía cuando me veía tan afectada por la muerte de mis perros. Decían que era una exagerada", expresa.

Este libro le hizo descubrir que el dolor que ella sentía era mucho más habitual de lo que pensaba. "De la noche a la mañana, el libro comenzó a venderse cada vez más y mucha gente me hacía llegar sus mensajes de gratitud", dice. Es ahí cuando decide abrir una cuenta de Instagram, que sigue manteniendo a día de hoy, para que la gente compartiera su historia personal.

"Los mensajes eran de agradecimiento, ya que quienes lo leían se sentían menos incomprendidos. Ese fue, y sigue siendo, mi mayor premio".

Tras la buena acogida y reconocimiento que obtuvo, Laura decidió dar un paso más allá y formarse como acompañante del duelo en humanos y coach de duelo animal, lo que la llevó a hacer acompañamientos individualizados online a personas que estuviesen atravesando el duelo por la muerte de sus animales.

Una labor que lleva realizando desde 2019. "Me dedico a proporcionar asistencia a personas que están atravesando un proceso de duelo sano, es decir, el proceso natural que todos pasamos ante la pérdida de alguien sin que llegue a derivar en ninguna enfermedad de salud mental", explica. En el caso de que el duelo se convierta en patológico, "ya tienen que acudir a un profesional de la salud mental", apunta.

Este tipo de terapias, antes de que Laura decidiera implantarlas, no existían en España ni tampoco en países latinoamericanos, aunque sí en otros en países anglosajones, por lo que se convirtió en la primera experta en duelo animal de habla hispana. A día de hoy, ayuda a personas de todo el mundo a través de su asistencia online. "Me llega gente de Perú, Uruguay, Colombia".

La terapia que ofrece tiene como fin otorgar ese espacio seguro donde las personas afectadas puedan hablar y sentirse comprendidas. "Saben que la persona que tienen delante ha pasado por lo mismo. No buscamos psicoanalizar, simplemente hacerles entender que el amor por un animal puede ser igual de grande que el que sentimos por un familiar. Por tanto, el duelo hay que transitarlo de la misma manera", explica la terapeuta.

Laura Vidal con un perro y un loro.

Laura Vidal con un perro y un loro. Cedida

Para lograr ese grado de comprensión del duelo y el trauma asociado que vive la persona, Laura intenta que "el dolor se resignifique", es decir, que la persona pueda desahogarse sin sentirse juzgada, "sin minimizar su tristeza". "Hay gente que me ha llegado a decir que lo ha pasado peor con la muerte de su mascota que con la muerte de su padre. Pero eso no se lo pueden contar a nadie, porque no está socialmente aceptado", comenta.

A veces, el duelo por la muerte de una mascota puede permanecer a lo largo del tiempo, lo cual también se convierte en tabú. "Hay personas que se avergüenzan de contar que aún siguen sufriendo por la pérdida de su mascota que murió hace dos años. La sociedad te empuja a decir que no puedes estar mal después de tanto tiempo. Es sólo una mascota", señala.

Sin embargo, con el paso del tiempo, los animales se han convertido en una parte muy importante de nuestras vidas y las relaciones con ellos son cada vez más intensas. "Cada vez hay más tanatorios de animales, donde se velan los cuerpos. Hay más conciencia, por tanto, hay más duelos por la pérdida de los animales. Cada vez la gente joven tiene menos hijos y más mascotas".

No obstante, este cambio de paradigma también trae consigo un mayor tabú ya que, según Vidal, se entremezclan las relaciones que tienen ciertas personas con sus animales de caza, por ejemplo, con la gente que siente a sus mascotas como a una persona más. "Esto provoca que, la visión tradicional sobre los animales juzgue a las nuevas formas".

"Las personas tendemos a encasillar el dolor desde nuestra perspectiva. Damos por hecho que el dolor que siento yo al perder a mi perro será el mismo que el de otra persona, y no es así", asegura Vidal, quien revela que los duelos más duros suelen ser los de aquellas personas que viven solas con sus animales, como las personas mayores. "Para ellas, sus mascotas son su vida".

Una de las claves terapéuticas para afrontar estos duelos se fundamenta en "recolocar la pérdida de ese animal desde el amor". "Debemos quedarnos con lo que ese animal nos aportó, las enseñanzas que nos dejó y el amor que siempre seguiremos sintiendo hacia ellos", explica Vidal.

Asimismo, muchas de las personas que pasan por esta situación rechazan la idea de volver a tener otras mascotas. "Pero el duelo por la muerte de alguien forma parte de la vida. Es inevitable. Lo que hay que hacer es tener herramientas suficientes para gestionarlo y aprender a abrir el corazón de nuevo y amar a otro animal, al igual que lo hacemos con las personas queridas que perdemos", comenta.

Los veterinarios, los más afectados

Ahora, a sus 40 años y con todo el aprendizaje que ha obtenido a través de impartir estas terapias, Laura cuenta con un equipo de terapeutas que se encargan de ofrecer asistencia online a las personas interesadas. Esto le permite dedicar su tiempo también a formar a profesionales que tratan constantemente con animales como son los veterinarios o trabajadores de protectoras, los cuales se enfrentan a procesos de duelo constantemente.

En el caso de los veterinarios, la experta asegura que no disponen de herramientas suficientes para, en primer lugar, gestionar el duelo propio "que sienten cuando un animal fallece en sus manos". "Los veterinarios son una de las profesiones con más suicidios, y uno de los motivos principales es que están expuestos a pérdidas de animales que ellos mismos tratan desde que son pequeños".

A eso se suma que, muchos clientes que acuden a las clínicas veterinarias, enfocan su rabia y su dolor hacia los veterinarios. "He tenido casos de veterinarios que me han contado que mucha gente les culpa de la muerte de sus mascotas, incluso les amenazan con denunciarlos por negligencia", cuenta Laura. "Por eso es tan importante asesorarlos para que puedan trabajar sin sentirse culpables", añade.

Derechos laborales

Otra de las claves que revela la falta de concienciación moral y psicológica sobre la pérdida de los animales se encuentra en el ámbito laboral. "En España no puedes obtener por ley una baja por el duelo de tu mascota, mientras que en otros países, sí. Aquí depende mucho de la empatía que sienta tu jefe a la hora de entender que necesitas descansar para afrontar el duelo".

"Por desgracia, esto se da en muy pocos casos", dice la experta. "Me llegan personas que ni siquiera han podido despedirse de su animal mientras agonizaba en una clínica porque se han tenido que ir a trabajar ya que si no las echaban del trabajo. Esto debe cambiar", denuncia.

Laura Vidal, en una imagen de archivo.

Laura Vidal, en una imagen de archivo. Cedida.

Asimismo, el grado de empatía y concienciación de los médicos también es crucial en este sentido. "Hay médicos que te firman una baja porque entienden que, a nivel psicológico, estás muy afectado por la muerte de tu animal, pero hay otros que cuando se lo cuentas se ríen de ti", dice Laura.

Esto da lugar a que mucha gente acuda al médico ocultando verdaderamente la causa real de su duelo. "Prefieren contar al médico que se les ha muerto un familiar, ya que si dicen que el familiar es una mascota no les tomarán en serio", añade.

Aparte de su labor terapéutica, Laura Vidal ha escrito 11 libros sobre el tema. Varios de ellos han sido traducidos al inglés, francés e italiano, y próximamente se traducirán también al portugués y alemán. Espérame en el arcoiris, su libro más reconocido, lleva casi cinco años como número 1 en Amazon en la categoría de mascotas. Además, su traducción al inglés ha ocupado recientemente el primer lugar de la categoría mascotas de Amazon en Estados Unidos.