La cocina de Casa Javi donde estaba la bombona de butano que supuestamente fue cortada por la hostelera para hacer explotar este bar de Lo Pagán.
Hind, la marroquí al frente del bar que explotó en Lo Pagán con otra fallecida y 15 heridos: se suicidó por las deudas y la droga
EL ESPAÑOL accede al atestado de la Guardia Civil. "Hind estaba dándose golpes en las piernas y me decía: 'Antonia, no puedo más, son muchos gastos. La luz, el bar, la casa... No me puedo comprar ni unas bragas. Me quiero morir".
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"Minutos antes de la explosión, Hind estaba con las pupilas dilatadas, parecía haber consumido mucha cocaína recientemente, y me dijo: 'Antonia, que no puedo más, que son muchos gastos. La luz, el bar, la casa... No me puedo comprar ni unas bragas. Me quiero morir, hoy me voy a morir". Tales palabras fueron premonitorias porque aquel jueves 19 de junio, día del mercadillo semanal de Lo Pagán, saltó por los aires Casa Javi, el bar que Hind regentaba como tetería, provocando 15 heridos y la muerte de una mujer inocente.
EL ESPAÑOL ha accedido en exclusiva al atestado que la Guardia Civil comenzó a elaborar a las 12.50 horas del 19 de junio. Aquel jueves debía haber sido el típico día de mercadillo, en esta tranquila y turística pedanía de San Pedro del Pinatar que se levanta a orillas del Mar Menor, pero acabó entre alaridos de dolor después de que explotara Casa Javi -como si alguien hubiese detonado una bomba en el bar-.
De hecho, los cristales de la fachada del bar se convirtieron en metralla para los vecinos que paseaban despreocupados por la calle Torres Fontes con la avenida Salzillo y que acabaron sepultados por las estructuras metálicas de los puestos del mercado. La deflagración fue escuchada con total nitidez a 650 metros de distancia, por un guardia civil que estaba en la calle Santa María del Mar, y que al llegar a Casa Javi, se encontró con Hind El Bahri (Marruecos, 1986), saliendo del local con quemaduras por el rostro de segundo y tercer grado.
“Observo en ese momento, a una mujer de procedencia árabe, de edad adulta, que vestía un vestido largo de tela, de color marrón claro, y que salía del local reseñado, con gran cantidad de polvo en su cabello y en parte de su rostro, con un aparente estado de salud grave, siendo asistida por los servicios sanitarios”. A continuación, a Hind la trasladan con vida a la unidad de quemados del Hospital Virgen de la Arrixaca porque tiene calcinado el 60% de su cuerpo.
El foco de la deflagración estaba en la cocina del bar Casa Javi que funcionaba como tetería árabe,
Desde el principio, la Policía Judicial instruye su atestado “por una supuesta tentativa de suicidio”, debido a que los efectivos del Consorcio de Extinción de Incendios y Salvamento (CEIS) sitúan el origen de la deflagración en la cocina. En concreto, en la goma de una bombona conectada a un hornillo que presenta "un corte limpio", provocado intencionadamente con un "cuchillo de sierra".
“Según los primeros indicios reseñados por los bomberos del parque de San Pedro, la explosión de gas, producida en el citado local, pudiera tratarse de un hecho intencionado, al observar indicios de manipulación en el conducto de gas”.
La teoría del suicidio cobra fuerza para los investigadores cuando descartan un crimen machista frustrado. Todo ello, debido a que Hind figura en las bases de datos policiales, como víctima de violencia de género, con un caso "activo" desde el 17 de enero de este año. De modo que la Policía Judicial localiza a contrarreloj a la expareja de Hind y confirma que no está detrás del sabotaje porque se encuentra trabajando en una empresa de piscinas, desde las 8.15 horas de aquel jueves, para hacer un encargo en Canteras -a 45 kilómetros de San Pedro-.
Las ideas autolíticas de esta mujer marroquí, de 38 años, tienen como hilo conductor las drogas. Así lo verbaliza Antonia, encargada de cuidar al hijo de Hind, un niño de 8 años, y que desvela que esta hostelera no llevaba una vida ordenada: "Ella era una persona muy amable y simpática. Pero le cambiaba el carácter cuando consumía drogas. Me consta que era consumidora habitual de cocaína y porros".
"Me cuentan que consume entre 1 o 2 gramos al día". "Hind solía dormir siempre en el bar porque decía que cerraba muy tarde. Tenía una habitación en un altillo donde solía dormir y consumir".
La bombona y el hornillo que estaban en la cocina de Casa Javi.
Aquel jueves 19 de junio, aún no habían dado las vacaciones al hijo de la hostelera, de modo que esta mujer tenía que recogerlo en el colegio y estuvo con Hind antes de la tragedia. El contenido de la conversación puso a los investigadores con las orejas tiesas: “Hind estaba con muy mal aspecto, con las pupilas dilatadas, parecía haber consumido mucha cocaína recientemente. Estaba dándose golpes en las piernas y me decía: 'Antonia, que no puedo más, que son muchos gastos. La luz, el bar, la casa... No me puedo comprar ni unas bragas. Me quiero morir, hoy me voy a morir'".
Esta mujer admite que no dio importancia a esas amenazas porque pensó que eran fruto de las drogas: "Ya la había visto muchas veces después de consumir, pero era la primera vez que me decía que se quería quitar la vida”. "Cuando me lo ha dicho, no la he creído, parecían delirios debido al consumo de cocaína. Me fui del allí con mi pareja y su hijo, en dirección al Colegio Villalegría, para recoger al hijo de Hind, cuando 15 minutos después, a la altura del Bar Los Amigos, escuché una fuerte explosión. Después me enteré de que la explosión había sido en el bar de Hind y pensé que se había quitado la vida".
Esta hostelera no valoró las consecuencias que tendría hacer explotar su tetería. Principalmente, para 3 heridos muy graves, 5 graves y 7 leves, además de una mujer extranjera que terminó muriendo por un traumatismo craneoencefálico tras una semana hospitalizada. Hind tampoco pensó en su hijo, al que con solo ocho añitos dejó en "situación de desamparo" y acabó en un centro de menores. Lo más probable es que no reflexionara sobre los efectos de su presunta decisión autolítica, debido a que el atestado de la Guardia Civil revela que Hind estuvo de juerga toda la noche anterior.
Así lo relata Belkacen: el amigo de Hind que se ha convertido en el milagro de esta historia, ya que sobrevivió a la deflagración cuando estaba durmiendo la borrachera en un sillón de la tetería tras irse de juerga con la hostelera y unos amigos a la curva de Lo Pagán: "Sobre las tres de la madrugada me fui a la playa junto a Hind, Soukaina, Abdelhakim y otra gente. Bebimos alcohol y fumamos en una cachimba. Durante la noche, Hind nos dijo a los demás: 'Me queda poco para irme'. Yo estaba muy borracho y no sabía si se refería a que se iba de viaje o si se quería suicidar".
El salón donde esta durmiendo Belkacen cuando se produjo la explosión en la cocina de Casa Javi.
La Policía Local les aguó la fiesta pasada una hora, pero en aquel momento, según el atestado, la hostelera ya iba "muy perjudicada" por un cóctel de alcohol y coca.
"Esa noche, Hind consumió mucho polvo blanco que se esnifa, pero yo no sabía qué era. Nadie más consumió eso, solo ella. Hind estaba enfadada, como desganada, pero desconozco el motivo. Yo no sé lo que significaba, pero ella repetía: 'No me voy a quedar con vosotros'", insiste Belkacen, antes de relatar que acabó en un sillón de Casa Javi -durmiendo la mona- hasta que todo saltó por los aires en un segundo.
"Cuando me desperté por una explosión, yo estaba en una zona del bar y Hind estaba en la cocina. Salí del bar rápidamente, luego volví a entrar y ayudé a Hind [...]. Cuando salía del bar, Hind repetía todo el rato: 'Ojalá que me muriera, Ojalá que me muriera'". Esta hostelera murió una semana después en La Arrixaca y este atestado evidencia que nadie supo ver las señales suicidas de un mujer maltratada, adicta a las drogas, con problemas económicos porque le cortaron dos veces la luz y que llevaba un tiempo alertando a su clientela de que su negocio no era rentable.
De hecho, a las 11.07 horas de ese mismo jueves, un amigo le hizo un Bizum a Iberdrola de 228,60 euros por la factura de suministro de Casa Javi. A las 12 horas y 13 minutos, se produjo la explosión. Parece que Hind se pudo encender un pitillo en la cocina, tras haber "seccionado el latiguillo" de la bombona de gas butano, desencadenando una onda expansiva que derrumbó la tabiquería interior, el falso techo de escayola y lanzó al exterior puertas y ventanas.
“Por todo ello, la hipótesis actual es que nadie entró en el interior del Bar Casa Javi la mañana de los hechos, estando únicamente en el interior del establecimiento: Hind y Belkacen. Descartando un ataque provocado por terceras personas”, tal y como concluye la Policía Judicial.
Un puesto destrozado del mercado semanal de Lo Pagán, tras la explosión de Casa Javi, el jueves 19 de junio.
Los investigadores llegan a la conclusión de que el suceso más grave que se ha producido en toda España en lo que llevamos de verano, con 2 fallecidas y 15 muertos, responde a un supuesto suicidio. Todo ello, en base a tres pruebas objetivas para la Guardia Civil. La primera es el análisis de la bombona de gas butano: "Detalle de la goma flexible de salida de gas, conectada directamente a la válvula y que presenta un corte limpio".
La segunda es el relato de los allegados de la hostelera: "Varios testigos afirman haber hablado con Hind, horas antes de la explosión, manteniendo conversaciones en las que Hind manifestó ciertas intenciones suicidas". Y la tercera prueba es el informe médico de La Arrixaca, cuyo equipo de cirugía plástica valoró la causa por la que tenía quemado el 60% de su cuerpo.
“Estas quemaduras serían compatibles con una persona que hubiera estado muy cerca del origen de la explosión, supuestamente de la cocina, donde se hallaba la bombona de butano. Esto es corroborado por el testimonio del testigo Belkacen R. que afirma que “estuvo durmiendo en el sofá, mientras que Hind durmió encima de la cocina”. Por todos estos motivos, la hipótesis de esta instrucción es que la explosión habría sido provocada por Hind en la cocina con intenciones suicidas”.
El techo se desplomó sobre la barra de Casa Javi tras la explosión.
A pesar de todas estas pesquisas, la Policía Judicial no quiere dejar ni un cabo suelto y ha solicitado un informe de una unidad de élite de Valencia: el Equipo de Investigación de Incendios (ESIN). Tal decisión obedece al ataque que sufrió Casa Javi, el 11 de junio de 2024, y que quedó sin esclarecer, después de que dos hombres, "con la cara cubierta", lanzasen "un objeto" que desencadenó un incendio dentro del bar. Por lo demás, los investigadores tienen descartada la opción de que la deflagración fuese provocada por algún enemigo de Hind.
Todo ello, a pesar de que no le faltaban detractores a esta hostelera treintañera desde que subió la persiana del local en mayo de 2024, sin presentar una declaración responsable al Ayuntamiento de San Pedro del Pinatar. A partir de ahí, comenzó a sumar multas y actas policiales por infringir el horario de cierre, por consumo de drogas, por fumar, por poner música sin permiso, por alterar el descanso de los vecinos a los que llevaba por la calle de la amargura...
Hind alquiló el histórico bar Casa Javi, por un periodo de cinco años, a razón de un alquiler de 550 euros al mes, y cuando empezó a regularizar parte de su situación administrativa con el Consistorio, lo quería llamar Tetería Happy, pero todo apunta que ella no era feliz y ha causado un daño irreparable a personas inocentes.