Casa Javi, después de la deflagración que hirió a 17 personas este jueves en la pedanía de Lo Pagán, junto al Mar Menor.

Casa Javi, después de la deflagración que hirió a 17 personas este jueves en la pedanía de Lo Pagán, junto al Mar Menor. J. I. M.

Reportajes

Las Patrullas Vecinales, sobre el bar que explotó en Murcia: "Tenían problemas con los de al lado, cortaron el tubo del gas"

La Guardia Civil no descarta ninguna hipótesis sobre la deflagración que hirió a 17 personas el pasado jueves en San Pedro del Pinatar (Murcia).

Más información: Javier, dueño del bar de Murcia donde una explosión hirió a 17: "Las denuncias de los vecinos son quejas de gente mayor".

Publicada

Una manguera de una bombona de butano, quizá cortada premeditadamente, estuvo liberando gas durante varias horas en el bar Casa Javi. Una simple chispa como el chasquido de un mechero, un cigarrillo, o los fuegos de la cocina, hicieron el resto: una deflagración que se convirtió en una onda expansiva tan potente que levantó el suelo de los pisos superiores; y en la calle, en pleno mercadillo, 17 personas resultaron heridas.

Cinco días después, la Guardia Civil sigue realizando una profunda investigación sobre la manguera de esa bombona de butano que se ha convertido en el epicentro de esta investigación. Por el momento, el Instituto Armado explica a este diario que "no descarta ninguna hipótesis", ni siquiera que se tratase de un incidente provocado.

Una teoría que cobra fuerza al analizar el largo historial conflictivo que posee este establecimiento, y del que hablan sin tapujos los residentes de las casas contiguas y las Patrullas Vecinales de San Pedro del Pinatar, quienes concluyen que sí se trata de un suceso "provocado".

Dos vídeos que circulan por los chats de WhatsApp de los vecinos del interior del bar Casa Javi.

"Casa Javi está al lado de otro bar, y de hecho, por dentro los dos se comunican, pero ambos estaban muy enfrentados", explica a EL ESPAÑOL Pablo Mellado, miembro de las Patrullas Vecinales. "Sospechamos que los que han cortado la manguera han sido los de al lado, que se han colado en algún punto de la noche anterior a la deflagración".

"Eso llenó de gas el local; y la dueña, que estaba dentro de él, en algún momento encendería un cigarro y ahí es cuando explotó".

Mellado ampara esta hipótesis en otro incidente que tuvo lugar en junio del año pasado, cuando Casa Javi sufrió un misterioso incendio porque alguien lanzó contra el local un objeto similar a un cóctel molotov. "Desde las Patrullas Vecinales, sospechamos que el cóctel lo tiraron también los del bar de al lado".

De hecho, afirma que la noche del mismo día en el que se produjo la deflagración "vimos que los dueños [del negocio contiguo] intentaron entrar a su local, pero las autoridades no los dejaron acceder porque tenían miedo de que entrasen a trastocar todo lo que se iba a investigar".

El establecimiento Casa Javi, después de la explosión.

La hipótesis de las Patrullas Vecinales cobra fuerza con el testimonio recogido por el diario local La Opinión de Murcia, al que fuentes próximas a la investigación explican que "por las características del corte, los profesionales tienen la teoría de que alguien manipuló la bombona de butano a propósito, de que no se trató de una incisión accidental".

No obstante, Mellado matiza que "nuestra versión no es la oficial, pero son las conclusiones que sacamos tanto las patrullas como los vecinos".

La Guardia Civil pasó la noche del jueves en el perímetro, delimitado por cinta policial, en turnos de dos horas para evitar que nadie pudiese acceder al interior del establecimiento dando lugar a que alguna pista desapareciera antes de la llegada de la Policía Judicial, que se personó en el lugar de los hechos a la mañana siguiente.

"Esto es un antro de prostitución, de drogas…", concluye este miembro de las Patrullas Vecinales de San Pedro del Pinatar, visiblemente molesto por el ambiente que impera en Lo Pagán, pedanía de este municipio murciano ubicado junto al Mar Menor de menos de 30.000 habitantes.

"Es importante recalcar que esto no es un barrio tranquilo. Como Patrulla Vecinal pasamos todas las noches por aquí. De hecho, en nuestro grupo, aquí es obligación pasar tres o cuatro veces".

Personal de emergencias, este jueves, evacuando a una mujer herida tras la explosión.

Personal de emergencias, este jueves, evacuando a una mujer herida tras la explosión. Cedida

Y es que las peleas en el bar Casa Javi se convirtieron en el pan de cada noche de este establecimiento que se presentaba como una simple tetería, aunque todo apunta a que era mucho más que eso.

Sobre este negocio pesan "30 actas, algunas por irregularidades sanitarias y laborales", pero también " por consumo de drogas, entre otros ilícitos", según fuentes policiales.

Lo único que legalmente permitía que siguiera abierto era una declaración responsable de tetería-cafetería. Más allá de eso, Casa Javi tenía "un expediente abierto por los técnicos municipales, pero en periodo de alegaciones", según explica el alcalde de San Pedro del Pinatar, Pedro Javier Sánchez.

Pese a todo ello, EL ESPAÑOL contactó con el propietario del establecimiento, Javier Pardo, que lo tenía alquilado a la mujer que lo regentaba desde hacía "poco más de un año".

Como respuesta, este hombre defendió la integridad del negocio que lleva su nombre: "Yo nunca he visto nada raro ahí". "Hay mucha gente mayor y vecinos que se quejan, pero es normal, porque son ancianos y quieren descansar. Cualquier ruidillo les molesta".