Vídeo | La menor quemada en Las Palmas estaba bajo tutela del Gobierno canario

Reportajes SUCESOS

Abdelrafia, el joven acusado de quemar viva a una menor en Canarias, llegó hace un mes en patera y huyó de un centro

El varón, que tenía en activo una orden de devolución inmediata a Marruecos tras entrar irregularmente en España, pasará a disposición judicial por tentativa de asesinato.

Más información: Abdelrafia roció con líquido inflamable a su novia de 17 años y luego le prendió fuego en Canarias.

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El 2 de junio, una guardamar de Salvamento Marítimo desembarcó en el puerto de Arrecife, en Lanzarote. A bordo, venían varias personas rescatadas en alta mar: hombres jóvenes, casi todos magrebíes y subsaharianos. Uno de ellos se llamaba Abdelrafia.

Había nacido en Marruecos en abril de 2005. Desembarcó en suelo español sin un visado y sin un rumbo claro. Se activó, entonces, el protocolo administrativo de rigor: se le identificó, se constató su entrada irregular y se emitió contra él una orden de devolución inmediata a su país.

La ley no exige mucho más. Ni expediente sancionador, ni juicio exprés. Sólo una notificación formal, derecho a abogado, intérprete, posibilidad de recurso. En teoría, todo garantista. En la práctica, una figura jurídica —la devolución— que raramente se ejecuta.

A Abdelrafia lo enviaron a un centro de acogida instalado en el antiguo acuartelamiento Canarias 50, en Las Palmas de Gran Canaria. Allí, como otros tantos, entraba y salía sin restricciones, esperando una devolución que, a pesar de estar ordenada, nunca llegó. Hasta que terminó escapándose de este centro.

Un vehículo de la Policía Nacional custodia, este miércoles, el lugar donde se produjo el suceso.

Un vehículo de la Policía Nacional custodia, este miércoles, el lugar donde se produjo el suceso. Quique Curbelo / EFE.

A sólo unas calles de distancia, en el mismo barrio grancanario de La Isleta, y poco más de un mes después de su llegada, roció presuntamente con líquido inflamable y prendió fuego a una menor de 17 años. Según recoge el atestado policial, al que ha podido acceder EL ESPAÑOL, trató de quitarle la vida, por lo que fue detenido por efectivos de la Policía Nacional por tentativa de asesinato.

Una menor tutelada

La menor, que estaba formalmente tutelada por el Gobierno de Canarias en un hogar de menores del municipio de Valsequillo —una localidad del este de Gran Canaria—, se había fugado hace unos días, por lo que nadie sabía con certeza dónde estaba: había desaparecido completamente del radar, un extremo que las instituciones públicas han tratado de rebatir, pero no han podido negar.

Hasta ayer. La escena ocurrió en la madrugada de este miércoles 16 de julio en la calle Angostura, una vía estrecha en el humilde barrio de La Isleta, en Las Palmas de Gran Canaria, situada a 30 kilómetros de su hogar de menores. Vecinos alertaron al 112 tras ver salir llamas del interior de una vivienda abandonada, que colinda justo con una base militar. Eran las cuatro de la mañana.

Cuando llegaron los primeros servicios de emergencia, se encontraron a la menor ardiendo, arrastrándose por la acera, con el cuerpo casi calcinado. Apenas podía hablar. Sólo dijo: "Ha sido él". Presentaba, según han especificado fuentes médicas a este periódico, quemaduras en el 95% del cuerpo.

Ese "él" era Abdelrafía. Los motivos por los que roció a la joven con un líquido inflamable y posteriormente le prendió fuego con un papel ardiendo son todavía incógnitas que la Policía Nacional trata de despejar. El caso, que fue calificado desde el primer momento como un intento de asesinato machista, se ha visto envuelto en las últimas horas con otras preguntas, como la de si hubo alguien más que actuó junto al detenido.

Ambos jóvenes vivían juntos desde hace días, presumiblemente desde la fuga del hogar de menores de ella. Compartían un colchón sucio, entre escombros y paredes tiznadas, sin agua corriente ni electricidad. Ella, menor. Él, mayor de edad. Ella, española de nacimiento, tutelada por la administración. Él, pendiente de devolución. Pero ninguno de los dos se encontraba bajo vigilancia efectiva de nadie.

Abdelrafia fue detenido en el lugar y trasladado al hospital por inhalación de humo. Ella, ingresada en estado crítico, fue derivada horas más tarde en un vuelo medicalizado a la Unidad de Grandes Quemados del hospital Virgen del Rocío, en Sevilla, donde permanece en estos instantes debatiéndose entre la vida y la muerte, como adelantó este periódico.

La Consejería de Derechos Sociales del Gobierno de Canarias ha confirmado que la joven había sido dada por desaparecida por su centro de menores días antes, y que la última solicitud de búsqueda se reactivó la víspera del ataque. No consta, en ningún caso, que hubiera denuncias previas por malos tratos ni alertas formales sobre la relación entre ambos.

Tampoco el Instituto Canario de Igualdad ha podido confirmar por el momento que existiera una relación sentimental entre ambos. Pero, tal y como ha recordado la directora general de Protección de la Infancia, Sandra Rodríguez, la legislación autonómica y nacional permite calificar la agresión como violencia machista igualmente, dado el componente de dominación y la especial vulnerabilidad de la víctima.

En la imagen, el inmueble abandonado donde sucedieron los hechos.

En la imagen, el inmueble abandonado donde sucedieron los hechos. Quique Curbelo / EFE.

El ambiente festivo

La Isleta es un barrio con mucha historia. Nació como núcleo pesquero y obrero. Hoy arrastra altos índices de pobreza, vivienda degradada y marginalidad. Algunos de sus rincones funcionan como un agujero negro administrativo, donde menores tuteladas desaparecen sin seguimiento, y adultos con orden de retorno pueden instalarse sin que nadie lo impida, tras huir de un centro de migrantes.

Algunos vecinos consultados por EL ESPAÑOL aseguran que la casa llevaba ocupada meses por jóvenes en situación de exclusión. Otros desconocían la situación, al estar la vivienda abandonada ubicada en una zona de difícil visibilidad. Ninguno imaginaba una escena como la que presenciaron: una adolescente envuelta en llamas pidiendo ayuda en mitad de la noche.

Todo, además, en un contexto festivo: la localidad se encontraba preparando las fiestas del Carmen; y, en ese mismo contexto, estos días se estaba realizando la feria de artesanía —un mercadillo que, durante todo el día, abre para que el público pueda comprar en puestos— tras varios años sin celebrarse.

Agentes de la Policía Científica registran el inmueble donde sucedieron los hechos.

Agentes de la Policía Científica registran el inmueble donde sucedieron los hechos. Quique Curbelo / EFE.

Al cierre de esta edición, Abdelrafia permanece bajo custodia policial en el Hospital Doctor Negrín. Cuando reciba el alta, pasará a disposición judicial. Si la víctima no sobrevive, será acusado de asesinato.

Pero este no es sólo un crimen machista. Las fuentes consultadas aluden a que es también una historia de negligencia institucional, de eslabones rotos, de sistemas que no hablan entre sí: extranjería, menores, protección, justicia. Todo eso falló. Y el resultado fue una adolescente ardiendo viva en la calle.

El joven que llegó del mar acabó desapareciendo del mapa. La chica que debía estar protegida quedó a la intemperie. Nadie encendió la alarma a tiempo. Sólo el fuego.

El titular de esta noticia se rectificó el 18 de septiembre, tras la puesta en libertad del joven a consecuencia de la declaración exculpatoria de la víctima, al precisar que trató de ayudarla.