Pablo Freire posando con su medalla de plata en la OIM para EL ESPAÑOL.

Pablo Freire posando con su medalla de plata en la OIM para EL ESPAÑOL. Cedida

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La proeza de Pablo Freire, plata a los 16 años en la Olimpiada Matemática: "Estudio cuatro horas al día y 10 en vacaciones"

La Olimpiada Internacional Matemática se ha celebrado los días 15 y 16 de julio en Australia. Se han presentado más de 600 estudiantes.

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Pablo Freire, un estudiante gallego de 16 años del IES As Lagoas de Ourense, ha obtenido una medalla de plata en la Olimpiada Internacional de Matemáticas. Esta se celebró en el mes de julio en la ciudad de Sunshine Coast, en Australia, y allí salió galardonado este joven que reconoce a EL ESPAÑOL que dedica "cuatro horas al estudio durante el periodo escolar y hasta 10 horas en vacaciones".

La fase internacional se ha celebrado los días 15 y 16 de julio, pero Pablo, junto al resto de sus compañeros, llegó a Australia el día 14 para preparar todo lo necesario antes de las pruebas. Desde España se desplazaron un total de seis alumnos: dos de Madrid, uno de Salamanca, uno de Valladolid, uno de La Coruña, y Pablo, de Galicia.

Para acceder al torneo, los participantes debían presentarse a un proceso previo de selección. En enero se celebran las olimpiadas locales y, en los meses de marzo y abril, las nacionales. Este año se celebraron en Gijón. En estas fases seleccionan a los mejores concursantes.

La Olimpiada Internacional Matemática (OIM) se celebra cada año desde 1959, con la actual participación de más de 100 países de todo el mundo. Consiste en un campeonato mundial de Matemáticas que se celebra cada año en un país diferente. Este año se ha celebrado en Australia entre el jueves 10 y el domingo 20 de julio.

La Fundación de la OIM es una organización benéfica sin ánimo de lucro que tiene como objetivo el "reunir a jóvenes de todo el mundo para que disfruten de los desafíos de las matemáticas en un ambiente de competencia amistosa".

Más de 600 estudiantes

Cuenta Silvia Fernández [madre de Pablo Freire] a EL ESPAÑOL que se presentan más de 600 estudiantes. Así como que la convocatoria consiste en seis problemas de matemáticas en torno a contenidos extracurriculares, cada uno de ellos puntuable sobre 7, pudiéndose alcanzar una nota máxima de 42 puntos.

Este año, la medalla de plata se obtenía a partir de los 28 puntos y, la de oro, a partir de los 35. Por tanto, no se han concedido solo 3 premios como en la mayoría de los concursos, sino que cada participante obtiene su correspondiente medalla en función de la puntuación obtenida.

El gusto de Pablo por las Matemáticas empezó a partir de su pasión por la astronomía en quinto y sexto de Primaria. En esos cursos ingresó en Estalmat Galicia, donde se aficionó a las Matemáticas, asentándose esta devoción cuando se incorporó al taller de Matemáticas que el profesor Carlos Ferreiro organiza desde hace tres años en un instituto de Ourense.

Pablo explica que los proyectos Estalmat son "talleres gratuitos que fomentan el gusto por las Matemáticas". Son organizados por la universidad en los fines de semana durante tres años consecutivos (para ingresar hay que superar una prueba donde se selecciona a 25 alumnos de 6º de primaria y 1º de ESO).

Estas olimpiadas requieren un gran esfuerzo por parte de los presentados: "Llevo preparándome mucho tiempo, es duro para hacerlo bien, aunque merece la pena apuntarse por disfrutar, es lo más importante", cuenta Pablo Freire en conversación con EL ESPAÑOL. Además, afirma el joven: "Lo importante es que te guste, y como me gusta no me supone un sacrificio".

A pesar de que en todo campeonato se genera un ambiente de competición, la relación entre los participantes de las olimpiadas científicas es sana, puesto que, tal y como asegura el gallego ganador de una medalla de plata: "Siempre se hacen amigos, van personas con los mismos gustos e intereses".

A por el oro

Pablo Freire, con una medalla de plata colgando del cuello, tiene intención de volver a presentarse a la olimpiada los dos próximos cursos de Bachillerato, y sueña con ganar el oro. En 2026 se celebrará en Shanghai (China) y, en 2027, en Hungría.

A pesar del elevado esfuerzo de los estudiantes que se presentan a la Olimpiada Internacional Matemática, no se les otorga ninguna compensación ni reconocimiento académico. "Mucha gente se queda sin plaza en la universidad. Quizá debería tener más visibilidad, y se debería empezar a valorar más", denuncia Silvia Fernández.

Y, aunque Pablo Freire -al igual que sus compañeros apasionados por las Matemáticas- tenga claro que "lo más importante es el resultado individual y pasarlo bien", echa en falta que su trabajo no sea valorado. "Son muchas renuncias de tipo personal. Se dedican 4 horas al estudio durante el periodo escolar y hasta 10 horas en vacaciones".

"Hay muchos chicos que no consiguen entrar en la carrera que quieren y se marchan al extranjero porque allí sí que se los valora. Es una pena, se debería intentar que el esfuerzo no caiga en saco roto", lamenta Silvia Fernández.

A diferencia de las olimpiadas deportivas, "las olimpiadas científicas no se conocen, no salen en prensa", cuenta la madre de Pablo Freire. "No conseguimos entenderlo. Y no conseguimos que se nos haga justicia".

De igual modo, confirma que "el profesorado lo hace de forma voluntaria y altruista. Se llega muy lejos, pero se podría llegar aún más lejos. Los profesores y los alumnos lo hacen en su tiempo libre".

Pablo Freire y su madre alaban la labor del profesorado, que aseguran que "se vuelcan con el alumnado". "El factor humano es inmejorable. Lo que se necesita es un apoyo institucional", afirma Silvia Fernández.